¿Es tan sólida la economía peruana?
Hace unos días, los organismos internacionales calificaron a la economía peruana con una nota de 9.9 sobre 10. Quiero pensar que lo han hecho por dos razones: la primera es porque están aquí y ni modo de hablar mal del anfitrión; la segunda, porque han comparado nuestro desempeño con la década de los ochenta. Menciono lo anterior porque una mirada al desenvolvimiento de la economía peruana nos muestra lo siguiente:
En primer lugar, la economía se ha desacelerado; basta decir en que en 2010, según cifras del propio FMI, crecimos 8.5% y la proyección para este año del mismo organismo es 2.4%. No hay sostenibilidad.
En segundo lugar, la inflación estará fuera de la meta este año (se proyecta más de 4%, siendo el tipo planteado por el BCRP de 3%); en el mes de setiembre la inflación fue de 0.03%, pero si sabemos que la cifra es un promedio de los precios de los bienes y servicios que componen la canasta básica (a partir de los cuales se calcula la inflación), veremos que más de la mitad de los mismos han subido. El pollo, la papa, el apio y la electricidad destacan entre los que más han aumentado.
En tercer lugar, en lo que va del año, nuestro BCRP ha vendido más de 10 mil millones de dólares, que han salido de la posición de cambio, para evitar que el tipo de cambio siga subiendo; esto significa más 1000 millones de dólares mensuales en promedio. Le quedan 26 mil millones en posición de cambio; es claro que si vende menos (que es lo esperable) en tipo de cambio seguirá subiendo con el consiguiente problema inflacionario. Como referencia, en Brasil el tipo de cambio ha subido entre enero y setiembre de este año cerca de 50%, mientras que en Colombia un poco menos de 30%; en Perú: 8%:
En cuarto lugar, uno podría decir, “pero esto es coyuntural o temporal”. Sin embargo el Panorama Económico Mundial presentado por el FMI el martes señala lo contrario; más aún señala que las materias primas seguirán con tendencia a la baja por varios años más. Con lo cual “no entrarán” más dólares que faciliten la estabilidad cambiaria. Esto es, la situación económica mundial se está deteriorando aún más.
En quinto lugar, la deuda total (pública más privada) ya presenta montos preocupantes, en especial la privada. Dígame lector, ¿no es cierto acaso que se están usando tarjetas de crédito para comprar alimentos? Eso ocurre porque hay menos empleo que antes, más allá de las cifras.
En sexto lugar, la posición fiscal es deficitaria, lo que significa que el gasto público es mayor que los ingresos públicos. La diferencia se cubre con deuda. Esta situación no la teníamos hace pocos años.
Podemos agregar más factores, como el hecho que es un año preelectoral, la turbulencia política, la falta de liderazgo, la ausencia casi total de reformas institucionales, etc. No es bueno decir que estamos bien, no solo por lo comentado líneas atrás, sino porque la última vez que se sostuvo lo mismo, en el período 2003-2012 “nos la creímos” y pensamos que era para siempre. Y hoy vemos los resultados.