Sobre el rebote estadístico
Muchas veces los datos estadísticos nos juegan una mala pasada. Hace algunos días salieron datos del comportamiento de la economía peruana durante el primer trimestre de 2018. Veamos primero los datos aislados. El PBI creció 3.2%, mientras que el consumo privado lo hizo en 3.2%, la inversión privada en 5.3% y la inversión pública en 4%. Viéndolos así, las cifras parecen buenas.
Ahora notemos que esas tasas de variación están comparadas contra el primer trimestre de 2017; por lo tanto, para saber si esos números son positivos o no, veamos la información en 2017-1. Un año atrás, el PBI creció 2.3% y el consumo privado en 2.2%. Mientras tanto, la inversión privada cayó en 5.3% y la pública disminuyó en 17.4%.
El rebote estadístico aparece cuando el patrón de comparación es muy bajo. Si las variaciones porcentuales en 2017-1 fueron las mostradas, no deberían sorprender las cifras de 2018-1. La inversión privada se está comparando contra un trimestre en el que había caído. Tanto es así que cayó 5.3% y un año después creció 5.3%. Por lo tanto, no hubo variación. Veamos la inversión pública. En el primer trimestre de 2017 cayó 17.4% y ahora creció 4%. En realidad, como se puede ver, seguimos por debajo de los niveles de hace varios años, si consideramos que disminuyó en 2015 y 2016 (-9.5% y -2.2%, respectivamente).
Sabemos que para poder crecer requerimos aumentar la inversión privada. Dos cosas respecto de la pública: por un lado, representa solo el 20% del total de la inversión en el Perú, por lo que tendría que crecer mucho para que tenga impacto y por otro, no puede aumentar por el déficit fiscal. Simplemente no hay dinero para que crezca. De ahí que el peso de la recuperación caiga sobre la privada. El crecimiento de la inversión privada hace crecer el empleo y como consecuencia los ingresos y el consumo privado. En 2017-1 el consumo privado creció solo 2.2%, muy por debajo del 3.5% de promedio anual de los últimos años. De esta manera, la cifra de 2018-1 no es impresionante. Y no podría serlo dado que el empleo formal cayó 2.8% en 2017.
Las exportaciones sí han tenido un mejor comportamiento, reflejo del entorno económico externo favorable. En el primer trimestre de 2017 crecieron 11.1% y en 2018 lo hicieron en 4%. Al ser el patrón de comparación una cifra alta, entonces el 4% es positivo. Dicho de otra manera, a mayor variación en el patrón de comparación, más difícil que la cifra, un año después, sea alta.
Desde luego que lo ideal para que este tipo de comportamientos no ocurra, es que las variaciones sean lo más similares posibles. Si eso no ocurre debemos estar atentos siempre al período de comparación.