LA COPA DE VINO
el vino de la semana
LA COPA DE VINO
Historia de las copas
Los cavernarios usaban cráneos y conchas o carcasas marinas. Unos siglos después la gente humilde los tomaba en el cobre o en el estaño y la gente con poder adquisitivo alto en recipientes de oro o plata.
Las primeras teorías apuntan a que fueron los fenicios los que elaboraron las primeras copas de vidrio. La copa tipo cáliz con pie se creó en el siglo XVI.
Los primeros que empezaron a utilizar el cristal fueron los venecianos pero habría que esperar al siglo XVIII cuando los ingleses comenzaron a popularizarlo que hoy en día conocemos como cristal o vidrio. En ese momento ya existía la copa tipo flauta para tomar los vinos espumosos.
De excentricidades de reyes
Tal y como sucede con la mayoría de las historias que rodean al mundo del vino, el origen de la copa no es totalmente preciso en cuanto a fechas y protagonistas.
La época griega, otros en la época cristiana, y otros en el siglo XVI, ya sea en lo que actualmente es Italia, Grecia, Francia o España. La mayoría de los relatos guardan como inspiración para la creación de la copa algo en común: los pechos femeninos.
Dicen los historiadores que en la Edad Media, Enrique II, rey de Francia, estaba absolutamente enamorado de una mujer, la duquesa Diana de Poitiers, y de su figura. Tanto así, que le ordenó a sus sirvientes encontrar la manera para que pudiese tener en sus manos los pechos de su amante hasta cuando él estuviese comiendo. ¿Cuál fue la solución? Hicieron recostar desnuda, boca abajo, a Diana de Poitiers sobre un material moldeable y de allí sacaron los moldes de sus pechos para crear los recipientes de porcelana en los cuales Enrique II bebería en los banquetes.
Esas especies de tazones (las primeras copas) permanecen aún hoy en distintos museos de Francia. Así fue entonces como comenzó la evolución de la copa de vino, hasta tomar las formas y dimensiones que posee hoy en día (no tan voluptuosas como las de Enrique II).
Líneas generales
Conceptos básicos de una buena copa: una base o pie lo suficientemente amplia en proporción al resto de la copa para que ésta cuente con un buen punto de apoyo; un tallo (que es lo que une la base con el cáliz) de un largo acorde a la copa, para poder agarrarla desde allí sin tocar la parte que contiene el líquido transmitiéndole el calor corporal; y por último un cáliz con tendencia a formar una especie de “tulipán”, con su borde superior levemente cerrado, para retener los aromas.
Georg presentó la primera colección mundial de cristalería específica para variedades de uva en 1986, Vinum. Estas copas trabajan con el ADN del vino para mostrar más profundidad y un mejor equilibrio.
Maximilian Riedel, de la 11ª generación, tomó el relevo como CEO en 2014 y ha continuado revolucionando la marca para el consumidor moderno. Desde la presentación de la serie O hasta su original colección de series de decantadores funcionales, Maximilian se esfuerza en seguir desarrollando el increíble legado de su familia. Su última incursión ha sido en el mundo de los cócteles, expandiendo el diseño inteligente de RIEDEL más allá del vino.
Innovador y siempre en constante evolución, RIEDEL continúa siendo líder indiscutible de la cristalería moderna y funcional.
La Forma sí importa
Estas joyas fueron creadas específicamente para traducir el mensaje del vino a nuestros sentidos, el diseño de sus cálices finamente tallados cuenta con tres variables: forma, tamaño y diámetro del borde, incrementando la experiencia en la degustación del vino. No solamente son copas para catadores, son también para restaurantes, escuelas de cocina y hotelería, y por supuesto para nuestras casas. #winelovers
La variedad de la uva es el factor principal para determinar la relación entre fruta, acidez, tanino y alcohol. A continuación, Riedel pudo crear formas que mejoran el vino obtenido a partir de variedades específicas de la uva. Así se dan cuenta del papel tan complejo que desempeña la forma y el tamaño para transmitir el mensaje de un buen vino.
A partir de aquí, observamos la peculiaridad de los diseños en la que cada copa se crea específicamente para cada variedad de vino, ya que la forma de la copa tiene que estar en sintonía con el contenido que va a albergar: cada variedad lleva en su ADN su propio perfil de sabor único.
Terroir
La variedad de la uva es el factor principal para determinar la relación entre fruta, acidez, tanino y alcohol. A continuación, Riedel pudo crear formas que mejoran el vino obtenido a partir de variedades específicas de la uva. Así se dan cuenta del papel tan complejo que desempeña la forma y el tamaño para transmitir el mensaje de un buen vino.
A partir de aquí, observamos la peculiaridad de los diseños en la que cada copa se crea específicamente para cada variedad de vino, ya que la forma de la copa tiene que estar en sintonía con el contenido que va a albergar: cada variedad lleva en su ADN su propio perfil de sabor único.
El viticultor debe elegir qué uva quiere cultivar teniendo en cuenta la geografía, la geología y el clima. No solo eso, sino también el viñedo específico, la altitud, la composición del suelo, la exposición al sol y muchas otras variables, que se combinan en el concepto de terroir. Sin mencionar que cada uva tiene su propia expresión varietal (ADN), y que solo en su copa varietal correspondiente se muestran todos estos elementos.
José Bracamonte
sommelier
el vino de la semana
el vino se disfruta mejor en una buena copa, el universo de sensaciones no tiene límites. La alta cocina se complementa de una buena cava, un gran sommelier y el show lo dan las copas adecuadas en la mesa, se cierra el círculo y las hadas vuelan.
@ifstoreperu @riedelparnter_peru