Crisis de la Teoría Económica
Desde que estalló la primera crisis financiera internacional del siglo XXI en 2008, se han sucedido una serie de hechos en la economía mundial que desafían “todo lo que aparece en los libros de texto de economía”. Esa situación ha generado confusión, pues todos piensan tener la solución a los problemas de la economía mundial sin mayores fundamentos. La verdad es que no sabemos qué hacer.
Me permito poner dos ejemplos. En primer lugar, en cualquier libro de texto de macroeconomía se señala que al bajar la tasa de interés se incentiva la inversión. Pues bien, desde 2008, las tasas de interés se encuentran en cero (inclusive en países como Suiza es negativa) y no solo la economía no se recupera a través de una mayor inversión, sino que la desaceleración continua.
En segundo lugar, los libros señalan que los excesos de liquidez usualmente tienden a generar inflación. Sin embargo, una rápida mirada por Estados Unidos, Japón y la eurozona muestran que a pesar de haber implementado ingentes cantidades de liquidez a sus economías, se encuentran cerca de la deflación. Al revés de lo que aprendemos en nuestras clases.
Lo que está pasando es que todavía no internalizamos que la crisis de 2008 puede haber significado un cambio en la manera de ver la economía. Cuando ocurrió la Gran Depresión de la década de los treinta del ciclo pasado, uno de los resultados fue el nacimiento de la economía keynesiana, que sostenía, a grandes rasgos, que el Estado debía intervenir a través de un mayor gasto público para reactivar la economía; sin embargo, eso fue lo que se hizo desde 2008, pero esta vez apenas funcionó.
¿No habrá llegado la hora de revisar, tanto lo que estudiamos como la forma cómo estudiamos economía? ¿No será que debemos mejorar los modelos con los que trabajamos incorporando otras variables, por ejemplo las financieras, que no estaban? No estoy seguro si tenemos los métodos para hacerlo, pero sí tengo claro que la economía debería dar más respuestas.
Cada crisis es una oportunidad de revisar lo que sabemos y lo que no sabemos. Y está claro que la economía no estaba preparada para enfrentar una crisis así. Pasados nueve años del estallido de la crisis, todavía la economía mundial se encuentra en desaceleración, deflación, alta deuda, etc. A pesar de ello todos critican y creen saber la solución. Pienso que nuestra postura debe ser otra; pero para eso se necesita más humildad.