La Creatividad como Factor Clave de la Productividad
Por: Ignacio Risso De las Casas
La Creatividad como Factor Clave de la Productividad
Resumen: El entorno competitivo a nivel mundial se vuelve cada vez más complejo y dinámico. A medida que la competencia aumenta, las ventajas competitivas disminuyen y las organizaciones se ven obligadas a ser sumamente minuciosos en la productividad. El contexto del Covid-19 ha impulsado la reestructuración de negocios, cambios radicales en los procesos y más. Así, uno de los componentes de la productividad es la innovación, y no podemos dejar de tomar en cuenta la creatividad cuando pensamos en ella.
De acuerdo con Easterly y Levine (2001), las variaciones en la productividad son un factor que explica los cambios en el crecimiento de los países. Al respecto, Loyza (2016) definió la productividad como el valor que cada unidad de insumo le da a un producto terminado, y que comprende cuatro componentes principales: (a) innovación, (b) educación, (c) eficiencia, e (d) infraestructura física e institucional. En estos cuatro se consideran elementos como tecnologías, procesos, distribución, y recursos. La Figura 1 nos sirve para entender visualmente el concepto de productividad.
Figura 1
¿Qué es la Productividad?
Nota. Loayza, 2016
Si bien puede ser complicado comprender cómo se comportan los componentes de la productividad, conviene pensarlos como una receta de un plato popular. Cuando hablamos de innovación, nos referimos al momento en que alguna persona tuvo la idea de unificar diferentes ingredientes (recursos) para crear dicha receta. Si este plato resulta ser sabroso, su receta se compartirá en el país hasta que todos la sepan (educación), pero los demás solo podrán prepararla si los insumos pueden llegar a la localidad en la que se encuentran, ya que suelen provenir de partes distintas (eficiencia de distribución). Y para terminar este paralelo, debemos considerar que jamás se podrá tener una distribución eficiente si la infraestructura física e institucional no lo permite (Loayza, 2016).
Cuando pensamos en innovación, no podemos dejar de tener en cuenta el concepto de creatividad, el mismo que la Real Academia Española (RAE) (2020) definió como la “facultad de crear” o la “capacidad de creación”. Furman et al. (2020) relacionaron el mismo concepto a la creación de algo nuevo, derivado del latin creatio; sin embargo, aún no hay una definición clara de este concepto a nivel empresarial. En este sentido, cabe mencionar que Risso (2020) mencionó que dentro de las cuatro competencias más importantes que un empleado deberá tener en el futuro está la creatividad, junto a pensamiento crítico, comunicación y colaboración. Asimismo, resulta importante tomar conciencia de esta tendencia porque en un estudio de empresas peruanas del Banco Mundial en el 2007 expuesta por Lavado, Rigolini y Yamada (2015) se encontró que dentro de las habilidades más buscadas por empresas, la creatividad fue la menos favorecida – ver Figura 2.
Figura 2
Habilidades Buscadas por las Empresas
Nota. Lavado, P., Rigolini J., y Yamada, G., 2015
En línea con lo mencionado en el párrafo anterior, Hill y Jones (2011) definieron que la ventaja competitiva tiene cuatro factores: (a) calidad superior, (b) eficiencia superior, (c) innovación superior, y (d) capacidad de respuesta al cliente. En este sentido, queda en evidencia que la innovación juega un papel clave en cómo las empresas se desenvuelven en un entorno competitivo cada vez más exigente, y en la productividad de las mismas. La emergencia sanitaria mundial a causa del Covid-19 ha exigido que la mayoría de empresas se reinventen y cambien sus plataformas de atención, procesos, insumos, tecnologías y mucho más, por lo que la innovación ha sido clave para determinar qué empresas sobrevivirán a la pandemia y cuáles pasarán a ser historia. Recomiendo que investiguen sobre darwinismo empresarial.
En el estudio de Furman et al. (2020), se compararon empleados con niveles alto de inteligencia y creatividad, con otros con niveles opuestos en dichas competencias. Los resultados mostraron que ambos grupos difieren completamente en sus resultados, mostrando mejor desempeño en ventas, mayor lealtad de clientes, y mayor valoración por parte de los expertos de la severidad de las cualidades del pensamiento, y mayor estatus social en el grupo. Por otro lado, Coelho, Ferreira y Moutinho (2020) estudiaron la creatividad e innovación y encontraron que estas capacidades dinámicas mejoran el desempeño y la ventaja competitiva a nivel personal y empresarial. En su análisis expusieron que la innovación prescribe la propensión que una empresa tiene de involucrarse o comprometerse a apoyar nuevas ideas, novedades, experimentos y procesos creativos que pueden resultar en productos, servicios o procesos tecnológicos nuevos.
El estudio de Kalar (2020) también hace alusión a este involucramiento organizacional con la innovación, resaltando la necesidad de distinguir dos aspectos de la creatividad: (a) el potencial creativo, y (b) producción creativa. Esto significa que un individuo no puede expresar su potencial creativo si la producción creativa está inhibida por el medio ambiente. De aquí se puede inferir que la medida en que el potencial creativo de un individuo es expresado en la práctica depende significativamente de su entorno de trabajo.
La creatividad es la semilla de la innovación. La creación exitosa de nuevos productos, servicios o prácticas empieza cuando una persona o equipo tienen una buena idea que luego desarrollarán hasta convertirla en realidad. En una palabra, sin ideas creativas jamás podremos tener innovación, ya que no hay nada que implementar. En este sentido, la creatividad e innovación son críticamente importantes para las compañías que buscan sobrevivir y trascender a los contextos empresariales tan turbulentos de hoy, que cada día aumentan su complejidad y dinamismo. Sin embargo, resulta interesante aclarar que si bien una persona creativa suele ser innovadora para tener nuevas ideas, puede carecer de la capacidad de venderlas. (Coelho, Ferreira y Moutinho, 2020).
Conclusiones
En resumen, se puede ver una relación directa entre la productividad empresarial y su capacidad de innovar. De acuerdo con lo expuesto, si una empresa fomenta una cultura creativa e involucra a sus empleados a serlo, las probabilidad de innovar van a ser mucho mayores y, por lo tanto, la organización estará en posición de generar mayor ventaja competitiva. Esto no significa simplemente pedirle a los colaboradores que se inventen estrategias o productos, sino tomarlas, analizarlas y desarrollar las que tengan capacidad de agregar valor para convertirlas en realidad.
Durante la emergencia sanitaria en el Perú hemos podido ver casos como el de la Pastelería San Antonio que convirtió sus restaurantes en mini-markets, o el de Osso, que desarrolló unos packs con ingredientes e instrucciones para que sus clientes puedan desarrollar diferentes platos desde su casa, ya que los establecimientos estaban cerrados. Como resultado, hemos podido ver cómo diferentes empresas han luchado por proteger los intereses de los stakeholders, considerando las nuevas necesidades de sus clientes, la salud y la situación económica de su personal y sus familias, el creciente riesgo de los accionistas que veían un futuro de pérdidas inevitables, y el peligro percibido por los proveedores que, de la noche a la mañana, también perdían clientela.
La pandemia del Covid-19 trajo consigo tantas amenazas como oportunidades y muchas empresas estuvieron preparadas para hacerle frente, aprovechando sus fortalezas para tomar todas las oportunidades posibles y contrarrestar el efecto de las amenazas. Ha sido un episodio que obligó a muchos a revisar sus procesos, evaluar costos fijos como las oficinas, re-estructurar los negocios para convertir sus plataformas físicas en digitales, re-destinar la tecnología y personal para producir productos de higiene, y muchos otros aspectos más.
Como mencioné anteriormente y con más énfasis que años anteriores, las empresas buscan empleados con pensamiento crítico, creatividad, y habilidades de comunicación y colaboración. Así, a medida que se integran nuevas tecnologías y se hace más conocido el concepto de customer engagement, las organizaciones empiezan a trabajar Big Data para gestionar sus clientes, proyectos y su cadena productiva. De esta manera, cada vez habrá análisis más complejos y que integren más variables para aumentar la probabilidad de éxito en cada estrategia en la medida posible. En este sentido, es valioso contar con profesionales que estén en capacidad de analizar la información de manera correcta e integrada a todas las áreas de la organización, de manera que se pueda unificar las estrategias y así, tomar mejores decisiones.
Un caso interesante para profundizar sobre la importancia de la innovación y tecnologías de Big Data es el de Walmart, que cada hora alimenta su base de datos con 20,000 megabits para utilizarlos en situaciones como cuando hay alertas de huracán. En estos casos, la cadena de supermercados abastecen sus estanterías con linternas, pilas, conservas, agua y hasta multiplican su stock de Pop Tart de fresa de Kellogg’s, ya que cuentan con información robusta de que estas son las tendencias de consumo en situaciones así (Zamora, 2016).
La creatividad es solo uno de los tantos factores que benefician la productividad de la empresa, pero sin duda es clave tomarlo en consideración para orientar la búsqueda y retención de talento en las organizaciones hacia este tipo de competencias, de manera que puedan incentivar mejores estrategias. Al final del día, una empresa no es más que sus empleados.
Referencias
Coelho, A., Ferreira, J., Moutinho, L. (2020). Dynamic Capabilities, Creativity and Innovation Capability and their Impact on Competitive Advantage and Firm Performance: The Moderating role of Entrepreneurial Orientation. Technovation, 92-92, https://doi.org/10.1016/j.technovation.2018.11.004
Easterly, W. & Levine, R. (2001). It’s not Factor Accumulation: Stylized Facts and Growth Models. World Bank Economic Review, 15(2), 177-229,https://hdl.handle.net/20.500.12580/3681
Furman, A., Gliznutsa, M., Kutsepal, S., Krylova, S., Prykhodko, T., & Vykhovanets, Z. (2020) Intelligence, Creativity, Psychological and Personal Qualities of Employees as Factors of Real Achievements. International Journal of Management, 11 (4), 316-325, recuperado el 30 de junio de 2020 de: https://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=3600914
Hill, C., & Jones, G. (2011). Administración Estratégica. Un enfoque integral (9ª. ed). México: CENGAGE Learning.
Kalar, B. (2020). The Role of Creativity in the Context of Academic Entrepreneurship. Creativity and Innovation Management, 29(2), 1-14, https://doi.org/10.1111/caim.12352
Lavado, P., Rigolini J., & Yamada, G. (2015). Giving Peru a productivity boost: towards a system of continuous education and training. Recuperado el 30 de junio de 2020 de: http://repositorio.up.edu.pe/bitstream/handle/11354/1091/LavadoPablo2015.pdf?sequence=1&isAllowed=y
Loayza, N. V. (2016). La Productividad como Clave del Crecimiento y el Desarrollo en el Perú y el Mundo. Revista Estudios Económicos, 31, 9-28, Recuperado el 30 de junio de 2020 de:https://www.bcrp.gob.pe/publicaciones/revista-estudios-economicos/ree-31-01-la-productividad-como-clave-del-crecimiento-y-el-desarrollo-en-el-peru-y-el-mundo.html
Real Academia Española. (2020). Creatividad. Recuperado el 30 de junio de 2020 de: https://dle.rae.es/creatividad
Risso, J. I. (2020). ¿Qué Producen las Universidades? Orquestación Estratégica, Diario Gestión. Recuperado el 30 de junio de 2020 de: https://gestion.pe/blog/el-arte-de-emprender-y-fallar/2020/01/que-producen-las-universidades.html?ref=gesr
Zamora, J. (2016). Tomar Mejores Decisiones con el Big Data. Harvard Business Review, 256. Recuperado el 30 de junio de 2020 de: https://www.harvard-deusto.com/tomar-mejores-decisiones-con-el-big-data