La Piccolina restaurante, sigue creciendo
El Lado B del Vino de la Semana, presenta La Piccolina restaurante, sigue creciendo.
Cada paso que da un restaurantero en el Perú está hecho para dar ejemplo a otros amantes de la buena cocina. El amor por la sonrisa del comensal es algo único que nos enlaza con aquello que nos caracteriza como peruanos, la felicidad por el buen comer.
Ver feliz a los demás es algo que me llena como hotelero, y la sommelería tiene aquel granito de arena que me hace sentir que sumamos a la gastronomía.
Estar en la Piccolina restaurante es una sensación de complementación, de sentirte en casa, en un ambiente cálido y lleno de aroma a pasta, sazón y mucho amor.
La pregunta es ¿puede un gran amor construir una cadena de restaurantes a base de pizza? Mauricio Alayza y su esposa Fabiola lo hicieron. Corría el año 2000 cuando ambos decidieron emprender una pequeña trattoria que ofrecía una carta sencilla de diez pizzas elaboradas de manera artesanal, pero con mucho cariño y gusto por la comida italiana.
Así nació este negocio familiar que brinda un ambiente de casa con una propuesta de comida italiana hecha con ingredientes peruanos. Con el transcurrir de los años y 18 años de experiencia en el competitivo mercado culinario. Con seis restaurantes en funcionamiento y uno recién inaugurado ahora en Agosto, el de 28 de Julio en Miraflores, al que vengo siempre últimamente. Su carta ofrece 40 tipos de pizzas en distintas variedades que son preparadas al momento.
Están convencidos de que su producto ha logrado calar y posicionarse en el exigente mercado gastronómico limeño.
Actualmente son 200 familias que dependen directamente de la marca ¨La Piccolina¨, lo que hace que el compromiso con la calidad al público sea mayor.
Hace 5 años años implementaron un área nueva en su estructura de negocio, el Taller y Escuela de Cocina, donde producen y guardan celosamente las recetas familiares, que hoy abastecen a todos los locales, cumpliendo con los estándares de salubridad y estrictos procesos de manufactura, así como el entrenamiento de nuevos colaboradores.
Su futuro está en seguir capacitando a los actuales colaboradores, nivel personal y profesional, logrando obtener un servicio de excelencia, garantizando un producto de primera calidad.
Manteniendo esa esencia de rincón italiano, en casa, en familia. Don Mauricio Alayza y familia los espera, en este lugar tan acogedor, donde todos regresamos más de una vez en la semana. Un salud eterno, y que viva el Perú!