29 Festival de Cine de Lima. Las recomendadas en competencia de ficción
La competencia de ficción del 29 Festival de Cine de Lima se consolida como un espacio clave para apreciar la diversidad y vitalidad del cine latinoamericano contemporáneo. Organizado por la Pontificia Universidad Católica del Perú, el certamen reúne a cineastas consagrados y emergentes, propiciando el diálogo entre distintas miradas autorales. La selección oficial ofrece propuestas que destacan por su solidez narrativa, riqueza estética y manejo preciso de recursos visuales y sonoros. Desde este espacio, recomendamos las cuatro mejores películas que hemos visto durante las proyecciones para la crítica y la prensa.
El agente secreto (Kleber Mendonça Filho, Brasil)
Cada vez que una película de Mendonça Filho se presenta en este certamen, la expectativa y el resultado han sido ampliamente satisfactorios. Bajo el sello autoral del director brasileño han llegado Aquarius y Bacurau, obras que, aunque distintas en argumento y tratamiento visual, comparten un estilo y una perspectiva originales. El agente secreto representa, hasta la fecha, el proyecto más ambicioso del cineasta pernambucano en términos de puesta en escena, complejidad y número de personajes, recreación y verosimilitud histórica, así como despliegue audiovisual.
Wagner Moura interpreta a Marcelo, un hombre que huye de un pasado misterioso y se refugia en Recife a finales de la década de 1970, durante los últimos años de la dictadura militar en Brasil. La persecución de dos asesinos a sueldo y la responsabilidad de asegurar un mejor futuro para su hijo serán los ejes centrales de sus preocupaciones, en un contexto donde el carnaval y la idiosincrasia del interior del país se imponen como telón de fondo.
Mendonça Filho (Mejor Director en el Festival de Cannes por esta película) construye un thriller de cocción lenta que entrelaza múltiples historias, ofreciendo así una mejor comprensión de las decisiones de los personajes, todos condicionados por el contexto político y social. Desde otro ángulo narrativo, la trama salta al presente para mostrar las consecuencias de los actos pasados, configurando una estructura que se alimenta de la intriga y el suspenso.
En la recreación de la época, el realizador no se limita a la dirección de arte, sino que recurre a una fotografía depurada, dominada por tonalidades cálidas y terrosas. Este acierto visual no solo captura la atención desde el inicio, sino que, en varios de sus tramos, especialmente al final, evoca el estilo de las producciones policiales estadounidenses de aquellos años.
El agente secreto, salvo sorpresas de último minuto, se perfila como la candidata natural a alzarse con la máxima distinción del festival. Y razones para ello no faltan.
Querido trópico (Ana Endara, Panamá)
Desde Panamá llega Querido trópico, una propuesta narrativa que se construye a partir de silencios incómodos y diálogos contenidos. Dirigida y coescrita por Ana Endara, la película plantea un drama íntimo que también destaca por la sutileza de su ritmo y la minuciosidad en los detalles, elementos que sustentan el sólido duelo actoral entre Paulina García y Jenny Navarrete.
Mercedes, interpretada por García, es una mujer de carácter difícil que padece demencia senil y se encuentra en una situación de abandono emocional. A pesar de tener varios hijos y una numerosa descendencia, nadie parece dispuesto a brindarle atención, mucho menos afecto. Jimena, su hija se encuentra absorbida por las exigencias de dirigir la empresa que su madre fundó.
La llegada de Ana María, una joven empleada contratada para asistir a Mercedes, introduce una dinámica inesperada. A pesar de los desplantes y las ofensas constantes por parte de la anciana, Ana María logra establecer una conexión genuina con ella. Entre ambas mujeres, separadas por profundas diferencias sociales, se desarrolla un vínculo singular que pone al descubierto zonas oscuras de sus personalidades y revela el trasfondo emocional marcado por la soledad.
Endara demuestra una notable capacidad para construir tensión a partir de lo cotidiano, enfrentando ideas preconcebidas que desmantelan prejuicios sin caer en la sobreexplicación. En este contexto, el trabajo actoral de García y Navarrete es esencial: ambas sostienen con fuerza el peso emocional del relato, y sus interpretaciones bien podrían justificar una nominación compartida al reconocimiento como Mejor Actriz del festival.
La misteriosa mirada del flamenco (Diego Céspedes, Chile)
Lidia (Tamara Cortés) es una niña que comienza a comprender el mundo cuando advierte cómo la discriminación afecta a su madre adoptiva y a la comunidad travesti a la que esta pertenece. El pequeño colectivo trabaja en un bar situado en el norte de Chile, atendiendo a los mineros de un socavón aislado en medio del desierto. Es 1982, y el VIH/Sida acaba de ingresar al país. Algunos hombres creen que basta la mirada de un travesti para contagiarse, mientras que otros se enamoran perdidamente de ellos. Desde la perspectiva de Lidia, La misteriosa mirada del flamenco se configura como un inquietante ejercicio cinematográfico en el que confluyen múltiples géneros, ofreciendo un retrato sensible y poblado de personajes finamente delineados.
Ganadora de la sección Una cierta mirada en la última edición del Festival de Cannes, la película, dirigida y escrita por Diego Céspedes, ejerce un magnetismo inmediato gracias a la fuerza de sus conflictos cotidianos y a la manera en que se resuelven. Flamenco (Matías Catalán), la madre de Lidia, es el travesti más deseado y, al mismo tiempo, el más indómito de su grupo. Condenado a morir a causa del virus aún desconocido, se las ingenia para enfrentar la enfermedad. Céspedes eleva a su protagonista como símbolo de resistencia y solidaridad, cualidades ausentes en la mayoría de los hombres que frecuentan la taberna. Sin embargo, el tramo final de la propuesta dará un giro sorpresivo impulsado por metáforas audaces que afectarán a los mineros.
La obra de Céspedes se desarrolla con la intensidad de un “realismo sucio” en el que la comedia, el western, lo fantástico y el romance fatal se entrelazan para recordarnos que la intolerancia no solo se combate con la denuncia, sino también con una poderosa dosis de ironía y sarcasmo.
Un poeta (Simón Mesa Soto, Colombia)
La película más divertida del festival proviene de Colombia. Un poeta relata la vida de Óscar Restrepo (Ubeimar Ríos), bardo de Medellín que, sin el reconocimiento de sus colegas y en plena madurez, aún vive bajo el amparo materno. Alejado de cualquier virtud lírica, Óscar encarna el fracaso literario y el exceso callejero. Un día, obligado a encontrar trabajo, se inicia en la docencia escolar y descubre a una niña de escasos recursos que escribe poemas con una sensibilidad excepcional. Sin embargo, convertirse en su mentor lo confrontará con una realidad amarga que marcará un giro en su vida.
Casi de manera delirante, Mesa construye una radiografía del mundo literario alejada del idealismo y la inspiración romántica de las musas. En la propuesta del director colombiano -que también firma el guion-, Óscar representa la mediocridad de un sistema social. Un poeta es, en esencia, una historia de redención: la de un hombre incomprendido que apuesta su última carta -como guía de la niña- para alcanzar un prestigio largamente postergado.
El humor se configura como un elemento central para atenuar la melancolía que atraviesa la película. Empleado con precisión en momentos decisivos, se fusiona con la interpretación de Ríos, cuya actuación podría considerarse la más sobresaliente del festival. Su expresividad no verbal resulta esencial para dar vida al entrañable perdedor que transita del júbilo a la desesperación en el transcurso de una sola escena.
Un poeta (Premio del Jurado en la sección Una cierta mirada de la más reciente edición del Festival de Cannes) también admite una lectura desde la perspectiva de la crítica social, al retratar los barrios más desfavorecidos de Medellín sin caer en la explotación de la miseria. Mesa recurre a la representación de la familia y a los códigos de confraternidad barrial para mostrar que las estampas urbanas pueden construirse también con risas y ternura.

:quality(75)/blogs.gestion.pe/el-cine-es-un-espejo/wp-content/uploads/sites/133/2019/08/el-cine-es-un-espejo.jpg)
