Cosmovisión enológica
El enólogo no hace un vino para un mercado, él crea un pieza de arte que le nace del corazón. A comparación de otras bebidas el vino es el único que cada año sube de precio si es que la cosecha fue fantástica y el productor se sigue rankeando. Cuando lo descorchas es el único que cada 5 minutos te ofrece un equilibrio que se va afianzando, el oxígeno le permite encontrar balance, el alcohol y la acidez equilibran y la fruta comienza a lucirse poco a poco. El vino es evolución, es el compañero del hombre y la mujer en la historia.
Hace 20 años teníamos que viajar para descubrir bodegas, hoy el vino está aquí. Hay tanto por probar, creo que entre Chile, Argentina y Uruguay, Sudamérica nos ofrece maravillas ilimitadas. Cada cepa, cada terroir, hay un sinnúmero de alternativas y regiones donde brotan grandes vinos.
El nuevo mundo del vino siempre ha querido mantener la esencia de la tierra, la procedencia, el productor, la huella digital.
Como dice don Alberto Arizú, ¨ La Denominación de Origen Controlada remite a una cosmovisión enológica y vitivinícola del terreno.¨ En 1989 arranca esta ley y desde 1991 este vino sale a dar ejemplo en su zona para el mundo. El símbolo DOC está hecho para certificar el medio geográfico donde crece, abarcando tanto a los factores naturales como humanos.
Todo esto hace a este vino exquisito, el Malbec DOC de Luigi Bosca. De una vid bien vivida, 70 años de vitaminas, nutrientes, minerales, pasión, un viñedo eterno. Hecho en la alturas, clima continental, amplitud térmica, sedoso, carnoso. Catorce meses en barricas de roble nuevas, 18 meses en botella afinando como se hace en Europa antes de salir al mercado. Vino potente y salvaje, hecho para beberlo con orgullo. James Suckling el año pasado le dio 93 puntos. Ábrelo y sírvelo en una buena copa, no lo decantes, disfruta el cambio. El show se disfruta.