"El vino crece su sabor y aroma en Lima"

El vino comienza ya a tener un nombre en Lima, muchas familias bodegueras europeas ya preguntan por el Perú y su gastronomía. Muchas de las grandes marcas quieren ingresar y apostar por nosotros. Buenas copas en la mesa, buena comida y ya podemos solicitar la carta de vinos y pedir un vinazo.

Pero hay algo que nos olvidamos, el vino es diversidad, geográfico y terroso, nos cuenta historias, nos hace vivir y vivir más.

Las cartas de vino son las propuestas de cada establecimiento o de cada sommelier que se involucra en el proyecto, es el mismo perfil que un cocinero, su propuesta, cocina, sabores, olores y formas. Debemos mantener un respeto entre ambas cartas. Equilibrio, diversión, diversidad, cepas hechas para acompañar y complementar. Y por supuesto buen precio.

La cantidad de etiquetas que usemos debe ser también la adecuada, mucha gente intenta colocar 100 etiquetas de vino en cada carta y eso es un gran exceso, sobretodo si es que no hay un sommelier in house o un personal bien entrenado en vinos y ventas. Hoy las cartas de vinos ganan porque varían constantemente, cada cierto tiempo, es un área que genera muchas ganancias y buen gusto al concepto, vende. Hay locales que tienen 20 etiquetas de vino y cambian cada 3 meses. Por lo tanto tu cliente vendrá a verte más seguido a probar tu cocktelería, tu carta de vinos y comidas. Son propuestas, para que lleguen a los mejores paladares y los entienda quién lo sepa apreciar.

El vino es diversidad, es cambiar, es compartir, es estar en las afueras de la ciudad, sembrando y sin pensar en nada, solo esperando que aflore. Luego del sueño regresar a tu vida diaria.

No es nada bueno aburrir al degustador, hambriento de conocimiento, con ganas de experimentar algo que los demás no le dan.

El vino más agradable nuevo en el mercado es Riojano, de gran corazón, una médula de tierra mojada que te lleva lejos pero muy lejos de aquí. Es como esa película donde tocas el talismán y de un momento a otro estás en la pura gran Sierra Cantabria, Rioja Alavesa, donde el silencio del vino habla y no descansa. Saborea. El señor Vitorino te recibe con copa en mano, quinta generación de la familia Eguren, y te cuenta como a punta de esfuerzo y buen humor logró sacar adelante su bodega familiar. Cuenta que sus manos y mucho esfuerzo crearon el imperio que tiene de vinos especiales. Hijo de labrador y que canta cuando recibe a los huéspedes de su hotel bodega. Su esposa y él lucharon mucho para llegar a este momento de excelencia. Dice que las dos mejores fortunas que tiene en su vida son su mujer y el vino. Don Vitorino nos ofrece su corazón abierto y relata la elaboración, y  la magia.

Nos cuenta una frase buenaza como bodeguero workaholic, a sus 78 años ¨el abuelo lo hace, el hijo lo mantiene y los nietos lo terminar de gozar¨.

Este Rioja llena un espacio faltante en la mesa peruana, es un vino de parajes donde el hombre ha participado muy poco, es un oasis como los viñedos que de agua nace vino, que de sol se alimentan, el clima es un socio estratégico.

En el vino la historia es todo, Don Vitorino Eguren Ugarte es de los bodegueros que hay que conocer. Siete generaciones en total cumplen la fórmula secreta, en cuánto fermentas, qué añejamientos elegiste para tus parras que en un futuro serán jugo de algún paisaje recóndito en la Rioja Alavesa, está en el corazón, esa es la técnica. Va creando ese presentimiento puro de dónde cosechar y a qué hora es mejor para el futuro de su vino.  Por eso analicé entre sus vinos y llegué al Ugarte Crianza, un cremoso ciruela pasa ahumada delicioso, el estilo de antes pero mucho más actual y redondo. Es un vino donde los 15 meses de barricas americanas para el cuerpo y francesas para el rústico feeling europeo. Con un 92% de tempranillo y 8% de Garnacha. Un combinación lista para servir y comprar más, dejando madurar en mi cava y sentir como crece más. Solo se realizan 540,000 botellas al año, una producción justa para concentrar una serie de sensaciones del viejo mundo, mostrándonos lo que debemos aprender antes de beber un vino Argentino o Chileno.

Ugarte Crianza, es el Rioja de la escena a continuación. Sírvelo a 18, respíralo 15 minutos en una buena copa y déjate beber.