Conectarse: camino para hackear la “desesperanza"
En blogs anteriores había comentado sobre la ‘indefensión aprendida’ o la ‘desesperanza’, fenómeno que limita al cerebro humano a buscar soluciones frente a un hecho repetitivo y negativo al cual ya se acostumbró. En el último blog puse énfasis en las enseñanzas de Nic Marks, quien afirma que existen caminos que se pueden recorrer para combatir a la ‘desesperanza’ y exploramos un primer camino: la entrega. El día de hoy quisiera profundizar un segundo camino: la conexión.
Conectarse se refiere a legítimamente interesarnos por las personas que nos rodean; está ligado con nuestra habilidad de relacionamiento, nuestra capacidad de abrirnos hacia otros seres humanos. Adicionalmente se refiere a nuestro sentido de familia y comunidad. Este camino es aquel que, según Nic Marks, explica por qué los países Latinoamericanos reportan índices de felicidad más altos que los del resto del mundo. Nic afirma que en América Latina el núcleo familiar y los lazos que existen en ella han probado ser más resistentes que en otros lugares. El concepto de familia que todos conocemos se ha visto mermado en diferentes continentes por factores como la tecnología, la búsqueda de mejores oportunidades, el incremento de la soltería, el retraso del matrimonio, la postergación del primer hijo, la expansión de las uniones consensuales y muchos otros patrones característicos de la globalización. A pesar de que en Latinoamérica el núcleo familiar también se ha visto afectado por todos estos factores, todavía existe una fuerte tradición que valora a la familia por encima de lo demás. Fuertes lazos familiares permiten al ser humano sentirse como parte de algo más grande y este hecho nos permite experimentar niveles de felicidad más altos frente al resto del mundo.
El camino de la conexión también es fundamental en el trabajo. A continuación les invito a reflexionar sobre las siguientes preguntas:
En el trabajo:
- ¿Alguna vez se ‘comunicaron’ con un colaborador sin desconectar su mirada de la pantalla de la computadora?
- ¿Alguna vez se dirigieron a su puesto de trabajo sin saludar antes a nadie o diciendo brevemente ‘buenos días a todos’?
- ¿Alguna vez le han dicho ‘pero yo te lo dije’ o ‘pero te lo repetí varias veces’ sin que tenga recolección alguna de que eso en realidad haya sucedido?
- A pesar de haber estado en todas las reuniones con las mismas personas ¿Alguna vez se encontró en una reunión donde todos parecían estar conectados con un tema mientras que usted no tenía idea de que hablaban?
- ¿A pesar de trabajar durante meses en la misma empresa, todavía le cuesta identificar a algunas personas de su misma área por su nombre?
- ¿Conoce la pasión que mueve a sus compañeros de área?
- ¿Conoce el estatus marital o familiar (cuántos hijos) de sus compañeros de área?
Si contestó afirmativamente a cualquiera de las primeras 5 preguntas y/o negativamente a las dos últimas significa que existe una oportunidad de mejora. La falta de conexión en lo organizacional a menudo resulta en conflictos, falta de cooperación entre equipos, malentendidos y negligencias. Millones de dólares anuales se destinan a programas de integración, trabajo en equipo y cooperación los cuales lamentablemente solo tienen un efecto transitorio. Los talleres para desarrollar equipo, unión e integración son un buen punto de partida sin embargo el verdadero cambio solo puede ocurrir por decisión propia; dependerá de un cambio de actitud y de la realización de que este camino esconde varios beneficios. Tener relaciones de apoyo, buenos amigos en el trabajo, buenas relaciones con su jefe, buenas relaciones con otras áreas pueden probar ser fuente de una ventaja competitiva sostenible en el tiempo. Resulta irónico que en un mundo con 7 billones de habitantes y donde somos conscientes de la importancia de la comunicación nos sintamos más solos que nunca.
Este camino nos invita a estar realmente presentes en el momento (cuerpo y espíritu). Algunas prácticas recomendables para recorrer este camino son:
- Mirar a los ojos de la persona con la que te estás comunicando.
- Dejar a un lado el celular, el computador y las distracciones mientras estás comunicándote con otras personas.
- Prohibir el uso del celular en la mesa (cuando se desayuna, almuerza o cena) con la familia.
- Hacer preguntas
- Tomarte el tiempo para saludar cuando ingresas a un lugar donde hay un grupo de personas.
- Mostrar un legítimo interés por la o las personas a las que saludas.
- Propiciar momentos de silencio para mejorar la escucha
Un valor agregado que me gustaría dejarles en este blog tiene que ver con el punto #7. En el mundo empresarial es muy común asistir a entrenamientos para aprender a hablar y a comunicar pero es raro encontrar un entrenamiento que nos permita aprender a escuchar. A continuación detallo para ustedes un modelo que permite mejorar la conexión no tanto desde lo que podamos decir sino desde la escucha.
Otto Scharmer, profesor de MIT, es el pensador que ideo la teoría U, un modelo de aprendizaje en el cual es esencial estar presente para poder potenciar nuestras capacidades. Según Scharmer existen cuatro niveles de escucha.
Primer nivel – llamado en inglés ‘Downloading’: Este es uno de los niveles más comunes y básicos de escucha. En este nivel escuchamos para confirmar aquello que ya conocemos o que ya sabemos. La respuesta clásica a una conversación donde rige este nivel de escucha es “sí, yo ya sabía eso”. Según David Hanlon & Jill Rigney este tipo de escucha es útil para ganar batallas pero no para ganar guerras. Este tipo de escucha se enfoca en ganar al corto plazo pero destruye la posibilidad de construir al largo plazo de forma sostenible. En este tipo de escucha estamos atentos a la información nada más para construir nuestro propio caso y reforzar nuestra concepción de las cosas.
Segundo nivel – llamado en inglés ‘Factual Listening’: Este nivel de escucha se centra en enfocarnos en aquellas cosas que no sabíamos. En este nivel de escucha la persona solo se enfoca en información nueva y desactiva su voz interior de juicio para escuchar atentamente a las voces que nos llegan desde afuera. Este nivel nos obliga a abrir la mente.
Tercer nivel – llamado en inglés ‘Empathic’: Este nivel de escucha se centra en dejar a un lado nuestra propia agenda para entender, respirar y vivir el mundo de otra persona a través de la escucha. Este nivel profundo de escucha está muy relacionado a la verdadera empatía; se refiere a entender vívidamente como la otra persona se siente. Para alcanzar este nivel es necesario abrir el corazón. El tercer nivel de escucha nos permite ver el mundo a través de los ojos de otra persona.
Cuarto nivel – llamado en inglés ‘Generative’: Este nivel es el más alto de escucha y se lo puede describir como un grado de inspiración máximo donde uno ya no está enfocado en confirmar datos, o reconocer nueva información o ser empático sino que consiste en un momento en el cual el estado de consciencia está ampliado en su máxima expresión. En este nivel uno se conecta con algo más grande que el mismo ser y trasciende conectándose con las más altas posibilidades futuras. Este es un estado de presencia puro donde la persona está conectada con todo su entorno y es capaz de generar grandes resultados superando importantes obstáculos. Para este nivel es necesario abrir nuestra voluntad.
Usualmente, en nuestra vida personal y laboral priman los primeros dos niveles de escucha. El modelo nos invita a entrenarnos para elevar nuestros niveles de escucha y así aprovechar al máximo los beneficios de la conexión y de la presencia pura.
Redacción: Emmanuel Lepoutre
Basado en las enseñanzas de Otto Scharmer y Nic Marks