Chardonnay Animal: En la selva del vino blanco
La verdadera viticultura de casa se transmite de generación en generación ¨
Siguiendo con los vinos de verano, el sol no se va. Y el vino buen vino blanco tampoco. Cientos de botellas entran al mercado cada año. Maravillosas cosechas y bodegueros listos por entregar su alma, su familia, su firma encorchada en una serie de características sensoriales deliciosas al paladar. Como nó seguir arriesgándonos a probar. Todos tenemos un vino de cabecera pero debemos esforzarnos siempre en seguir variando, experimentando y luchando por obtener la mejor experiencia.
En nuestras cavas siempre deben debemos tener tres tipos de vinos.
1. El vino de todos los días, bueno bonito y barato. Para combatir el colesterol, mejorar los latidos del corazón.
2. Muchas variedades de uvas o cepas, tintos, blancos, rosados, burbujas, Jerez, Oportos. Denominaciones varias y precios módicos. Orgánicos, sorpresivos, radiantes, etc …
3. Grandes vinazos, salvajes, mounstrosos, épicos e históricos.
Muchas uvas nuevas entran también en tinto y en blanco. Carignan, Petit verdot, Tannat, Bobal, Pinot Grigio, Greco di Tufo, Cola di Volpe, etc … Hay tantas nuevas opciones que tenemos mucha suerte que por este lado del hemisferio estemos abastecidos con tanta buena oferta aunque los precios siempre serán nuestra cruz. Cuando empecé en este rubro por el año 1997, había tan poco vino que los clientes llegaban al restaurante o bar con sus botellas recién traídas de sus viajes de negocios. Orgullosos comentaban la experiencia de haber estado en el viñedo y que el mismo enólogo los haya recibido, el paisaje, el olor, la pasión. Por eso siempre se dice que el vino se disfruta mucho más en el lugar donde se produce.
Hoy es importante probar cepas nuevas, pero también es importantes recordar los verdaderos y perfectos cepajes en su mejor expresión. Acudir a quienes producen el clásico cabernet sauvignon, el merlot, el chardonnay, el sauvignon blanc, aquellas variedades emblema que dignifican las cuatro letras del VINO. Es ahí en donde radica la comprensión y entendimiento de las novedades que ingresan a nuestro chip o disco duro de aromas.
Hablando de ¨encantadores de sentidos¨, me encontré este Chardonnay llamado ANIMAL. Cepa de caracter del mundo blanco. Cuando lo caté sentí en gusto y olfato una acidez muy controlada y de textura gigante. Plátano, mango, tropical fruits y una mantequilla fresca de las mañanas en casa de la abuela Celia. Crocancia en el paladar, ahumados delicados, exótico y revelador.
Conocí al señor Nicolás Catena a través de sus millones de reportajes y probando sus grandes joyas en viajes de investigación. Ya en ese tiempo se comentaba que su visión y complicidad con la viticultura Argentina y el Malbec eran autoridad en sudamérica y en el mundo, en calidad y exportaciones.
Ernesto Catena es hijo del prestigioso bodeguero, es realizador de este vino Orgánico y seductor. Un joven de mundo, de pequeño probaba la uva recorriendo las parras de su padre en Mendoza, enjugando su sangre de cultura vinícola y llegando a conquistar hoy el mercado del vino de vanguardia. Lo que muchos llaman ¨ el vino del mañana ¨.
¨Un vino que aprendió de ayer para ser hoy el vino del mañana¨.
Preocupado por el ecosistema y la autenticidad de los sabores nace Ernesto Catena Vineyards, una bodega a conciencia, muy auténtica y especial nace en el 2002.
Jugador de polo, coleccionista de arte, dicen que posee el lado más artístico de la familia Catena, estudios de ciencias tecnológicas y economía, también graduado en diseño en Milán e historia en Londres. Amante de los caballos y la pintura, desenlaza su buen gusto arrazando con estilo en el Mercado del vino.
Este vinazo llamado Animal, dicho y hecho, tiene una elegante potencia como Chardonnay Mendocino. Tupungato. 13.5 % de graduación alcohólica, vinos que desde la primera copa invitan llegar a la última.
Es como un animal no amaestrado.
Maceración pelicular en prensa por 6 horas, 30% fermentado en roble francés y 70% en tanques de acero inoxidable entre 15 y 17 grados.
Su procedencia de viñedos certificados como orgánicos les aporta un estilo muy natural y espontáneo.
Esta agricultura ecológica es un método de cultivo con un sistema de producción sustentable mediante el uso racional de los recursos naturales y sin la utilización de productos de síntesis.
Nuestra cocina peruana de mar merece prender ese fósforo que deja en nosotros con este Animal. Disfrútalo y convéncete de lo verdadero.