¿Por qué están subiendo los tipos de cambio?
Durante el mes de agosto, los tipos de cambio en diversas economías emergentes experimentaron aumentos, en unas más significativas que en otras. Veamos algunos ejemplos. El peso chileno perdió 7.25% de su valor; el peso colombiano, 5.49%; el real brasileño, 4.51%; la rupia india, 3.57%, el rand sudafricano, 10.6%; el peso argentino, 34.5% y la lira turca, 33.2%. Todas son economías emergentes, por lo que se trata de un fenómeno global. Aquí las principales razones.
En primer lugar, el fortalecimiento de los Estados Unidos, cuya manifestación es la elevación de sus tasas de interés. La reserva federal (FED) tiene como objetivos la estabilidad monetaria, el crecimiento económico y el pleno empleo. La economía ya se encuentra creciendo, la tasa de desempleo es menor que 5% (situación considerada de pleno empleo) y la inflación anual gira en torno de 2%. Si es sostenible o no es otra pregunta. Lo cierto es que con esos indicadores la FED teme un calentamiento de la economía que podría manifestarse en un aumento de la inflación, por lo que suele subir su tasa de interés cuando experimenta combinaciones como la descrita. Y eso es lo que ha hecho. Un hecho estilizado de las economías emergentes es el siguiente: cada vez que la FED sube sus tasas de interés, entonces salen capitales hacia los Estados Unidos. La menor cantidad de dólares eleva los tipos de cambio. Lo que sorprende esta vez es que la FED comenzó a subir sus tasas en 2016 y recién ahora se notan los aumentos en los tipos de cambio, por lo que no puede ser la única razón. Algo tiene que haberlos gatillado.
En segundo lugar, la guerra comercial entre Estados Unidos y China, que hace temer una ola proteccionista en todo el mundo. El mecanismo de refugio ante el escenario descrito es la mayor compra de dólares con el consiguiente aumento en su precio. Los fondos de inversión corren de la eventual turbulencia hacia el dólar.
En tercer lugar, los detonantes han sido la crisis turca y argentina. Ambos países se encuentran en medio de una crisis cambiaria, originada en las dudas de los inversionistas de la posibilidad real que Turquía y Argentina no puedan pagar sus deudas externas. A ello se le suman otros desequilibrios macroeconómicos en ambos países que hacen pensar en eventuales moratorias. El resultado es la fuga hacia el dólar.
La combinación de las tres razones ha generado una corrida hacia el dólar, considerado un activo refugio y no hacia el oro, como ha ocurrido en otros escenarios. Las economías emergentes atraviesan por un período de turbulencia cambiaria y financiera. No sorprende el aumento en el tipo de cambio.
Lo que es interesante es la fortaleza de la economía peruana, pues si volvemos al primer párrafo, vemos que el tipo de cambio en Perú es el que menos ha subido. Alto nivel de reservas (la posición de cambio llega a 38 mil millones de dólares), deuda/PBI en 27%, inflación dentro de la meta del BCR, trayectoria de reducción del déficit fiscal hacia la baja de modo de llegar a 1% del PBI en 2021 y superávit comercial son señales de un buen manejo macroeconómico. Y eso paga. El reto es sostener los equilibrios y avanzar en las reformas. Mientras tanto, tener claro que los aumentos del tipo de cambio se basan en factores externos y no internos.