Enki, Vistamar. Equilibrio
Se dice que el vino siempre ha sido el compañero infinito del ser humano. Que en cada sorbo está el respiro que la imaginación necesita para enfrentarse a sus miedos más febriles. Relajamos los sentidos y encontramos ese equilibrio que nos permite aventurarnos y tomar decisiones que no nos atreveríamos sin tener a la uva compañera de copiloto. Enki significa Equilibrio, como concepto enológico este vino corresponde a su primer Ultra Premium y refleja fielmente el espíritu y la experiencia de una bodega llamada Vistamar. Reúne dos cepas emblemáticas de Chile muy de moda, donde la principal, que es Carmenère, aporta la fruta, la redondez y la suavidad. Esto se complementa perfectamente con la exquisita acidez del Carignan. Viene de un antiguo viñedo de más de 50 años enclavado en los cordones de la cordillera de la costa Maulina.
Es de secano, de suelos muy pobres y erosionados, lo que consigue fruta muy concentrada y perfectamente balanceada. Vino redondo y otro de mis grandes descubrimientos de este 2014.
Analizando esta bodega me encontré con este vinazo llamado Enki, voluptuoso en boca, con personalidad y terciopelo silvestre, que creo que es lo que todos buscamos en un blend sobretodo de Chile. Chile trabaja con carácter sus vinos, siempre es característica su expresividad tánica y frutal. Nuestro consumo de vinos siempre debe comenzar a identificar prácticamente a ciegas hasta la denominación del producto que tenemos en copa. Cada país, cada región tiene una honesta forma de expresarse, hay que saber encontrar el detalle que los hace diferentes. Yo lo asocio a la madurez de la vida, con la que llegamos a encontrar lo que nos gusta, lo que queremos, a quiénes queremos cerca y también a quiénes queremos lejos. Al equilibrio que encontramos una vez que identificamos qué plato más nos agrada, cómo queremos la fruta si es ácida o dulce, cuál es el término de la carne a pedir, que las burbujas rosadas, que el pastel de hierbas, etc…
El buen vino es que el nos permite encontrar lo nó encontrado, lo nó sabido, la luz que está al final del camino dónde solucionamos el problema, cuando el laberinto deja de serlo. Creo que es un vino para obsequiar al que encontró el equilibrio en su vida. Al que encontró esa vitalidad, esa emoción que le faltaba para levantarse todos los días con el pie derecho. La era moderna nos ha llevado a vivir en un torbellino sobre revolucionado, exigente y exitista, sin tiempo para disfrutar de los placeres cotidianos de la vida. Con este vino te invito a disfrutar la simpleza de cualquier ocasión o compañía.
Este vino se maneja bajo normas llamadas BPA. Buenas Prácticas Agrícolas. Estos son procedimientos en base a los cuales se realizan los trabajos en los campos, y apuntan a cuidar el medioambiente, además de asegurar la trazabilidad de la uva mediante un completo sistema de registro de las labores agrícolas.
Los recursos naturales son limitados, y su uso prolongado genera problemas sociales y económicos. Esto ocurre en todo tipo de países y realidades, por lo que ser sustentables se convierte en una característica necesaria.
Buscando equilibrio es lo que se logra en esta mezcla a través de la experimentación y entendimiento del flujo vital de energía entre cielo, tierra, fruta y el hombre.
Este vino en boca y nariz es más sano, se siente, se percibe, cuenta con certificaciones como Eficiencia Energética, Huella de Carbono, Sistemas de Gestion de Calidad Medioambiental, HACCP, controles orgánicos, etc… Un compromiso que hace al vino más potente.
Con 14.5 % de volumen de alcohol, este vino si te puede cambiar la vida.
La sustentabilidad busca satisfacer las necesidades de las generaciones del presente sin comprometer las posibilidades del futuro. Su desafío, entonces, es integrar el manejo sustentable del medio ambiente a las necesidades y realidades del ámbito económico y social actual, así como también del futuro. Y por supuesto también el nuestro.
Encontrar equilibrio demora, pero se consigue.