Comportamiento no deseado
El crecimiento económico de Latinoamérica esta limitado, entre otras variables, por sus bajos niveles de productividad. Existe una relación positiva entre la productividad y la investigación y desarrollo. El manual de Oslo identificó que parte del incremento de productividad y ventas se debe a la inversión en investigación y desarrollo que impacta directamente en la innovación. He decidido publicar un análisis del artículo científico : I Lie? We Lie! Why? Experimental Evidence on a Dishonesty Shift in Groups, indexado en la revista Management Science.
Los grupos y las organizaciones a veces no cumplen con una norma moral. Mienten, engañan, son deshonestos, son corruptos, y cometen fraudes. Sin embargo, no son las organizaciones las que toman esas decisiones, son los individuos que forman parte de la organización quienes deciden. Entonces surge la interrogante si se puede explicar el comportamiento no deseado en las organizaciones simplemente agregándose fallas individuales para cumplir con la norma, así como si existen otros elementos inherentes a la organización o a su estructura que ayuden a entender mejor cómo surge el comportamiento no deseado.
De igual forma no se conoce si el comportamiento difiere del no deseado de los individuos de comportamiento dentro o por una organización entera. Existe poca evidencia empírica al respecto, por ello este estudio contribuyó empíricamente a las respuestas a estas interrogantes. Este documento identificó algunas de las posibles razones de la incapacidad colectiva para seguir una norma moral o para cumplir con el comportamiento deseado. Los últimos años han proporcionado varios ejemplos prominentes de comportamientos poco éticos en grupos y organizaciones.
Los grupos están más dispuestos a mentir que los individuos. La literatura de psicología más antigua detectó un cambio de individuos a grupos en términos de decisiones arriesgadas, acuñando el “cambio arriesgado”, en este estudio se asume como ” Cambio de deshonestidad “. Sin embargo, nuestra contribución principal es proporcionar una explicación para este cambio: el cambio no puede explicarse por un mayor nivel de sofisticación estratégica de los grupos que los individuos ni por una menor observabilidad de la acción de uno como miembro del grupo. Los grupos se encuentran más propensos que los individuos porque los otros miembros del grupo se benefician de la mentira o porque las decisiones grupales requieren unanimidad.
Los resultados mejoran sustancialmente la comprensión del comportamiento honesto/deshonesto en los grupos. Al complementar la evidencia reciente sobre el papel de las oportunidades de colaboración para la falta de honradez cuando la comunicación está ausente. Se observa que los grupos son significativamente más numerosos que los individuos cuando los miembros del grupo se enfrentan a resultados comunes y tienen que coordinar una acción. Se demuestra que los beneficios comunes no son una condición necesaria para que los grupos se comporten de manera más deshonesta que los individuos. Si los individuos se comunican dentro de un grupo, pero no tienen que coordinarse para recibir una recompensa, su comportamiento es muy similar al comportamiento de los grupos que enfrentan una comunidad de pagos. Por lo tanto, se brinda evidencia de que la comunicación en sí misma puede tener un efecto perjudicial en el comportamiento ético de los grupos pequeños. Asimismo, se demuestra que el cambio de deshonestidad no se debe al hecho de que la comunicación en un grupo ofrece posibilidades para que las personas deliberen o simplemente se justifiquen sus acciones. En cambio, es el intercambio de justificaciones que permite a los miembros del grupo coordinar acciones deshonestas y cambiar sus creencias sobre el comportamiento moral.
Referencia
Kocher, M. G., Schudy, S., & Spantig, L. (2018). I lie? We lie! Why? Experimental evidence on a dishonesty shift in groups. Management Science, 64(9), 3995-4008.