Lecciones de Grecia
La crisis griega debe dejar lecciones, no solo para los griegos, sino para el resto del mundo. Desde mi punto de vista las principales son las siguientes:
- En 2001 Grecia entró a la Eurozona, que es una unión monetaria. Un grupo de países deciden funcionar con un banco central común (Banco Central Europeo o BCE) y prescindir de su moneda propia. La capacidad de emitir moneda la tiene una instancia supranacional, llamada BCE y no el banco central griego. Si el país requiere de más liquidez, solo en BCE se la puede entregar.
- La unión monetaria no significa una unión fiscal; a pesar que para ser parte de la eurozona, cada país tiene límites en cuanto al déficit fiscal (el exceso de gastos sobre ingresos del sector público), en la realidad ello no se ha cumplido. Los gobiernos de varios países (y no solo Grecia) han gastado por encima de sus ingresos y han acumulado una cuantiosa deuda. Portugal e Italia son otros ejemplos.
- La unión monetaria tampoco implica una unión bancaria, lo que significa que la disciplina en el otorgamiento de créditos queda, más allá de los acuerdos, en manos de cada país.
- Se sigue que para que ser miembro de una unión monetaria, la responsabilidad de cada país en cumplir con las condiciones aceptadas por cada uno de ellos, depende del gobierno de cada uno.
- El punto de partida importa en el momento de ingresar al acuerdo monetario. No es lo mismo que ingrese un país con problemas de deuda y de baja productividad que uno en condiciones contrarias.
- En cualquier caso, lo que hay que pensar es qué se gana y qué se pierde. No sorprende que varios países exitosos, como Dinamarca y otros menos exitosos, como Reino Unido, no sean parte de la eurozona. Por lo tanto, la unión monetaria no es ninguna garantía de éxito, si es que no se hacen reformas adicionales (la mayoría institucionales), que permitan recibir más beneficios que costos.
- No gastar por encima de sus ingresos de manera indefinida. Regla de oro para cualquier gobierno y familia. Endeudarse no es malo; sobreendeudarse sí. La crisis griega fue y es una crisis de sobreendeudamiento.
- El único país que emite descontroladamente sin temor de una inflación futura es Estados Unidos, debido a que el dólar es una moneda que se acepta en todo el mundo y cualquier exceso “chorrea” al resto del planeta y no se queda en el país.
- En caso de dificultades, el Banco Central común (BCE) va al rescate, como ha ocurrido con Grecia, pero la unión monetaria exige que el resto de miembros esté de acuerdo; y ello no es simple, pues países como Alemania y Finlandia señalan que ellos sí “hicieron su tarea”.
- Si el gobierno de Tsipras dijo “no” a la austeridad, entonces tenía que tener un plan B; lo sorprendente es que no lo haya tenido. Es fácil ganar una presidencia oponiéndose al ajuste, pero es casi imposible gobernar sin un plan alternativo. Por eso han renunciado la mayoría de ministros en Grecia. Al final, Grecia tendrá que implementar un ajuste, mayor al inicialmente pactado.
El lector puede extraer muchas lecciones más; sin embargo, pienso que en lo sustantivo, ahí están las más relevantes, sin que ello implique que son todas.