¿De qué dependerá el crecimiento en 2017?
Cada analista tiene su propio punto de vista sobre cómo analizar la economía. Desde mi punto de vista no se puede entender a la economía peruana sin agregar en el análisis la evolución de la economía mundial. ¿A qué viene esto? Pues al hecho que el MEF en su marco macroeconómico multianual así como en el proyecto de presupuesto de la república asume un crecimiento de 4.8% para 2017. De no lograrlo, no solo no recaudará los ingresos tributarios suficientes, sino que tendrá que tomar aún más deuda, dado el déficit fiscal heredado.
El problema con la proyección está en el entorno económico externo, que cada vez es más incierto y muestra nubarrones en el horizonte. Creo que eso va a condicionar el crecimiento que el Perú puede tener el año siguiente.
Si revisamos la evolución económica de los últimos cincuenta años de la economía peruana, encontramos una regularidad empírica. Los períodos de alto crecimiento (digamos, mayor que 5% anual), han coincidido con ciclos de auge de la economía mundial. Es un hecho y no una opinión. Ahora bien, siempre se pudo crecer más o menos, dependiendo de otros factores pero la clave estuvo en el exterior.
Durante el período 2003-2011, todas las economías latinoamericanas crecieron al margen del tipo de estrategia económica que implementaron. El enorme crecimiento de China elevó a niveles pocas veces visto, el precio de las materias primas. El petróleo, los metales, entre otros se beneficiaron del auge chino. Como consecuencia crecieron Venezuela, Argentina, Perú, Chile, etc. Sin embargo, como una de las principales características de la evolución de la economía mundial es su comportamiento cíclico, desde 2013, pasamos a una fase de crecimiento muy lento y eso impactó sobre América Latina. Desnudó la realidad de cada economía.
Venezuela, Argentina y Ecuador cayeron por los desequilibrios económicos que tenían, pero que fueron “tapados” por China y las economías avanzadas durante el período de auge. Mientras que otros, con bases más sólidas, como Perú, Colombia y Costa Rica, redujeron notablemente su ritmo de crecimiento, pero no cayeron como los primeros.
Por lo tanto y aunque suene obvio, “el entorno económico externo importa”. La economía mundial atraviesa por un período de desaceleración y no es un fenómeno de uno o dos países, sino global.
Si revisamos las cifras peruanas de la primera parte del año, observaremos que el crecimiento está basado casi en un 70% en la producción de cobre, por operaciones de minas como Constancia, Cerro Verde, Toromocho, etc. Pero eso se acaba y no hay proyectos nuevos. Este es un tema que trataré en otra entrega.
Lo que deseo compartir es que es cierto que Perú debe hacer reformas y mejorar en una multitud de aspectos, pero de algo podemos estar seguros: si el entorno externo no ayuda, es poco lo que se puede hacer. Por eso me parece muy optimista la proyección del MEF.