Decisiones y entorno económico y político externo
Como norma general, los gobiernos y las empresas tienden a “mirar hacia adentro”. Me explico. Los anuncios y las medidas que se toman, muchas veces se diseñan sin tomar en cuenta el entorno externo, ni económico ni político. Coloco algunos ejemplos.
En primer lugar, la elección de Trump puede estar generando una ola proteccionista, nacionalista y “desglobalizadora”. Esto ya ocurrió en la historia; fue entre 1919 y 1945, aproximadamente. El resultado fue un lento crecimiento económico mundial, con los efectos esperados en desempleo y pobreza. ¿A qué viene esto? En pocas semanas habrá elecciones en Francia y la favorita es la “Trump europea”, Marine Le Pen, quien no está de acuerdo con la permanencia francesa en la Unión Europea, más allá que requiere de un cambio constitucional para lograrlo. Al margen que lo consiga o no, lo cierto es que marca una tendencia, que se puede replicar en otros países europeos. La economía mundial entraría a una etapa “desglobalizadora”.
En segundo lugar, luego de la crisis financiera de 2008 en los Estados Unidos y la europea desde 2010, la “solución” ha sido inyectar dinero en cantidades siderales para “rescatar” a las economías. Hoy en día, el mundo está inundado de liquidez, sin que ello se refleje en un mayor crecimiento económico. Puede ser que aparezcan burbujas especulativas, porque si no es así, ¿a dónde se está yendo la liquidez?
En tercer lugar, China crecerá menos que lo que creció hasta 2010. De 10% como promedio anual en la primera década de este siglo, a 6.5% de aquí en adelante. China cambió su manera de crecer. Los altos precios de los metales, que existieron entre 2003 y 2010, ocurrieron cuando el gigante asiático crecía 10%; si ahora crecerá menos, más allá de hipos temporales, no podemos esperar los mismos precios. La evolución china es determinante para América Latina. En cuarto lugar, ya no habrá TPP, luego que Trump renunció a esa posibilidad. Se dijo, en su momento, que China lideraría un nuevo TPP, pero hasta ahora no ha ocurrido. Parece que el tema se “apagó”.
En quinto lugar, la posibilidad de un conflicto bélico o una “nueva guerra fría” crece, con las hostilidades entre Estados Unidos, Siria, Rusia, China y Corea del Norte. No sabemos los impactos que la nueva geopolítica mundial generará.
Lo que trato de decir con estos cinco ejemplos es que las empresas y los gobiernos deben estar atentos a lo que pase en el exterior. No olvidemos al menos dos datos: en primer lugar, la economía peruana representa solo el 0.34% del producto mundial y está abierta al mundo. Por lo tanto se impacta por lo positivo y lo negativo. En segundo lugar, el boom de los precios de los metales ocurrió cuando la economía mundial, liderada por China, y el comercio global aumentó a tasas históricamente altas. La historia económica muestra que el avance de la economía mundial es cíclico, esto es, a períodos de auge le siguen etapas de caída.
Nadie sabe lo que pasará en el futuro, pero bien harían las empresas y los gobiernos de al menos, incorporar en sus planes y proyecciones algunos escenarios posibles de ocurrir. No hacerlo es casi tirar una moneda al aire.