La Posta, Laura Catena
En la crítica vinícola se habla mucho de las nuevas cepas que hoy se beben. Cepas que antes nadie las comentaba y que hoy son las compañeras de muchos bebedores. Estuve en una cata a ciegas, grandes vinos, solo yo sabía en esa mesa de 6 vinos ganadores lo que contenía la copa 1, la 2, la 3 y sucesivamente. Cada amante de vinos había llevado una gran joya, sin importar la uva, ni la DOC, ni el precio, había la libertad de mostrar todo lo aprendido en esa cena.
En una cata a ciegas muchas veces hay reglas, un precio determinado, tipo de variedad, región, etc …
Yo era el sommelier, debía encargarme de ponerle un antifaz a cada botella y servirla en cada copa. Al final de la noche cada catador debería encontrar su vino preferido guiado solamente por los sentidos y la imaginación. Teniendo en cuenta la labor del viticultor, la magia de su corazón conectada a su sangre, su pasado, la pasión, el amor por la tierra y el respeto por la naturaleza. Cada sorbo tiene mucha información que le compartimos a nuestro cuerpo santo.
Esa noche muchos llevaron vinos inmensos, de cepas duras y salvajes, Cabernet Sauvignones, Cabernet Francs, Garnachas, Tannats, cepas como para alimentar a todo el fuego del mundo. ¿ A que no saben quién ganó? Una cepa tranquila, modesta, sonriente y amable. De sensaciones de compartir, de reír, de besar, de mar, de terraza y jazz, de fresas a fuego lento y baile pegado. La Pinot Noir, era un La Posta de Laura Catena.
Sorprendente, rememorando lo que la Pinot Noir es y será para la Argentina nueva y orgánica. Se dice que en Nueva Zelanda, en California y en Borgoña se hace la mejor de éstas variedades. Pero en este caso hay un a sorpresa, Tupungato-Valle de Uco en Mendoza, a 1300 metros, exposición a la luz solar, todo lo necesario para brillar. Gran vino Laura Catena.
Este Pinot Noir viene de una parcela boutique llamada ¨Glorieta ¨en honor a una cuidadora de viñedos de origen de la zona, respetando el ambiente y ofreciendo algo muy digno. Es la estirpe, es la visionaria, es la zona, es Argentina. Un Pinot Noir para beber antes, durante y después. De comidas ligeras, de hablar hasta tarde sin importar el tiempo. Un vino delicado y suave, pero vivo, carnoso y sano. Para decir cosas lindas, servido a 12 grados, un tiempo perfecto de añejamiento en barricas francesas, dejemos que el viento decida el resto.
José Bracamonte