La Metamorfosis del Tema de Investigación: Navegando la Evolución Intelectual en el Doctorado
Cuando los profesionales emprenden el camino hacia un doctorado, llegan con una idea preliminar sobre el tema que desean explorar. Sin embargo, esta visión inicial es susceptible de evolucionar significativamente con el tiempo. Aquellos familiarizados con el ámbito de la investigación entienden que este cambio se debe a que el doctorando desarrolla nuevas habilidades y adquiere una comprensión más profunda de lo que implica elaborar una investigación de alto nivel. Esto incluye un manejo avanzado de bases de datos y una capacitación especializada en la identificación de lagunas en el conocimiento existente. El verdadero problema radica en mantener inalterado el tema de investigación, pues esto reflejaría una falta de evolución por parte de los estudiantes. Persistir en la idea de quiero investigar esto basándose en información limitada no es lo ideal. Lo que se busca es avanzar hacia un enfoque de “voy a investigar el tema A porque he identificado una brecha específica”. Así, comenzando a citar fuentes relevantes, se demuestra y se profundiza en el vacío existente en el conocimiento actual.
Siempre recalco a mis estudiantes de doctorado la importancia de estar preparados para esta transformación. El tema de investigación con el que se ingresa al doctorado se enriquece y se afina, apoyándose en una revisión rigurosa de literatura científica que nos orienta a descubrir esas brechas críticas que aún no han sido exploradas. Es útil comparar este proceso con el de un piloto que planifica su vuelo con precisión milimétrica. Aunque el objetivo pueda ser aterrizar en un aeropuerto específico, sin el apoyo de datos e indicadores clave, el aterrizaje exitoso podría verse comprometido. De manera similar, sin una base sólida de investigación y un entendimiento claro de las preguntas sin responder en su campo, el investigador podría encontrarse a la deriva.
En consecuencia, el tema de investigación con el que se entra al doctorado está destinado a cambiar. Este es un aspecto natural y esencial del crecimiento académico, permitiendo que el proyecto de investigación no solo sea una contribución original al campo, sino también un reflejo del desarrollo intelectual y técnico del investigador. Este proceso es fundamental para asegurar que, al final del doctorado, el trabajo realizado no solo responda a preguntas previas sino que también abra nuevas vías de exploración.