Te veo
La desaparición de niños en una ciudad pequeña, donde sus habitantes parecen ocultar oscuros secretos, trae el recuerdo de un pasado marcado por secuestros y casos criminales de los que nadie quiere acordarse. Sin embargo, los sucesos van transformándose y, poco a poco, adquieren un retorcido cariz que se tiñe de terror psicológico. Entonces, todo se hace impredecible para desembocar en un giro que remite a la naturaleza inicial de toda la historia.
Te veo persigue con éxito un ejercicio narrativo que involucra diversos géneros cinematográficos que, en líneas generales, llama la atención por el equilibrio de sus dos partes. La primera, netamente alineada hacia las películas de terror clásico que mantiene un ritmo asfixiante e intenso; mientras que la segunda se enmarca en el thriller de intriga.
Es decir, la sucesión de los hechos en diversos momentos nos lleva a pensar que todo lo que estamos viendo no es lo que parece. Más que acercarse a la confusión generada por un argumento pretencioso, la película de Adam Randall juega con las posibilidades lúdicas del buen guion escrito por el actor Devon Graye.
Te veo se sitúa en medio de una crisis familiar que se inicia cuando Jackie (Helen Hunt) le es infiel a su esposo, el inspector Greg Harper (Jon Tenney). Por más que él intenta encauzar la relación, el trago amargo no es fácil de asimilar. El hijo de ambos, Connor (Judah Lewis), hace que la situación se torne más complicada al juzgar implacablemente a su madre.
Lo que a primera vista puede apreciarse como un drama familiar, cambia de tono cuando un hecho sacude la apacible comuna que habitan los Harper: la misteriosa desaparición de un niño, caso que Greg tendrá que investigar. La inestabilidad familiar que delinea Te veo es un buen punto de partida para que la tensión dramática se cargue de una atmósfera incómoda donde todo parece a punto de estallar.
Parte de la originalidad de la propuesta del director británico radica en cómo las divergencias emocionales de sus protagonistas encuentran un punto de unión motivado por elementos alejados del conflicto familiar, específicamente en revelaciones sobrenaturales. Una presencia extraña invadirá el hogar de los Harper y hará desaparecer cuadros, encenderá el televisor de forma repentina y pondrá en funcionamiento un tocadiscos sorprendiendo a los habitantes de la casa.
Hasta aquí estamos ante una película de terror psicológico que está bien construida, de visionado estimulante a partir de momentos tensos potenciados por una identidad sonora donde la música no es una comparsa accesoria. Parte de los elogios que merece Te veo se debe a que el giro argumental no rompe su buen ritmo ni destruye la trama. Al contrario, el ingreso de nuevos personajes -no tan sobrenaturales como se puede imaginar- abre líneas que disipan las dudas o vacíos que al inicio se plantean. Randall no fuerza las acciones y es en esas circunstancias en que la solidez del guion sostiene la película.
Si hay algo que reprochar a Te veo -quizá lo único- son sus actuaciones. Ninguno de los actores principales ofrece un trabajo que vaya a ser recordado con aprecio. Los tres integrantes de la familia Harper aparecen medidos, controlados y hasta medio robotizados, desaprovechando ocasiones donde pudieron mutar hacia una serie de alteraciones psicológicas de mayor intensidad, especialmente el personaje de Tenney, actor con una amplia experiencia, sobre todo, en televisión. Hunt, quizá el rostro más célebre de la cinta, pasa totalmente desapercibida. Pero ello no empaña la buena construcción del relato.
Te veo es una agradable sorpresa que destaca en el amplio catálogo de Netflix y que mantiene el pulso de su narrativa emulando a las obras clásicas del género con una frescura que agarra de la solapa a cualquier espectador hasta el último minuto.