Saben Aquell (Chistes y cigarrillos) *
Saben Aquell, dirigida por David Trueba, retrata los primeros años de la trayectoria artística del reconocido humorista Eugenio Jofra, interpretado por David Verdaguer, en una Barcelona de profundos cambios durante los años setenta del siglo pasado. El relato se abre cuando el joven Jofra, joyero reservado y de temperamento introspectivo, conoce a Conchita Alcaide —encarnada por Carolina Yuste—, una cantante de fuerte presencia escénica con quien conforma el dúo “Els Dos”. La relación entre ambos, marcada por la sintonía creativa y un cariño en constante evolución, impulsa al protagonista a adentrarse en nuevas formas de expresión.
Mientras recorren bares y pequeños escenarios, la cámara acompaña la transformación de Eugenio: de músico dubitativo a intérprete que descubre, casi de manera fortuita, un estilo cómico inconfundible. Trueba construye un retrato íntimo del proceso de creación, evidenciando cómo la rutina, los tropiezos y los afectos modelan la sensibilidad de Jofra. Asimismo, convierte a Conchita en la contraparte indispensable de un hombre que intenta conciliar matrimonio, paternidad y vocación sin dejarse seducir por el brillo de la fama.
Entre sus virtudes, la película destaca por su reconstrucción minuciosa de la época, apoyada en un costumbrismo atento a los detalles y en observaciones que dialogan con el contexto sociopolítico: la muerte del Che Guevara o la de Francisco Franco trazan, casi en segundo plano, se vislumbran como el clima de una generación. Sin embargo, su mayor logro reside en equilibrar con sutileza humor y melancolía para revelar la complejidad del personaje central. Trueba recrea una época con naturalidad a fin de plantear una interrogante ineludible: ¿qué queda del individuo cuando el personaje termina por imponerse?
Lo singular en Eugenio no reside solo en su manera de contar chistes, sino en la decisión radical de no reírse jamás. Ese gesto, que podría parecer un recurso básico, adquiere profundidad cuando se combina con su aire abatido, su atuendo oscuro y una vulnerabilidad siempre al borde de aflorar. En una época marcada por el entusiasmo y las ilusiones colectivas, él encarnaba la imagen inversa: la constatación de que el ánimo social no siempre acompañaba la celebración. Trueba recoge ese gesto mínimo y, mediante un guion preciso y transparente, retrata no solo al personaje, sino también el clima emocional de una sociedad que, entre la risa y el desaliento, buscaba reconocerse.
Verdaguer consolida un gran trabajo a partir del lenguaje no verbal, controlado y sugerente, que otorga a Eugenio. Su voz cavernosa e imponente contrasta con la esencia de la labor con la que se gana la vida: contar chistes, algunos de ellos hoy irreproducibles por su humor ácido y ciertas connotaciones sexistas o racistas, los mismos que acompañaron a varias generaciones de españoles. Con esta performance, el actor alcanzó su segundo premio Goya —ya había recibido uno por Verano 1993, de Carla Simón, en 2017—. Por su parte, Yuste es el complemento ideal para Verdaguer. Juntos conforman una pareja artística que parece conocerse como pocas. Ella conserva el ángel de alguien a quien nadie puede resistirse por su dulzura y su espíritu luchador.
Saben Aquell articula una reflexión sobre la identidad artística mediante la sutil convivencia entre humor y melancolía. De esta manera, Trueba retrata el surgimiento del personaje y la configuración de su estilo cómico, revelando tanto el talento inicial como las fisuras que presagian un desenlace marcado por la desgracia. La narración convierte la sencillez en un recurso expresivo que potencia la dimensión íntima del relato. Así, la película expone cómo la risa que Eugenio ofrece se sostiene sobre un dolor discreto, recordando que la comicidad más perdurable surge de una fragilidad que el artista rara vez permite ver.
* Esta producción formó parte de la Competencia Oficial del 37 Festival de Cine Europeo en Perú y fue reconocida por la Asociación de Prensa Cinematográfica del Perú – Apreci como Mejor Película del certamen. El autor del texto integró el Jurado Apreci que entregó el premio correspondiente.

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