El antídoto del Enólogo
Bertrand Sourdais pertenece a una generación de bodegueros familiares, la quinta del Domaine de Pallus, en el valle del Loira francés. Su infancia pasó entre cepas, bodegas y vinos, y con 18 años se fue a Burdeos a estudiar y trabajar en bodegas como Mouton Rothschild, Leoville Las Cases, Chateau Nenin, incluso en la chilena Santa Rita y en Álvaro Palacios Priorato. Todos vinos soñados y perfectos. Tiene solo 40 años y ha creado su propia bodega. Revelación enológica de éstos tiempos donde el Ribera del Duero es una realidad virtuosa.
Al crear esta bodega llamada Antídoto dijo: ”Aquí tengo los ingredientes que necesito para alimentar mi ilusión de hacer vinos auténticos, reales y personales, cultivando la tierra pensando en las generaciones siguientes. Sencillez, sinceridad, respeto por los orígenes y sentir una tradición como pueden ser los detalles propios”.
Es la zona este de la Ribera del Duero, en Soria, miniparcelas prefiloxéricas ubicadas a 1000 metros de altitud, es la zona fría. Un oasis. La mayoría de su producción es ecológica. Viñas viejas y un artista como Bertrand, creo que es el Antídoto perfecto para tu conversación de fin de semana, de comidas peruanas, de una buena carne, inclusive de pasta.
Recordemos que es un tempranillo con experiencia, de solo 70.000 botellas, super exclusivo, vendimia manual, 12 meses en barricas francesas seminuevas. Un hermoso vino español que el precio, el estilo y el carácter son equilibrio y muestra de un terroir que no conocía. Cuando viajé a esta zona conocí Valladolid y Burgos, de donde salen los clásicos Lords del vino de la Ribera, pero aquí en Soria, San Esteban de Gormaz, relieves montañosos y tierras vírgenes, viñedos prefiloxera, es demasiado.
Un aplauso para este vino que entra al mercado y todo el día beberé.
*Marca Perú