¿Por qué no se reactiva la economía peruana?
El 28 de julio de 2016, PPK anunció que uno de los principales objetivos de su gobierno era reactivar la economía, lo que significaba elevar las bajas tasas de crecimiento del producto bruto interno (PBI). Pasados 7 meses no ha ocurrido. Algunos dirán que es muy poco tiempo. Otros, que los escándalos de corrupción han remecido las bases del crecimiento. Puede ser. No podemos descartar ninguna hipótesis.
Sin embargo, existen algunas características sobre las que caben pocas dudas. En primer lugar, las expectativas con la toma de mando de PPK eran bastante altas; se habló de “presidente y gabinete de lujo”, entre otros calificativos. Muchos pensaban que su sola presencia bastaba para que todo se arreglara como por arte de magia e hicieron un acto de fe. Como lo he sostenido en este espacio, la economía no es magia ni fe. Por alguna razón los inversionistas, pequeños, medianos y grandes no están invirtiendo y por eso no se logra quebrar la tendencia que se heredaba del gobierno anterior.
En segundo lugar, en el mismo discurso de asunción de mando, PPK se refirió a las líneas maestras de su programa económico. La formalización era una de las claves. Nadie puede discutir que es correcto. Pero tampoco, nadie puede sostener el argumento que los resultados se verían en el corto plazo. Y como estas medidas también existen otras. En otras palabras, mi opinión es que se privilegió el largo plazo sobre el corto y la población esperaba resultados rápidos, que no se han dado.
En tercer lugar, es cierto que se han cometido errores políticos. La población no percibe la solución a los problemas que supuestamente se iban a enfrentar con éxito. La inseguridad ciudadana destaca como un problema que crece y no disminuye, más allá de las estadísticas. En cuarto lugar, ¿cuál ha sido el efecto de los decretos legislativos? Pues hasta ahora ninguno. La población no percibe que el presidente “conecte”; siente que “no está en la jugada”. Aquí el tema pasa por el estilo de gobernar.
En cuarto lugar, la inversión pública sigue desplomándose y para crecer hay que invertir. No hay otra forma. La inversión privada representa el 80% del total de la inversión, mientras que la pública solo el 20%. Cualquier reactivación pasa por la privada. Sin embargo, también sigue cayendo.
En quinto lugar, el entorno externo no ayuda. A la incertidumbre que genera el gobierno de Trump, debemos sumarle las probables subidas de tasas de interés en los Estados Unidos, la desaceleración china y los problemas de la eurozona. Los motores de la economía mundial están en dificultades.
Entonces, ¿qué hacer? Pues cada uno tiene sus propias ideas, pero desde mi punto de vista se requiere un cambio de expectativas. Eso pasa por la puesta en marcha de algún proyecto privado grande y por proyectos públicos de bajo costo y alto impacto. El primero daría la señal y los segundos conectarían a PPK con la población. Son solo ideas. La última palabra la tiene el gobierno.