¿En efectivo o con tarjeta?
El dinero en efectivo, las tarjetas de débito y las tarjetas de crédito son los medios de pago regularmente utilizados por los consumidores; sin embargo, existen otras modalidades como los cargos en cuenta, los prepagos, las transferencias interbancarias o los cheques, éste último más usado a nivel empresarial.
Este post trata sobre los distintos mecanismos de pago que tiene un
cliente y la necesidad de las empresas de adecuarse a sus preferencias.
Por ejemplo, un consumidor que por comodidad y seguridad no desea portar
dinero en efectivo o porque quiere acumular puntos en un programa de
fidelidad preferirá pagar con tarjeta de crédito. En este caso, el
establecimiento deberá brindar también esa posibilidad.
Recuerde si en alguna oportunidad ha tratado de pagar con tarjeta de
crédito y le han propuesto recargarle un porcentaje que oscila entre 5 y
10%, ¿no será que le han querido trasladar la comisión de Visa o
Mastercard? Recuerde si alguna vez le han ofrecido un descuento con la
condición de realizar el pago en efectivo, ¿no será que le han querido
hacer un descuento equivalente a la comisión de Visa o Mastercard que
el establecimiento estaría dejando de pagar? O, recuerde si alguna vez
ha tratado de pagar una consulta médica con tarjeta de crédito y no ha
podido.
Sobre este último punto, es verdad que la oferta ha evolucionado
favorablemente en los últimos tiempos, y que ahora es posible comprar
abarrotes en una bodega y pagar con una tarjeta de débito o de crédito,
pero pensamos que no es suficiente. A pesar, de que los establecimientos
han entendido que si el cliente no dispone de dinero en efectivo, el
uso del dinero plástico podría adelantar la compra de un producto o
servicio, se siguen encontrando limitaciones en el mercado.
El proceso de pago, al igual que el de facturación, debería ser más
fácil, cómodo y seguro para los clientes. La tecnología debería cumplir
ese rol y las empresas anticiparse a las preferencias de los
consumidores.
Lovelock señala que las modalidades de pago se pueden clasificar en: el
autoservicio, el pago directo al proveedor del servicio y, el control y
verificación de los pagos realizados con anterioridad al servicio.
En el primer caso, los clientes tienen la posibilidad de pagar ellos
mismos los servicios, insertando billetes, monedas o tarjetas de
crédito. Por ejemplo, los módulos automáticos para el pago del
estacionamiento en el Centro Comercial Jockey Plaza, el Telepass
(telepeaje) ubicado en el peaje del km 66 de la Panamericana Sur o las
máquinas expendedoras de productos alimenticios en lugares públicos.
El segundo caso, se refiere a los pagos que se realizan en los
establecimientos directamente, este puede ser en efectivo o con tarjeta.
Por ejemplo, una consulta odontológica, un curso de márketing en un
programa de posgrado o la cuenta en un restaurante.
Por último, un ejemplo de pago bajo la modalidad de control y
verificación de pagos realizados previamente es la compra o recarga de
una tarjeta en un sistema de transporte público como el Metro de Lima o
el Metropolitano.
En todos los casos el buen funcionamiento de las distintas modalidades
de pago causará satisfacción en los clientes. De lo contrario, un mal
funcionamiento en el sistema le generará insatisfacción: ¿se le ha
quedado atascada la única moneda que tenía en una máquina expendedora de
bebidas gaseosas? o ¿se fue la línea justo cuando estaba realizando el
pago con su tarjeta de crédito?
En conclusión, los consumidores, cada vez más exigentes, estamos
obligando a las empresas a proponer varias opciones de pago; y por su
parte, las empresas están respondiendo a estos requerimientos
estableciendo diferentes mecanismos de pago cómodos y seguros.
Como cliente ¿ha encontrado problemas en algún medio de pago? Como
empresa ¿ha puesto en práctica todas las modalidades de pago cómodas y
seguras para sus clientes?