¿Por qué no se recupera la economía peruana?
A pesar de discursos y anuncios la desaceleración se mantiene. El entorno económico externo no mejora y persiste la falta de liderazgo en el frente interno. Veamos alguna información en el siguiente cuadro:
Producto Bruto Interno por tipo de gasto
(Variaciones anualizadas)
|
2013 |
2014 |
2015-1T |
2015-2T |
Consumo Privado |
5.3 |
4.1 |
3.4 |
3.3 |
Consumo Público |
6.7 |
10.1 |
5.8 |
9.1 |
Inversión Privada |
6.6 |
-1.7 |
-3.8 |
-9.0 |
Inversión Pública |
10.7 |
-2.4 |
-26.2 |
-12.9 |
Exportaciones |
-1.3 |
-1.0 |
-1.6 |
-0.7 |
Fuente: BCRP (2015), Nota Semanal N° 32, p. 84.
Los dos motores del crecimiento económico son, la inversión privada y las exportaciones. Si observamos las variaciones en la inversión privada, en el segundo trimestre del presente año disminuyó en -9.0%, mientras que las exportaciones continuaron cayendo, tendencia que se puede observar desde 2013. Si pensábamos que la inversión pública podía ir en auxilio de la economía, mire, estimado lector, la penúltima fila y notará que también cae en cifras de dos dígitos en los dos trimestres de 2015.
Entonces, ¿qué nos sostiene? Veamos los consumos; por un lado el consumo privado también se desacelera desde 2013 pues, como puede verse, crece cada vez menos. Lo que aumenta es el consumo público, que corresponde a gasto corriente.
En los últimos días se ha anunciado un déficit fiscal de 3% del PBI para 2016; ¿qué significa? Pues que el gobierno gastará por encima de sus ingresos y naturalmente la diferencia la obtendrá de deuda, sea externa o interna. Además, se ha anunciado que el dinero así obtenido irá a inversión pública y no gasto corriente (planillas) que no es lo que está ocurriendo a juzgar por las cifras presentadas. Surgen dos preguntas: ¿Cómo hará el gobierno para elevar la inversión pública si gran parte de ella está en manos de los gobiernos regionales y locales? ¿Por qué deberíamos creer que aumentará la inversión pública si los hechos nos están mostrando lo contrario?
Por último, desde 2013 y hasta el segundo trimestre de 2015, la balanza comercial (la diferencia entre exportaciones e importaciones de bienes) ha sido negativa en porcentajes cercanos al 20% del PBI. Lo mismo ha ocurrido con la balanza en cuenta corriente que incluye además de la balanza comercial a la de servicios, la renta de factores y las remesas. Las exportaciones, tanto tradicionales como no tradicionales mantienen la caída desde 2013.
Ante esta realidad, ¿tiene sentido mantener la idea que todo está relativamente bien? ¿No sería mejor reconocer el problema para plantear acciones de solución? Al menos hasta ahora, a excepción de algunos anuncios con respecto del evento del Niño, nadie sabe qué ocurrirá ni cómo se enfrentará la delicada situación económica.