Tener conciencia de la política o morir
Tener conciencia de la política o morir
Felipe Gutiérrez/CEO Concertum
En todo negocio, empresa o proyecto se debe tener en consideración su alcance político de la misma manera e importancia, o mayor en muchos de los casos, que se ponderan el marco normativo, el tamaño y características de mercado, los recursos financieros, los tecnológicos y los activos a utilizar. No hacerlo con el alcance y profundidad necesarios acarrea el debilitamiento del emprendimiento, su complicación, mayores costos o incluso su fracaso absoluto. La construcción de un edificio residencial o una carretera exige conocer la política y la actitud del alcalde distrital o provincial, la de los vecinos del área de influencia, la de los gobernadores regionales y la de los congresistas involucrados. Desarrollar un proyecto minero o extractivo obliga a anticipar la posición de los actores sociales del área de influencia y su impacto e influencia en las autoridades que emiten o respaldan las autorizaciones respectivas. Abrir un restaurante o una farmacia también.
El impacto y el entorno políticos son demasiado relevantes como para obviarlos en el análisis de riesgos y en la determinación de los planes de acción. Abrir y gestionar un supermercado en cualquier distrito implica vincularse proactivamente con el alcalde distrital, con los vecinos y con la Comisaría respectiva para sembrar las bases de un relacionamiento productivo y fluido, si no queremos vivir con la amenaza constante de clausuras sin fundamento, comportamientos hostiles de vecinos y amenazas a la operación corriente. Tener conciencia de ese marco de influencia e impacto- extra legal- pemitirá llevar adelante una gestión consciente y responsable, que conduzca por ejemplo a concentrar la contratación de personal medio y operativo de la bolsa de trabajo que ayudaremos a organizar en la Municipalidad del Distrito.
Llevado al tema de las concesiones, debería ser inimaginable comprar una de peajes sin considerar en absoluto los antecedentes jurídico-políticos-éticos-mediáticos de los concesionarios vendedores. Pensar que las previsibles objeciones deben ser enfrentadas solo a través de la defensa de la legalidad formal de los contratos es cuando menos una ingenuidad.
No es posible dirigir un negocio y pretender tener éxito sosteniblemente si no se considera el factor político y de relacionamiento con las autoridades y con los stakeholders que influyen en ellas.
Para eso existe el lobbying profesional, con fundamentos legales y técnicos que se desenvuelve en un marco de transparencia y legalidad.