América Latina en la trampa de los ingresos medios
La trampa de ingresos medios fue un concepto acuñado por Gill y Kharas (2007) del Banco Mundial en relación a los problemas de crecimiento de algunas economías del este del Asia. Alude en rigor a la condición de un país que se estanca, no logra o se demora mucho en alcanzar al grupo de economías de altos ingresos del mundo. Esto ocurre porque la economía crece más lentamente, se estanca o sufre más recesiones. Este fenómeno diverge de la perspectiva estándar de las teorías de crecimiento económico donde se plantea que todas las economías tienden a converger en el largo plazo debido a los rendimientos decrecientes en los diferentes factores de la producción. La trampa de ingresos medios o bajos es otra denominación a los problemas de crecimiento y de convergencia.
La lista de causas explicativas para explicar estos problemas es extensa con muchas particularidades nacionales, pero también hay algunos elementos en común. Para algunos autores predominan factores neoclásicos tradicionales como salarios reales crecientes, reducción de la productividad del capital o de la productividad total de los factores. Sin embargo, hay otros como la reducida diversificación de las exportaciones, ausencia de innovación tecnológica, presencia de la maldición de los recursos naturales y enfermedad holandesa que son importantes. También el crecimiento económico se puede frenar por restricción externa (poca disponibilidad de divisas), concentración económica y elevada desigualdad, ausencia de instituciones, formación de burbujas en los mercados de activos y alta heterogeneidad estructural.
Existen diversas metodologías para evaluar si una economía está en la trampa de ingresos medios y problemas de convergencia. De partida, con información estadística entre 1870 y 2014 con US$ de paridad de poder adquisitivo todas las economías latinoamericanas se alejan de las economías desarrolladas a excepción de Chile, Costa Rica y Uruguay. Con otra metodología estas mismas economías convergerían al nivel de las economías desarrolladas en menos de 50 años. Sin embargo, América Latina en su conjunto se demoraría en hacerlo 110 años como mínimo. La probabilidad de llegar a ingresos per cápita de US$ 30,000 anuales es remota.
América Latina todavía no ha encontrado la ruta hacia el crecimiento económico sostenido y menos al desarrollo. Cada economía tiene sus particularidades pero es claro que se deben establecer nuevos consensos y equilibrios distributivos internos y hay que crear una institucionalidad que promueva el desarrollo. Se debe ser más resistente a los shocks externos. La diversificación productiva y la inversión en ciencia, tecnología e innovación con rápidos resultados son parte de ese rompecabezas que debemos completar a la brevedad posible.