La Importancia de la Sunedu para la Reforma Universitaria
A continuación, presento la entrevista que tuve con el Dr. Manuel Etesse, funcionario de Alta dirección de la Sunedu :
¿Cuál es el rol actual de la Sunedu en cuanto a la Reforma Universitaria?
Conjuntamente con el Minedu, la Sunedu es el ente encargado de llevar a cabo la Reforma Universitaria, principalmente en cuanto a legalidad, orden y calidad establecidos en la Ley Universitaria del 2014. La situación previa a la nueva Ley Universitaria era muy precaria a nivel nacional. En ese sentido, los resultados del licenciamiento revelaron grandes brechas de calidad en la oferta universitaria peruana, pues se evidenció que las instituciones con licencia denegada tenían muy graves deficiencias. Durante el trascurso de la evaluación, se revelaron dos realidades. Por una parte, en las casas de estudio que obtuvieron su licencia de funcionamiento se verificó el 100% de los indicadores indispensables para la provisión del servicio educativo. Por otra parte, en las entidades que no la obtuvieron, tan solo se verificó el cumplimiento de apenas el 38% de estos. Asimismo, estas últimas incumplieron entre el 65% y el 88% de indicadores en dimensiones esenciales como la investigación, la docencia y la transparencia institucional. Estamos hablando de una situación muy precaria en lo organizacional, a pesar de los tiempos de adecuación que se tuvo.
Por otra parte, cabe añadir que la Sunedu, además de sus competencias en materia de licenciamiento y supervisión, se ha empeñado en ordenar el sistema en términos de procesos y certificaciones. La Superintendencia administra importantes registros como el Registro Nacional de Grados y Títulos, el Registro Nacional de Trabajos de Investigación y el Registro de Autoridades Universitarias. Para ello sigue lineamientos de calidad, fiabilidad y transparencia. Hoy se puede cotejar la veracidad de un diploma en la web de Sunedu. Así, se viene transformando exitosamente una realidad que era muy lamentable, con temas de falsificaciones, manipulaciones e irregularidades que eran prácticas comunes en nuestro país.
¿Qué significó el Licenciamiento Institucional?
El Licenciamiento Institucional fue decirnos, como sistema educativo, cumplamos 8 condiciones básicas. Para alcanzar con ellas, se realizaron importantes esfuerzos e inversiones en las instalaciones universitarias en todos los departamentos del país. Los promotores serios y las comunidades universitarias se enfocaron en mejorar durante estos últimos años. Lo han logrado. Ello, sin embargo, implicó que dos de cada tres instituciones prescindieron voluntariamente de locales no adaptados para la práctica universitaria. Muchos de los locales universitarios que se usaban para enseñar o investigar no garantizaban la integridad física de los estudiantes, ya que no contaban con servicios básicos ni las condiciones elementales para los fines académicos perseguidos. Así, el licenciamiento impulsó la inversión en equipamiento, infraestructura, gestión de riesgos y servicios básicos (como tópicos, servicios sociales, atención psicopedagógica, espacios deportivos, entre otros), así como en el sinceramiento de la oferta y de la infraestructura. Muchas instituciones optaron por desistir de ciertos locales con el fin de obtener su licencia de funcionamiento. En efecto, a nivel nacional, 95 instituciones –de las cuales 63 obtuvieron su licencia de funcionamiento– descontinuaron el uso de 266 locales que presentaban serias deficiencias. Por otra parte, cientos de laboratorios, bibliotecas y aulas fueron refaccionadas, equipadas y acondicionadas adecuadamente. Ese ha sido un avance grande y muy tangible. En el ámbito académico, los avances también han sido muy claros, y recortan las brechas notorias cuando nos comparamos con países vecinos como Brasil, Colombia y Chile.
¿Cómo hemos avanzado en términos del desarrollo académico?
Las planas docentes de las universidades han experimentado una importante mejora desde el inicio del licenciamiento institucional, pues su personal es más calificado y le dedica más tiempo al quehacer académico. Si se compara la situación actual con aquella pre-Sunedu, se advierte que la proporción de puestos docentes con dedicación a tiempo completo pasó de 25% a 41%, y la presencia de profesores con posgrado creció de 55% a 78%. La situación actual de las planas docentes es resultado de una clara mejoría en las formas de selección y contratación de los docentes. Tener profesores más formados y más disponibles favorece a la formación profesional de los estudiantes universitarios.
Complementariamente, las casas de estudio peruanas están hoy más orientadas al conocimiento, pues han cuadruplicado las publicaciones científicas, en comparación con la situación previa al licenciamiento institucional. Entre los bienos 2013-2014 y 2019-2020, el número de publicaciones especializadas presentes en Web of Science pasó de poco más de 1500 a más de 5400… Resulta alentador que, como muestra el Informe Bienal sobre la Realidad Universitaria en el Perú 2021, esta progresión se caracterizó por el crecimiento de la producción científica fuera de la capital, así como en instituciones que previamente no tenían un alto desempeño en investigación. Cabe subrayar que esta mejora fue producto del incremento de la inversión y de nuevas miradas a la gestión de la investigación. Ello involucró la implementación de líneas de investigación, políticas institucionales, e incentivos públicos y privados para la producción académica de alto nivel, entre otros factores decisivos.
Asimismo, se acrecentó la integración de las planas docentes con el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica. En el marco del Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Concytec), el registro de docentes investigadores contribuye a la consolidación de un entorno científico nacional integrado. En los últimos dos años, se incrementó en 20 % el número de docentes inscritos en el Registro Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica. Con ello, más académicos universitarios encuentran herramientas, contactos y recursos para impulsar su actividad investigadora, en vinculación con entidades y financiamiento nacionales e internacionales de fomento al desarrollo de ciencia y tecnología. Existe un potencial enorme en nuestros docentes, aunque, muchas veces, es descuidado al interior de las mismas universidades.
En ese sentido, la Sunedu ha entrado a supervisar que se cumplan ciertos preceptos básicos, lo que incluye que la universidad produzca conocimiento e innovación. La respuesta ha sido clarísima, los docentes están ahí. Por ejemplo, se ha observado un crecimiento exponencial de la innovación tecnológica en las universidades peruanas. Entre los años 2014 y el 2021, el número de invenciones y modelos de utilidad universitarios patentados en el Indecopi pasó de 9 a 274. Es un crecimiento explosivo. Afortunadamente, este crecimiento fue impulsado porque desde todas las regiones del Perú se ha potenciado el talento docente y estudiantil: la proporción de patentes provenientes de universidades de provincia pasó de 0 % a representar el 20 % del total nacional.
¿Qué opinión tiene sobre la autonomía universitaria que esta nueva ley, en apariencia, defiende?
Esta nueva ley defiende únicamente intereses particulares y no el bien común. Como se ha manifestado, antes de la Reforma Universitaria, el sistema educativo peruano fue declarado, por Sentencia del Tribunal Constitucional, en un “estado de cosas inconstitucional” debido al mal manejo que existía y a la ausencia de regulación sobre la calidad. No había control y ello generó mucha informalidad e ilegalidad, en beneficio único de empresarios y negociantes. Lamentablemente, esto se dio en perjuicio del estudiante peruano y de sus familias. Hoy, se quiere borrar lo avanzado, se quiere retornar a una situación previa.
Para responder a la pregunta, la autonomía no ha de ser confundida con descontrol. Desde su creación, la Sunedu ha detectado empresas que funcionaban como centros educativos sin autorización, que otorgaban grados y títulos falsos. Tal es el caso de las sanciones impuestas a diversas “pseudouniversidades” que operaban sin licencia alguna. Asimismo, se identificó un mercado negro de títulos profesionales otorgados a través de distintas modalidades a las permitidas por la Ley Universitaria. Por ejemplo, en el año 2019, la Sunedu sancionó a una universidad con una multa mayor al millón 200 mil soles por emitir más de mil títulos profesionales a bachilleres provenientes de otras universidades, práctica prohibida por Ley. Además, las acciones de supervisión de la Sunedu permitieron detectar, a la fecha, más de 90 establecimientos no autorizados y más de 140 programas no autorizados. En estos casos, se exigió el cese inmediato de funcionamiento y se brindaron rutas claras para atenuar la afectación a los estudiantes.
Del mismo modo, la autonomía no justifica el uso indebido de los bienes y recursos de la universidad. Los bienes y propiedades de la universidad son para la comunidad universitaria y no para el beneficio de sus autoridades. Actualmente, la ley prohíbe que cualquier activo universitario sea empleado para fines distintos a los universitarios y la Sunedu supervisa esta obligación. Hasta la fecha, se han detectado presuntos incumplimientos por parte de universidades privadas societarias y asociativas por varios millones de soles. Por la inercia y constancia de este nuevo orden que establece la Ley Universitaria, se han ido desarticulando facciones que controlaban el poder de las universidades, especialmente públicas, con fines inescrupulosos.
Los hechos recurrentes son el uso de predios y vehículos para fines no universitarios, por ejemplo, para fines personales de autoridades universitarias y sus familiares directos, o para usos políticos. Además de esto, ya que los bienes universitarios tienen beneficios tributarios, su uso indebido significa el no pago de los impuestos correspondientes.
También, se reveló el uso de dinero para auspiciar actividades con fines no vinculados al quehacer universitario, pagos de bonos a algunas autoridades, inversiones sin la debida diligencia, entre otros. Por citar un ejemplo, teníamos exrectores que tenían sueldos desorbitantes, como de hasta dos millones de soles mensuales.
A la fecha, la Sunedu ha impuesto sanciones a universidades privadas y públicas al haberse constatado que utilizaron de manera indebida sus activos o excedentes, lo cual involucraba un más de 500 millones de soles en actividades distintas a las universitarias. Estas sanciones han ido corrigiendo las prácticas de los funcionarios en las universidades, sean privadas o públicas. Esto protege el interés del estudiante.
Quiero subrayar lo que ha indicado el Dr. Zegarra Rojas (superintendente de Sunedu) sobre la necesidad de no dejarse confundir: autonomía no es descontrol o autarquía en el campo educativo. En pleno ejercicio de la autonomía las universidades han venido colaborando con la vigilancia del cumplimiento de la norma.
Desde la Superintendencia, se ha buscado más bien fortalecer los sistemas internos de las propias universidades en cuando a la gestión de la calidad. Ello con la intención de pasar de un control externo, a uno interno de la propia institución, sobre sus propios procesos. Así, la autonomía y la regulación pro-calidad van de la mano, son aspectos intrínsecamente compatibles que se refuerzan mutuamente. Es la interpretación que ha dado el Tribunal Constitucional en reiteradas ocasiones. Recientemente ello ha sido manifestado por expertos y organismos competentes, nacionales e internacionales. Ha sido el caso del Consejo Nacional de Educación, la Sociedad de Investigación Educativa Peruana, la Asociación de Universidad Públicas, Asociaciones de Universidades Privadas, 5 exministros de educación, gremios de estudiantes, la Defensoría del Pueblo, organismos de educadores… La misma UNESCO se pronunció acerca del peligro que representaba la iniciativa congresal, el peligro de perder lo avanzado como país. Al parecer se ha ignorado intencionalmente todas estas voces.