Entorno político y mundial frenan la economía
La turbulencia política parece ser una de las características de los últimos tiempos en el Perú. Al margen de las razones, los problemas políticos son una marca registrada en la evolución del país. Nos estamos acostumbrando a los pedidos de vacancia, renuncias, conflictos entre el Ejecutivo y el Legislativo, etc. Parece que es imposible encontrar consensos, pues ninguna de las dos partes cede. Y así solo se genera inestabilidad.
El ruido político tiene un impacto negativo sobre la recuperación de la economía. Existen varias razones. En primer lugar, cualquier decisión de inversión supone incertidumbre (nadie puede saber qué pasará en el futuro), pero también es cierto que vivimos en una incertidumbre aumentada debido a la turbulencia política. Como consecuencia, los inversionistas postergan decisiones y los consumidores hacen lo mismo, pues el temor a no saber qué puede pasar genera que prefieran esperar antes de endeudarse o realizar ciertas compras. La incertidumbre obliga a tener cautela y eso hace que la recuperación sea más lenta.
En segundo lugar, los estudios empíricos muestran que, desde el momento en que alguien invierte, pasan, en promedio, dos años para recuperar lo invertido y tres o cuatro años, dependiendo del sector, para obtener ganancias. Usted, estimado lector, ¿se atrevería a decir que, en los siguientes meses, la presidenta del país logrará que volvamos a creer? La última encuesta de Ipsos muestra un respaldo de solo 15%. Si lo vemos con ese horizonte temporal, es natural invertir lo menos posible y esperar.
En tercer lugar, ¿no ha sido así en todos los gobiernos previos? Cierto, pero no se puede usar como argumento que, porque ocurrió en los gobiernos previos, entonces no importa. ¿Cómo esa postura puede ser una defensa de los errores, en lugar de hacer una autocrítica y plantear enmiendas?
En cuarto lugar, la historia muestra que, si un gobierno tiene una mayoría de oposición en el Congreso o no tiene bancada, entonces tiene que ganarse a la población para poder gobernar. O tiene a la población y/o al Congreso. Lo que no se puede hacer es tener gobernabilidad sin alguno de ellos. Salvo para los fanáticos que tratan de justificar lo injustificable. No reconocer errores y corregirlos es el camino perfecto al despeñadero. La oposición también debe buscar consensos. Nos está faltando saber escucharnos. Si cada parte solo intenta justificar su posición y culpar a la otra, tengan algo seguro: no llegaremos a nada. Los más perjudicados serán los más vulnerables.
La economía requiere estabilidad política en democracia para poder progresar. Aunque suene trillado, se requiere confianza y actuar en varios frentes. Solo quienes han invertido y arriesgado entienden a qué me refiero con confianza y credibilidad. Menos conflicto y más consensos.
No solo es la turbulencia política, sino también la economía mundial. China, Estados Unidos y la Eurozona, que juntas producen casi el 50% de la producción mundial, están en serios problemas. Son como las locomotoras del tren llamado economía mundial. Perú es un vagón. Incertidumbre política + problemas con la economía mundial = entorno desfavorable para el crecimiento.