Liderar con filosofía: una necesidad estratégica en tiempos complejos
Este artículo recoge parte de una conversación que sostuve con el rector Francisco Covarrubias Porzio el miércoles 2 de julio de 2025. En ella reflexionamos sobre el rol de la filosofía en el liderazgo empresarial dentro del ámbito de la educación superior, así como sobre los esfuerzos que está realizando la Universidad Adolfo Ibáñez para formar profesionales con una visión integral y humanista.
¿Por qué es importante que un ejecutivo se forme en filosofía?
Porque la filosofía estimula la plasticidad intelectual, la capacidad de pensar con flexibilidad y profundidad frente a problemas complejos. Además, permite integrar saberes de distintas disciplinas, como la música, el arte, la historia o la ética, fundamentales para comprender la condición humana en toda su complejidad.
Las decisiones humanas rara vez son puramente racionales; están moldeadas por emociones, contextos culturales y sistemas de creencias. Por eso, un ejecutivo necesita herramientas que le permitan entender esta dimensión profunda del ser humano, más allá de modelos simplificados o puramente técnicos.
La música, por ejemplo, abre una vía para explorar las dimensiones emocionales y simbólicas de la experiencia, cultivando sensibilidad y una escucha atenta, cualidades esenciales para liderar con empatía y conexión genuina.
Asimismo, la filosofía permite reconocer que las organizaciones son expresiones culturales. Aunque Chile y Perú compartan una frontera, sus culturas empresariales pueden diferir significativamente. Un buen líder debe saber leer la historia, la identidad y los valores que configuran a cada empresa y su entorno. Entender estos matices culturales es clave para liderar con autenticidad y efectividad.
Formarse en filosofía no es un lujo intelectual. Es una necesidad estratégica para liderar con visión, sensibilidad y humanidad.
¿Cómo prepara la Universidad Adolfo Ibáñez a sus estudiantes de pre y posgrado para liderar en contextos complejos y globales?
Hoy más que nunca, las universidades deben fomentar el diálogo entre disciplinas. Lo que antes funcionaba de forma separada, hoy exige integración y colaboración. La formación integral no es una opción, es una exigencia del mundo actual.
La Universidad Adolfo Ibáñez encarna este enfoque mediante un modelo educativo que promueve la cooperación entre áreas como negocios, ingeniería, derecho, artes liberales y ciencias sociales. En pregrado, destaca su Core Curriculum en Artes Liberales, que estimula el pensamiento crítico, la reflexión ética y la comprensión cultural, junto con una sólida formación profesional.
En posgrado, la universidad ofrece programas de alto prestigio internacional, como su MBA con triple acreditación (AACSB, EQUIS y AMBA), además de una variada oferta de magísteres y doctorados centrados en la innovación, la sostenibilidad y el liderazgo. Sobresale, en particular, la labor de la Facultad de Artes Liberales, que imparte programas online en vivo, como el Magíster en Filosofía Contemporánea y el Magíster en Historia, ofreciendo una experiencia académica rigurosa, participativa y accesible desde cualquier lugar.
Esta propuesta integral se ve fortalecida por una infraestructura moderna, una estrecha vinculación con el mundo empresarial y una visión global que prepara a sus egresados para liderar en entornos complejos, multiculturales y en permanente transformación.
Como directores de empresa, ¿qué libro de filosofía recomendaría para enriquecer nuestra visión y toma de decisiones?
Un libro fundamental que recomendaría es La República, de Platón. No solo por su profunda reflexión sobre la justicia, el poder y la vida en común, sino porque nos obliga a pensar qué significa gobernar bien, cuál es el rol del líder y cómo se forma el carácter. A través del diálogo, Platón nos interpela con preguntas esenciales: ¿para qué lideramos?, ¿a quién servimos?, ¿qué es lo justo? En un entorno cada vez más dominado por lo técnico y lo inmediato, volver a estas preguntas no es un lujo académico, sino una necesidad práctica. Liderar exige filosofía.
En la misma línea, el libro Menos tech y más Platón, de Scott Hartley, ofrece una defensa lúcida del valor de las humanidades en el mundo empresarial. A través de ejemplos concretos de compañías como Google, Apple o LinkedIn, Hartley demuestra que los líderes más efectivos no solo dominan la tecnología, sino que entienden al ser humano en toda su complejidad.
No es casualidad que muchos egresados de Columbia University que hoy ocupan altos cargos en banca, tecnología y finanzas provengan de la Facultad de Artes Liberales. La formación en filosofía, historia o literatura no es una rareza: es una ventaja competitiva. Desarrolla pensamiento crítico, visión ética y capacidad de juicio, tres cualidades cada vez más escasas y urgentes.
Menos dashboards, más diálogo. Menos fórmulas, más pensamiento. Menos respuestas automáticas, más preguntas profundas.

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