HANAN, LA LÍNEA ÍCONO DE TACAMA
el vino de la semana
HANAN
La línea Ícono de Tacama
Compuesta por un vino tinto y un vino blanco, sabores de alta gama con una magia especial que deja huella. Nadie que se jacte de ser un conocedor de vinos se lo querrá perder, porque no hay otra marca local con productos de estas características. Edición limitada, expresión de su terroir, único y elegante, Hanan será el sueño de todo wine lover.
“Ícono” se denomina al vino más elevado del portafolio de una bodega
Según Frédéric Thibaut, enólogo de Tacama, es una costumbre de los viñedos del Nuevo Mundo vitícola, como Argentina, Chile, Nueva Zelanda y Australia. Así, Tacama se suma a esta práctica y presentará pronto su línea ícono bajo el nombre de Hanan, una palabra quechua que significa lo sublime, lo elevado, lo especial, y que responde a la idea del viñedo peruano de seguir evolucionando siempre.
La nueva línea incorpora dos vinos, un blend de tintas y uno blanco. El tinto es el Hanan Tannat Carménère. El Tannat aporta fuerza, estructura, volumen, persistencia, notas especiadas y dulces. La perfecta integración de la madera al vino. Y con el Carménère, la idea era alegrarlo y aportar un toque de frescura y de fruta negra.
Por cierto, las Tannat de este vino son de las parcelas Cayetano y Ana Sofía, mientras que la Carménère es de la parcela Santiago de Tacama. La Cayetano se sembró en 2007 y Ana Sofía y Santiago, en 2008. “Las plantas de las tres parcelas son injertadas y son clones —descendencia vegetativa de una cepa especial— escogidos en Francia. El disponer de clones diferentes permite aumentar la complejidad del vino”, asegura el enólogo. Asimismo, el Hanan Tannat Carménère se añeja durante un año en barricas de un uso, llenadas después de mezclar las Tannat y la Carménère. Un dato: no emplea una barrica nueva para dejar que la combinación se exprese plenamente.
Sauvignon Blanc
El vino blanco de la línea Ícono es el Hanan Sauvignon Blanc. “Es una variedad muy noble que, en buenas condiciones naturales, ofrece frescura, vivacidad y un buen equilibrio con complejidad aromática y cierto volumen en boca”, revela Thibaut. Se trata de una cepa que te puede garantizar el éxito técnico y, por su fama, el éxito comercial.
Si bien es un vino monovarietal, se quería buscar complejidad y, por eso, asociaron dos parcelas muy diferentes. “Juan de Dios tiene un suelo muy arenoso hacia el río Ica, mientras que Marcilly posee un suelo franco con mayor profundidad. Juan de Dios es mayor, porque se sembró en 2000, y Marcilly en 2012. Juan de Dios dará un vino más seco, mientras que Marcilly dará un vino de mayor volumen en boca y mayor persistencia”, explica Frédéric Thibaut.
En el caso del Hanan Sauvignon Blanc, se llenan las barricas desde un principio. El Sauvignon fermenta y se mantiene en las barricas nuevas durante seis meses. Aquí, se busca que la madera aporte complejidad aromática y un poco de volumen en boca para elevar la categoría del vino blanco, pero con el tiempo de contacto corto se logra que el aspecto fresco y cítrico del Sauvignon se mantenga presente. Está listo para el triunfo.
¿CÓMO MARIDAR LOS VINOS?
Quien tenga un Hanan Tannat Carménère encontrará un vino de lindo color, muy profundo y con reflejos morados. De nariz muy intensa y con distintas capas, es decir, complejidad. Primero, frutas negras como cereza, ciruela y arándanos. Segundo, el aporte del roble con sensaciones dulces de leche asada y, por último, toques de grafito. En boca, cautiva el gran volumen y la suavidad de los taninos. Es un vino seco de mucho dulzor.
Para los sommeliers de El Tambo de Tacama, por el tiempo añejado en barrica, este vino acompañará idealmente diferentes cortes a la parrilla, sobre todo los que están cerca al hueso y con algo de grasa. También va perfecto con quesos intensos o maduros con un toque salino, como Manchego o Pecorino.
Con el Hanan Sauvignon Blanc, por otro lado, se hallará un vino de color amarillo, ligeramente dorado por el añejamiento en barricas; de nariz con notas de vainilla y de fruta cítrica (naranja, limón), y que llamará su atención por el volumen, el carácter sedoso y la persistencia. “Este blanco irá con pescados de cortes grasos —atún, pez espada o bonito—, así como con mariscos de sabores marcados, como el erizo de mar o mejillones”, sugieren los sommeliers. Una selección de quesos semimaduros, como Gouda o Camembert, también será una buena idea para acompañar.
Por cierto, la línea Hanan será una producción muy especial, reducida y con botellas numeradas: 2500 de cada vino. “La presentación tiene un estilo europeo, como las etiquetas de los vinos franceses. Es elegante, sobria, distinguida, posee un monograma —figura hecha con letras del nombre—, un cierre con lacre e incorpora un colgante con datos del vino”, indica Mariela Gutelli, gerenta de marketing de Tacama. En definitiva, dos vinos especiales.
el vino de la semana
Jose Bracamonte
Sommelier