¿Y si las protestas no son solo contra la minería?
En las últimas semanas hemos sido testigos de protestas contra el proyecto minero Tía María, con posiciones a favor y en contra. En 2011, parte de la población cajamarquina se opuso a Conga y desde 2018, Cajamarca es el departamento más pobre del país. Más allá de los impactos negativos que la casi cancelación del proyecto tendrá sobre Arequipa y en especial sobre la población afectada, me permito hacer una reflexión. Más aun, me anima el hecho que nadie hace marchas ni nada por el estilo contra la minería ilegal de Madre de Dios, que sí hace un daño enorme al medio ambiente.
¿No será que las protestas no con contra la minería, sino que hay algo más que no estamos viendo? Me explico. La población de las zonas supuestamente afectadas por la minería, se encuentra entre el grupo de pobres y pobres extremos. No tienen acceso a servicios básicos de calidad ni oportunidades para cambiar su situación. Entonces, sigue la hipótesis, encuentran en la oposición al proyecto minero la situación ideal para ser escuchados y forzar al gobierno de turno a atender sus necesidades básicas. Logran tener voz. El problema de fondo puede ser que los gobiernos locales, regionales y central no llegan a toda la población. No tienen presencia. A diferencia, en Madre de Dios, de alguna manera, la minería ilegal les permite vivir mejor y por eso no se oponen. No les importa el medio ambiente ni la contaminación.
Aunque no tenemos un escenario contrafactual, podríamos preguntarnos lo siguiente: ¿si los ciudadanos de las zonas cercanas al proyecto, tuvieran un empleo adecuado, agua potable , desagüe, energía eléctrica, educación y salud de calidad, ¿piensan ustedes que las protestas serían las mismas? Me parece que no. Por eso al igual que para muchos ciudadanos a lo largo del país, sienten que la estrategia económica no sirve, pues no llega a su vida diaria. Surgen varias preguntas: en primer lugar, ¿qué hace el gobierno regional con el dinero que tiene? ¿Lo sabe la población que rechaza al proyecto? ¿Y los gobiernos locales? ¿Por qué las cifras económicas no se conectan con el bienestar?
Aquí entra la segunda hipótesis ¿No será que los líderes locales aprovechan la situación para desarrollar su propia agenda política y son secundados por otros porque saben que los votos importan? ¿Por qué no pedimos a las autoridades locales y regionales que hagan una lista de las obras que han hecho en beneficio de la población? Note, estimado lector, que estas preguntas están al margen del proyecto minero y de sus efectos. Lo que pasa es cuando veo que esos mismos líderes no generan el mismo ruido cuando se destruye el medio ambiente en nuestra Amazonía con la minería ilegal, no puedo menos que no entender la contradicción.
Una tercera hipótesis es la falta de credibilidad del gobierno. Dicho de otro modo, por mucho que los estudios de impacto ambiental sean correctos, simplemente no le creen. En entornos de baja credibilidad, es complicado sacar adelante proyectos.
Escoja usted, estimado lector, porque no tiene sentido querer ser pobres porque somos ricos.