Empresas y el entorno económico
Las empresas, grandes, medianas y pequeñas, actúan dentro de un entorno, que no es controlado por ellas. Variables claves como el tipo de cambio, la tasa de interés, la estructura tributaria, los eventos económicos externos, como, por ejemplo, la inflación mundial o las decisiones de la Reserva Federal (banco central de los Estados Unidos) con respecto de su tasa de interés, entre otros factores, condicionan lo que la empresa puede hacer.
Sin embargo, y a pesar de su importancia, mi impresión es que las empresas miran mucho hacia sí mismas y poco hacia afuera. Cualquier plan estratégico fallará si por razones externas el tipo de cambio o las tasas de interés aumentan. Lo que requerimos comprender es que el entorno económico dentro del cual opera la empresa, es determinante en los planes y resultados esperados de cualquier ejercicio de planeamiento estratégico.
¿Por dónde comenzar? En primer lugar, se necesita de una metodología de análisis, es decir, una forma de analizar ese entorno. Aquí hay que distinguir los resultados de las políticas. Una cosa es referirse a la evolución del producto bruto interno o de la inflación y otra a las razones por las que esas variables han mostrado determinado comportamiento. En estas últimas, aparecen las políticas económicas internas y los cambios en la economía mundial. ¿Cuál fue la razón principal por la que el período 2003-11 fue positivo para el país? Pues la mayor demanda de metales de China, que es un factor externo al Perú.
En segundo lugar, se necesita comprender cómo se conectan los grandes indicadores de la economía con las decisiones que las empresas pueden tomar. Veamos. La razón central por la que una empresa decide producir más es porque espera que le compren más. Eso nos lleva al concepto de demanda y en particular a los gastos de consumo. Cuando una empresa señala que le va mejor, lo que en general está diciendo es que está vendiendo más. Entonces, ¿cómo aumentar el gasto de consumo de las personas? ¿Sólo depende de las estrategias que la empresa ponga en marcha para atraer más clientes? Desde luego que no. Si la economía como un todo no anda bien, entonces, ¿de dónde sacarían dinero las personas para comprar más? ¿Qué pasaría si aumentan las tasas de interés de la Reserva Federal o sigue subiendo el precio internacional del petróleo? Las personas van a retraer su gasto de consumo. Una economía que no crece es una economía con cada vez menos compradores.
En tercer lugar, ¿lo anterior puede preverse? No con precisión, pero sí es posible proyectar su dirección, aunque no tanto su magnitud. Existen márgenes de error. Por ejemplo, podemos afirmar lo siguiente: dado que la inflación se encuentra fuera de la meta del Banco Central de Reserva, se esperaría una variación de la tasa de interés de referencia, dado que el objetivo único del BCR es la estabilidad monetaria. Por lo tanto, por ahí se afectarían las tasas de interés.
Ciertamente, influyen muchos factores en forma simultánea y por ende, ningún análisis será preciso. Lo que he tratado de comentar con los ejemplos es que a una empresa le irá mejor si estudia el entorno en comparación con aquella que no lo hace. De eso no hay dudas. Tomar un tiempo para estudiar la economía mundial y en especial cómo sus cambios impactan sobre nuestra economía, marca la diferencia. En especial en un mundo cada vez más integrado.