Decisiones 2020
Las investigaciones relacionadas al emprendimiento se han llevado a cabo principalmente desde las siguientes perspectivas: (a) la psicología organizacional; (b) la economía; y (c) la salud ocupacional. Aunque su énfasis varía, estas tres perspectivas toman como punto de partida a los empleados asalariados, y luego destacan las diferencias en la naturaleza y la calidad del trabajo de los empresarios. Argumentos similares se encontraron en la investigación empresarial. En este campo se mostró que los empresarios enfrentan condiciones de trabajo que son más difíciles que las de los empleados asalariados, incluidos niveles más altos de incertidumbre, responsabilidad y complejidad; presiones de tiempo más intensas; y más horas de trabajo.
Como un campo relativamente nuevo, el emprendimiento ha tomado prestados muchos marcos teóricos de campos existentes como la estrategia (Alvarez & Barney, 2004; Azoulay & Shane, 2001), psicología, ciencia cognitiva (Busenitz & Barney, 1997; Baron, 1998;), y sociología (Ruef, Aldrich, & Carter, 2003; Ruef, 2010). Las teorías extraídas de estos investigadores y otros dominios se han utilizado para aclarar preguntas de interés para el campo.
Autores afirman que, a falta de una teoría distintiva propia, la investigación empresarial se ha centrado en un dominio distintivo potencial: las oportunidades (Shane & Venkataraman, 2000). Si bien el trabajo inicial de exploración de oportunidades en el espíritu empresarial tomó la existencia de la oportunidad como algo dado, centrándose con mayor frecuencia en la identificación y la explotación posterior, estas ideas no proporcionan una explicación directa de cómo se forman las oportunidades (Alvarez & Barney, 2007, 2010; Klein, 2008).
Figura 1. Recuperado de https://www.google.com/search?biw=1536&bih=751&tbm=isch&sa=1&ei=cokHXqHLAazN5OUPvvGL4AM&q=emprendedor+de+gamarra&oq=emprendedor+de+gamarra&gs_l=img.3…9599.14820..15080…4.0..2.826.4579.0j22j0j1j1j0j1……0….1..gws-wiz-img…….0i67j0j0i30j0i8i30j0i24.7dszoRW4EEU&ved=0ahUKEwihzICI6NjmAhWsJrkGHb74AjwQ4dUDCAY&uact=5#imgrc=jo-SiOmQMt3GSM:
En los últimos años, se han desarrollado marcos complementarios centrados en la formación de oportunidades. La creación de oportunidades se centra en la naturaleza de la oportunidad, derivando implicaciones para la acción empresarial. De acuerdo con Sarasvathy (2001) la efectividad se centra en las acciones de las personas, produciendo modelos de comportamiento que reflejan lo que hacen los emprendedores en la práctica y derivan inductivamente implicaciones para la oportunidad.
Al definir el emprendimiento se tiene en consideración diversos autores. Por ejemplo, se le entiende como ‘nueva entrada’, es decir, la creación de una nueva empresa (Gartner, 1989), o más ampliamente como una elección ocupacional de individuos para trabajar por sí mismos ‘por su propia cuenta y riesgo’ (Hébert & Enlace, 1982). Otra conceptualización desde un enfoque de bienestar incluye el autoempleo (Gorgievski & Stephan, 2016). Así se podría seguir enumerando las definiciones de autores, y nuevos teóricos, sin embargo, este documento presenta las propuestas más relevantes para los últimos años.
Folta et al., (2010) plasmaron el término emprendimiento híbrido, un fenómeno en el que los emprendedores inician sus empresas mientras trabajan simultáneamente por salarios. Si bien las razones para el emprendimiento híbrido son diversas, una de las más importantes es que los emprendedores quieren probar las aguas emprendedoras aprendiendo sobre el potencial de retorno de una empresa o su adecuación al emprendimiento. Otros esperan generar salarios que puedan invertirse en la nueva empresa (Lévesque & MacCrimmon, 1997).
La decisión de dedicar tiempo y dinero a una empresa arriesgada o un trabajo asalariado libre de riesgos implica el intercambio de riesgos financieros potenciales pérdidas y retornos . Los economistas generalmente explican tales decisiones utilizando la teoría de la utilidad (UT) que postula que los riesgos y los rendimientos deben evaluarse en función de la actitud de riesgo de un individuo. Eisenhauer (1995) afirmó que dado que el resultado de la empresa es incierto, el perfil de riesgo del empresario es un determinante importante de la decisión.
Los psicólogos, por otro lado, proponen teorías alternativas para explicar tales decisiones y comportamientos, incluida la teoría del enfoque regulatorio (Higgins 1997, 1998), que examina las formas en que los individuos logran sus objetivos, ya sea luchando por obtener ganancias (enfoque de promoción) o evitando pérdidas (enfoque de prevención). Un determinante clave de la decisión de asignación de tiempo entre una nueva empresa y un trabajo asalariado es la sensación de certeza (es decir, seguridad) asociada con los salarios versus el riesgo que rodea los posibles rendimientos de la nueva empresa comercial.
Figura 2. Recuperado de https://www.google.com/search?biw=1536&bih=751&tbm=isch&sa=1&ei=cokHXqHLAazN5OUPvvGL4AM&q=emprendedor+de+gamarra&oq=emprendedor+de+gamarra&gs_l=img.3…9599.14820..15080…4.0..2.826.4579.0j22j0j1j1j0j1……0….1..gws-wiz-img…….0i67j0j0i30j0i8i30j0i24.7dszoRW4EEU&ved=0ahUKEwihzICI6NjmAhWsJrkGHb74AjwQ4dUDCAY&uact=5#imgrc=nP0zO0SLq8lBhM:
La literatura establecida sobre el papel de las actitudes de riesgo de los empresarios en los modelos económicos, son diversas (Douglas & Shepherd, 2000, 2002; Kihlstrom & Laffont, 1979). Asimismo existe literatura sobre la influencia del enfoque regulador en los comportamientos empresariales (Aziz & Foo, 2008; Brockner et al., 2004; Hmieleski & Baron, 2008; McMullen & Shepherd, 2002; Tumasjan & Braun, 2011; Wu et al., 2008) . Por un lado, la autorregulación con un enfoque de promoción se caracteriza por la motivación del individuo para luchar por obtener ganancias. La autorregulación con un enfoque preventivo implica motivación para evitar pérdidas.
Otro grupo de teóricos se centra en las decisiones de los empresarios de asignar su tiempo entre actividades empresariales y trabajo asalariado (Lévesque & MacCrimmon, 1997; Lévesque y Schade, 2005). Al respecto, Parker y col. (2005) sostuvieron que los empresarios se aseguran a sí mismos contra la alta volatilidad del ingreso empresarial al trabajar, en promedio, más horas que los empleados con un salario libre de riesgos. Estudios previos en emprendimiento que usan un marco teórico de enfoque regulatorio tienen varios focos: conceptual (Brockner et al., 2004; McMullen & Shepherd, 2002), para predecir el desempeño de la empresa (Hmieleski & Baron, 2008), para investigar cómo el enfoque regulatorio de los líderes empresariales influye en la creatividad de los empleados (Wu et al., 2008) y el emprendimiento corporativo (McMullen & Zahra, 2006).
Por otro lado, la propuesta teórica de investigaciones en temas de emprendimiento basa el análisis en rasgos de personalidad para explicar el emprendimiento. Sin embargo, hay excepciones a este patrón. Estos apuntan a relaciones en forma de U inversa o niveles óptimos más allá de los cuales incluso los rasgos que se consideran recursos para el bienestar personal (autoeficacia y optimismo) pueden tener efectos negativos (Hmieleski & Corbett, 2008). Los emprendedores que son altamente autoeficaces y se dedican a la improvisación están menos satisfechos.
Respecto al emprendimiento social, control conductual (Bandura, 1982) evolucionó como parte de la literatura sobre la toma de decisión del emprendedor basada en la capacidad de llevar a cabo determinados proyectos con efectividad. La mayor parte de la literatura sobre emprendimiento se centró en la creación de nuevas empresas para producir ganancias. El emprendimiento consiste en descubrir un ajuste entre ciertas necesidades y recursos (Kirzner, 1979), establecer, trabajar en el crecimiento de la empresa, buscar más oportunidades para innovar continuamente en la empresa (Bygrave, 1997) y producir resultados sensibles (Weick, 1979). Esto deja un espacio para redefinir el emprendimiento, en otras palabras, para producir nuevas tipologías de organización con diferentes resultados.
Pryor et al. (2016), aborda la teoría de oportunidades al examinar los procesos cognitivos de por qué los emprendedores pueden realizar actividades aparentemente al azar. Los autores presentan un marco que integra las perspectivas de estructuración y creación de sentido para especificar las influencias cognitivas y conductuales en el proceso de emprendimiento. De forma similar, Kuechle, Boulu-Reshef y Carr (2016), sugirieron que las estrategias de predicción y control subyacen a las dos hipótesis principales de cómo los empresarios tratan incertidumbre en las teorías del emprendimiento. Las estrategias basadas en predicciones se centran en estimar incógnitas a través de métodos de muestreo, mientras que las estrategias basadas en control se centran en dar forma a incógnitas a través de un comportamiento proactivo. Estas estrategias pueden conducir a diferentes propensiones a emprender perspectivas inciertas, ya que difieren en términos de cognición y participación. Plantean que las personas que usan métodos de control para mitigar la incertidumbre tienen más probabilidades de aceptar la apuesta después de un resultado favorable en comparación con aquellos que usan métodos predictivos.
Keyhani y Lévesque (2016) concluyeron su investigación en dos teorías existentes sobre los efectos equilibrantes y desequilibrantes del emprendimiento en el proceso del mercado. El estudio presentó un modelo teórico de juego del proceso de mercado y emplea una simulación por computadora para analizarlo a través del tiempo. Los autores sugirieron que el emprendimiento como la creación de nuevas oportunidades puede no ser siempre desequilibrante, y que el emprendimiento como el descubrimiento de oportunidades existentes puede no ser siempre equilibrante. Se identificaron condiciones específicas que producen contraejemplos a las propuestas genéricas de equilibrio y desequilibrio que anteriormente se consideraban las premisas centrales de la investigación empresarial.
Siguiendo la misma línea de propuestas teóricas, Van Ness y Seifert (2016), examinaron el cuerpo de conocimiento asociado con las características empresariales. Se revisan las teorías y observaciones existentes sobre el afecto y la personalidad como características de los empresarios, y se introduce una nueva taxonomía tridimensional de características personales para predecir la propensión empresarial. Barney, Angus y Herrick (2016), abordaron la necesidad de los empresarios de adquirir recursos controlados por otras partes interesadas para formar y explotar oportunidades. Si bien muchos de estos recursos se pueden adquirir a través de contratos simples, la adquisición de algunos puede requerir esfuerzos por parte de las partes interesadas que van más allá de lo que se puede especificar contractualmente. Dichos esfuerzos (comportamientos de roles adicionales) generalmente implican la formación de profundos lazos psicológicos entre las partes interesadas y los esfuerzos empresariales.
Por otro lado, en cuanto al analizar comportamientos de empresas, Saxton y Saxton (2016), desarrollaron las partes interesadas al examinar el proceso en el que las nuevas empresas deben participar dentro de su comunidad para mover sus empresas emergentes adelante. Los autores sugirieron que estos comportamientos de ayuda, llamados comportamientos de defensa de riesgo, son críticos para los fundadores con recursos limitados, pero han recibido poca atención teórica o empírica. Utilizando la teoría del intercambio social, examinan cómo la reciprocidad entre los diferentes actores, incluido el pago y la devolución, y otros factores promueven los
Pues bien, ante lo desarrollado, la construcción de la teoría del emprendimiento debe prestar atención a las interacciones entre los niveles de análisis de cognición, y organización. Cada nivel de análisis puede representarse como un sistema de componentes interdependientes. En niveles más altos, estos componentes se combinan para formar un sistema, en sí mismo un componente en el siguiente nivel más alto de análisis. Esta relación surge a través de interacciones de los componentes gobernados por reglas (Koestler, 1979). No se puede comprender completamente, sin ser sensible a contextos superiores: cultura, arreglos institucionales y exigencias político-económicas.
Esta revisión permite ampliar el conocimiento de los comportamientos distintivos de toma de decisiones de emprendedores. La dirección de la investigación empresarial se dirige hacia más teorías multinivel sobre cuestiones asociadas a las demandas de un contexto particular. La investigación empresarial debería apoyarse, además de valerse de la economía, psicología y sociología, de las teorías que pueden proporcionar un mayor poder explicativo.
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