¿Bolsas de valores racionales?
Las calles de EE.UU., Europa, México y otras partes del mundo están agitadas. Las primeras declaraciones, órdenes ejecutivas y memorandos del presidente Trump son el motivo de esa reacción. La nueva administración ya despidió a la fiscal general interina por negarse a acatar las directivas sobre temas migratorios. Ha habido algunos comentarios de miembros del partido Republicano en contra de la nueva política comercial. También hay algunas críticas de algunos dirigentes empresariales que no aceptan las nuevas restricciones a los ciudadanos musulmanes y a los inmigrantes en general. El ex presidente Obama ya anunció a través de su secretario de prensa, sólo 11 días después de abandonar el cargo, que los valores americanos están en juego.
Mientras ocurre todo esto los índices de precios de las principales bolsas de valores del mundo están creciendo desde noviembre para aquí. Los índices de precios de las acciones en EE.UU. han crecido hasta fines de enero entre 5 y 6%, los índices europeos hasta cerca del 8%; y hasta la bolsa peruana ha aumentado en poco más del 4%. Sólo los índices chinos se han mantenidos constantes reflejando la complejidad del mundo. Una evolución positiva del índice de precios de las acciones reflejaría un mayor valor esperado de las empresas. ¿Qué ocurre? ¿Cómo un escenario con guerras comerciales a la vista puede conducir a que las empresas valgan más?
Se pueden plantear diversas hipótesis. La primera es que estos mercados no son racionales. Estos agentes económicos no realizan evaluaciones de mediano y largo plazo, sino que son simplemente de corto plazo. Si la tendencia es ascendente estas se retroalimentan a sí mismas. Una segunda hipótesis es que estos agentes perciben que su situación económica (y las de los dueños de las empresas) con Trump y el Brexit sería mejor que la actual. Efectivamente, hay elementos a favor de esta hipótesis, en particular las políticas de reducción del impuesto a la renta para personas y empresas (entre el 15 y 20% según lo afirmado recientemente), eliminación del impuesto a las herencias y las anunciadas políticas de desregulación. A estos factores se suman que el nuevo Secretario del Tesoro y el Jefe de Asesores Económicos vienen del sector financiero (Goldman Sachs).
En la coyuntura actual es claro que la opinión negativa de muchos de los ciudadanos del mundo no tiene que ver con lo que ocurre en las bolsas de valores. También parece claro que con Trump predominarían los intereses a favor de las utilidades netas de las empresas y sus dueños, respecto de las políticas de protección comercial antiglobalización. Por último, no debemos olvidar que la reversión de las expectativas se da rápidamente. Los mercados de valores son extremadamente volubles y erráticos.