Trump y el TPP
Si hay algo que debemos reconocerle a Trump es su consistencia, pues está cumpliendo cada una de las promesas que realizó durante la campaña. El retiro de los Estados Unidos del Acuerdo Transpacífico de cooperación Económica (TPP por sus siglas en inglés) fue firmado por Trump dos días después de asumir la presidencia.
El TPP es un acuerdo de libre comercio multilateral entre 12 países; los más grandes son Estados Unidos y Japón, mientras que por América Latina están Chile, México y Perú. Representan en total casi el 40% del comercio mundial y un mercado de alrededor de 800 millones de personas. Ahora bien, de esos once países, Perú ya tenía acuerdos con seis de ellos, de modo que el TPP permitiría entrar a cinco nuevos mercados al mismo tiempo: Brunei, Vietnam, Malasia, Nueva Zelanda y Australia.
¿Qué pasará ahora? Pues se abren hasta tres escenarios. En primer lugar, que se quede con once países liderados por Japón. Esta opción es complicada, dado que varios de ellos ya anunciaron que sin los Estados Unidos, el TPP carece de sentido. En segundo lugar, que China asuma el liderazgo, se integre al grupo y forme un nuevo TPP que hasta nombre tiene: Asociación económica Regional Amplia. Esta opción es posible y sería complicada para los Estados Unidos, pues China asumiría su rol. En tercer lugar, como Perú ya tiene tratados con seis de ellos, puede negociar acuerdos de libre comercio bilaterales con cada uno de los cinco restantes.
¿Conviene el TPP? En el fondo el asunto es ideológico y existen dos posiciones: aquellos que señalan que debemos seguir integrándonos y otro grupo que celebra que ya no haya TPP. Los primeros sostienen que el comercio internacional genera crecimiento; las economías que más crecen son las más abiertas al mundo y esto no es un juicio de valor, sino una verdad que cualquiera puede constatar. Los segundos ven la causalidad inversa: que las economías primero deben crecer y luego comerciar.
En el campo ideológico es difícil tratar de consensuar posiciones Lo único que quisiera decir es que no solo vean las consecuencias inmediatas, sino las de mediano y largo plazo. Y esta recomendación también es válida para los Estados Unidos. En economía muchas veces lo que parece ser un beneficio se convierte rápidamente en un costo.