Proteccionismo “a la Trump”
Donald Trump parece que cumplirá, parte o todo, de lo prometido en campaña en lo que se refiere a su postura frente al comercio internacional. Ciertamente que la idea tiene defensores y detractores. Cada uno evalúa los hechos de distinta manera y todos los puntos de vista son respetables. Si cada uno ve las cosas desde su propia conveniencia el debate no tiene sentido.
Más allá de eso y si cumple con lo prometido, algunas cosas pueden pasar; en primer lugar, Trump se comprometió a elevar aranceles a los productos chinos. Esto puede generar varias situaciones. Por un lado, le estaría dejando la “cancha libre” a China para que se convierta en el nuevo líder del mundo. Y no creo que eso, en el mediano plazo, les guste a los votantes de Trump. Por otro, significaría la reversión de las tendencias de la economía mundial de los últimos treinta años. No pensemos solo que Estados Unidos elevaría sus aranceles, sino que como consecuencia podría pasar que otros países también lo hagan para los productos estadounidenses. En ese escenario entraríamos a una fase de “desintegración comercial global”, tal como la ocurrida en el período de entreguerras.
No digo que vaya a pasar; digo que puede pasar; no digo si es bueno o malo, pues eso es opinión de cada uno. Simplemente proyecto un escenario con una probabilidad cada vez mayor de ocurrencia.
En segundo lugar, Trump señala que descarta los tratados de comercio multilaterales; por eso el TPP lo dejará de lado. Además, indica que revisará cada tratado de libre comercio por separado. Y esto sí afectaría al Perú. Las exportaciones no tradicionales, que son las que generan empleo en mayor cantidad, tienen un gran mercado en los Estados Unidos, que se podría cerrar en caso Trump “aísle” a Estados Unidos.
En tercer lugar, se me hace difícil pensar que el partido republicano, tradicionalmente defensor del libre comercio, apoye las propuestas de Trump en este campo. Va contra sus ideas. Y ello podría provocar una “separación” entre el gobierno de Trump y el partido y por ende del apoyo de los republicanos, que tienen el control de ambas cámaras.
En cuarto lugar y como mencioné en el segundo párrafo, ¿cómo sería el mundo con China como líder? No lo sabemos, pero sí marcaría el fin de una era: la del predominio estadounidense. Lo que me queda claro es que China no desaprovechará la oportunidad. La pregunta es: ¿esto favorece al creciente nacionalismo de Estados Unidos y de otros países europeos? No lo creo. Pienso que es al revés.