La Humanidad del Almirante Grau
Muchas veces, converso con ejecutivos, académicos, empresarios, políticos y empresarios sobre el liderazgo. Sin duda, hay muchas definiciones en la literatura científica. Podría mostrar una revisión de literatura apoyada en la base de datos Scopus o en la Web of Science, pero quisiera esta vez citar una cualidad que todo líder debe tener: la sensibilidad humana sin importar el puesto que tengamos.
El 21 de mayo fue un día especial, porque se celebró un aniversario más del combate naval de Iquique. En esta oportunidad, es clave resaltar la caballerosidad y la calidad humana del capitán de Navío Grau (gran almirante del Perú, peruano de milenio y Caballero de los Mares en la actualidad), quien, al mando del flamante monitor Huáscar, decidió salvar a un promedio de 62 sobrevivientes de la corbeta chilena Esmeralda, y entregar las prendas del comandante chileno Prat a su viuda, en lugar de conservarlas. Sin duda, el gran almirante del Perú, don Miguel Grau Seminario, deja muchas enseñanzas no solo por ser un gran estratega, sino por ser un gran ser humano. Él es un ejemplo que todos deberíamos seguir hoy y que nos muestra una competencia fundamental en cualquier campo del mundo.
Figura 1
Combate Naval de Iquique
Situación
El entonces capitán de Navío Don Miguel Grau Seminario zarpó desde el puerto del Callao un 16 de mayo de 1879 junto a la primera división peruana compuesta de la siguiente forma: a) el monitor Huáscar; b) la fragata Independencia; y c) los transportes Chalaco, Limeña y la Oroya. Todo esto se dio mientras se recibía la declaratoria de guerra por parte de Chile, frente a lo cual Perú decidió tomar las medidas correspondientes para combatir al adversario chileno.
Datos relevantes
Lo curioso es que el contralmirante chileno Williams partió con la escuadra chilena rumbo al Callao (Perú). La estrategia de Williams era atacar por sorpresa en el Callao, mientras que, en Iquique, se mantenían las corbetas Covadonga y Esmeralda para generar una especie de bloqueo contra Perú. La escuadra peruana y la chilena se cruzaron, pero no se avistaron, ya que la peruana navegaba cerca de la costa y la chilena, mar adentro.
Recordemos que la estrategia chilena se basó en generar un bloqueo en Chile con las corbetas Covadonga y Esmeralda. Además, el entonces presidente, el general Mariano Ignacio Prado, se reunió con los comandantes de los buques peruanos y, juntos, decidieron la estrategia a seguir. Decidieron generar un ataque a Iquique contra las corbetas bloqueadoras. Los buques peruanos arribaron a Iquique el día 21 de mayo a las 08:00 horas. El valeroso capitán de Navío Grau mencionó estas palabras: “Tripulantes del Huáscar, ha llegado la hora de castigar a los enemigos de la patria y espero que los sabréis hacer, cosechando nuevos laureles y nuevas glorias dignas de brillar al lado de Junín, Ayacucho, Abtao y 2 de mayo. ¡Viva el Perú!”. En esos momentos, el monitor rompió fue y comenzó la guerra.
Momentos Clave
La corbeta Covadonga fue impactada con una granada, ya que intentó huir, porque, previo a la guerra, tenía rota una de sus calderas y no estaba operativa al 100 %. El capitán de Navío Grau, comandante del monitor Huáscar, ordenó al capitán de navío More (comandante de la Independencia) que persiga a la Covadonga mientras él se enfrentaba a la Esmeralda. El buque chileno Esmeralda estaba cerca de la costa; por eso, el capitán de Corbeta Grau pensó en la población chilena y decidió espolonear a la Esmeralda. Los informes concluyeron que tanto el costado de babor como la amura de estribor fueron dañados por el primer espolonazo peruano, lo que causó un daño considerable en la Esmeralda. Este buque chileno era comandado por el capitán de fragata Prat, quien murió en este ataque; por otro lado, el centro de la Esmeralda fue partido en dos por otro espolonazo.
La Humanidad de Grau
El capitán de Navío Grau mostró su empatía y sensibilidad humana. Recordemos que él no quiso atacar directamente por miedo a generar daño a la población chilena; además, hizo lo imposible por ayudar a los náufragos chilenos de la Esmeralda. Los cálculos mencionan que fueron alrededor de 62 sobrevivientes que fueron regidos por los botes del monitor Huáscar. Estos sobrevivientes exclamaron lo siguiente: “¡Viva el Perú generoso!”. Además, el capitán de navío Grau devolvió las prendas del comandante chileno Arturo Prat a su viuda cuando bien pudo quedárselas como trofeo de guerra. Por otro lado, el teniente segundo Velarde (peruano) murió batido por una bala enemiga al darlo todo en combate.
La Caza de la Covadonga
La corbeta chilena Covadonga era perseguida por la fragata peruana Independencia; la corbeta chilena huía muy cerca de la costa y encalló en Punta Gruesa. La fragata peruana estaba lista para espolonear a la nave enemiga; sin embargo, un arrecife que no estaba señalado en las cartas náuticas abrió la quilla de nuestra Independencia. La corbeta chilena Covadonga detuvo su huida y decidió atacar a la fragata Independencia, la misma que se defendió hasta que el agua inundó las cubiertas y le fue imposible combatir. Los sobrevivientes fueron recogidos por el monitor Huáscar.
* Los datos en su totalidad fueron tomados de la Marina de Guerra del Perú.
* Pueden aprender más de la cultura naval en el siguiente enlace Marina de Guerra del Perú | Historia Naval