Un Perú como Chavín de Huantar
Según el militar, estratega y filósofo chino Sun Tzu una estrategia bien ejecutada concede la victoria de cualquier guerra o combate. De acuerdo con Weihrich y Koontz (1993) la estrategia deriva de la palabra griega strategos y fue un término empleado durante años por diversos ejércitos para referirse a planes secretos que generarian el éxito en diversas batallas. Para que la ejecución sea fulminante tanto en la arena empresarial como en la militar es necesario contar con un equipo de trabajo de alto nivel. Un equipo de trabajo multidisciplinario se refiere a un grupo de personas con experiencias complementarias, calificación y habilidades que puedan contribuir al alcance de cualquier tipo de objetivo (Doulougeri & Montgomery, 2019). Este artículo tiene como objetivos mostrar a los empresarios, directores de empresas,diplomáticos, gerentes, investigadores y políticos la brillante ejecución militar de la Operación Chavín de Huantar y también agradecer a nuestros comandos por el excelente planeamiento estratégico y trabajo en equipo que tuvieron. Esta operación tuvo éxito por el trabajo integrado de los comandos del ejército y la marina , el sistema de inteligencia nacional, los mineros que aportaron sus conocimientos para construir los túneles, los rehenes que tuvieron una participación importante ( principalmente el Almirante Luis Gianpietri), los bomberos, los vecinos que tuvieron que soportar la forma de vivir en ese perído de crisis y la prensa.
Una mirada al pasado
El 17 de diciembre de 1996 a las 20:15 horas aproximadamente recibimos el flash que anunciaba el asalto y toma de la residencia del embajador de Japón en Perú, acción ejecutada por catorce miembros terroristas del MRTA (Movimiento Revolucionario Túpac Amaru) bajo la dirección de Néstor Cerpa Cartolini o el camarada Evaristo. Ese día se celebraba el sesenta y tres aniversario del natalicio del emperador del Japón (AKIHITO) y el embajador Morihita Aoki ofrecía una fiesta donde asistieron personalidades políticas, diplomáticas, militares y empresariales. Este grupo de terroristas irrumpió por una vivienda contigua a la sede diplomática, empleando armas de fuego y explosivos tomando inicialmente a más de 750 rehenes. Sin embargo, decidieron liberar a más del noventa porciento y mantener como rehenes a solo 72 personas, que estuvieron en cautiverio por casi 125 días en condiciones inhumanas. La sociedad peruana venia enfrentando casi dos décadas de actividad terrorista( desde el 17 de mayo de 1980) con crímenes de lesa humanidad ejecutados por los terroristas de sendero luminoso y el MRTA.
El 22 de abril de 1997, 148 comandos pusieron fin al secuestro del MRTA. Este grupo de elite estaba liderado por el entonces Coronel EP José Williams Zapata y junto a otros militares construyeron una réplica de la embajada del Japón en Chorrillos donde entrenaban día y noche con el objetivo de rescatar a todos los rehenes con vida. Luego establecieron la estrategia de emplear túneles (diseñados por los mineros) por debajo de la residencia para ingresar manteniendo el factor sorpresa. El rol estratégico que tuvo el Almirante Giampietri fue fundamental para enlazar la formulación con la ejecución de la estrategia (fue el nexo con el exterior y coordinó empleando un Bíper y micrófonos ocultos en una guitarra y una biblia los detalles de la operación), este marino había fundado la Fuerza de Operaciones Especiales (FOES), ocupó el puesto de delegado de a la Junta de defensa en Washington, fue director de la Escuela Naval del Perú y ocupó otros cargos de importancia en su institución.
La otra cara del Comando Valer
El coronel EP Valer egresó de la Escuela Militar de Chorrillos con el grado de subteniente en enero de 1978, perteneció al arma de infantería y se graduó como comando luego de recibir una ardua formación en la escuela de comandados del Ejército del Perú. Entre los cursos que siguió este héroe nacional destacaron: el curso anfibio, técnicas de rescate de rehenes e intervenciones rápidas, paracaidismo y escalamiento de montañas. Se graduó en el primer lugar en el curso de comandos y se le concedió la insignia Pachacútec. Fue designado como Jefe de Batallón de cadetes del colegio Militar Leoncio Prado y participó en la operación más exitosa de rescate de rehenes a nivel mundial.
Además de recordar al Comando Valer como un gran líder militar es necesario conocer algo de su vida personal. Tuvo dos hijos: Valeria (Oficial de Reserva del Ejército del Perú) y Giovanni. Su padre fue policía y luchó arduamente contra la delincuencia. Terminó el colegio a los 15 años y postuló a la Marina de Guerra del Perú por darle el gusto a su padre, pero él quería ser militar y decidió postular a la Escuela Militar de Chorrillos. Antes de postular al Ejército el Coronel Valer se iba de paseo con sus amigos en un bus rumbo a la playa, en el bus que habían abordado se encontraba un mayor del ejército con muchas medallas en el pecho, pasaron varios minutos y el militar se bajó del bus. El entonces joven Valer lo siguió y se cuadro delante de él diciendo las siguientes palabras: “Mi general quiero ser militar y tengo todo para ser de los mejores”.
El mayor sonrió, ya que el joven Valer no sabía ni cuadrarse, ni el rango real del militar y estaba vestido con short, polo y sandalias. Durante el riguroso proceso de admisión a la escuela militar de chorrillos el entonces postulante Valer se encerró en su cuarto durante casi un mes para esperar los resultados finales. Una tarde verano llamaron por teléfono de la escuela militar para darle la noticia que había conseguido una vacante en el ejército y debía acercarse lo más pronto posible. Toda la familia del entonces aspirante Valer estaba contenta porque sabían que ese era su sueño y lo apoyaron para lograrlo. No era muy bueno en el fútbol, en la escuela militar lo pusieron en la posición de arquero porque no querían que juegue. Además, era catequista, le encantaba ir a los asilos de ancianos y conversar mucho con los jóvenes sobre la manera correcta de actuar en la vida. Todos los que trabajaron con el comando Valer lo describen como un gran militar, líder y muy humano.
Nunca olvidar
Quiero acabar este artículo agradeciendo a todos los comandos que participaron en la Operación Chavín de Huántar. En especial a los que he tenido el honor de conocer como: el General de División EP César Astudillo Salcedo (actual Jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas), el General de Brigada EP Moisés Wilfredo Chávez Farfán, el Contralmirante MGP (r) Carlos Tello Aliaga, el General de Brigada (r) Luis Alatrista Rodríguez, el Coronel EP Roberto Villar Chamarro y el Técnico MGP César Aguirre Legua.
Gracias comandos por tanto y perdón por tan poco.
Referencias
Doulougeri, K., & Montgomery, A. (2019). 76 Multidisciplinary Team Working. Cambridge Handbook of Psychology, Health and Medicine, 343.
Weihrich, H., y Koontz, H. (1993). Administración, una perspectiva global. México: Ed. Mc.Graw Hill. 123-191.