Desaceleración china y América Latina
Desde el año 2002 y hasta 2011 aproximadamente, el enorme crecimiento chino aumentó la demanda por materias primas (entre ellas los metales) y con ello la inversión y las exportaciones del Perú y de América Latina en general. La región y el Perú atravesaron por casi una década de oro para el crecimiento. De acuerdo con un reporte reciente del Banco Mundial, el ciclo de auge de China ha llegado a su fin y es un hecho permanente y no transitorio. Por eso se observa que América Latina creció 6.1% en 2010, 4.9% en 2011, 3.1% en 2012, 2,9% en 2013 y 1.3% en 2014. La proyección para 2015 es de 0.8%. La región está creciendo cada vez menos, es decir, se está desacelerando.
En términos simples, cuando China crecía, América Latina hacía lo mismo; si China crece menos (como indicábamos en el post anterior), la región crece menos. La razón está en la producción de materias primas, que incide tanto en la inversión como en las exportaciones, motores de la estrategia de crecimiento de la mayoría de países de América Latina. Dependemos de China, que compra las materias primas de la región. Y comprará menos por un buen tiempo.
El mencionado informe señala que “parece poco probable que China vuelva a experimentar un auge del crecimiento de las proporciones épicas que se dieron durante la primera década del siglo XXI”. [1] En términos de crecimiento económico lo anterior significaría que la región volvería a crecer a tasas similares al período previo al auge chino.
En el caso del Perú, el problema radica en que “nos acostumbramos” a tasas encima de 5% al año y no reparamos que eso se debía a una coyuntura externa excepcionalmente favorable y que no se repetirá en los próximos años. Creíamos que era para siempre. Y por eso no se hicieron las reformas que hoy nos permitirían tasas de crecimiento más altas (en torno de 5%). La complacencia nos ganó. Y en economía es clave diferenciar lo transitorio de lo permanente.
El margen de maniobra del gobierno es cada vez menor. Esto nos lleva a la siguiente pregunta: ¿es malo ser rico en recursos naturales? Aunque muchos podrán discrepar me parece que no puede ser negativo que tengas riquezas naturales. Lo que debemos tener claro es que lo que hace rico a un país no es lo que tiene sino cómo usa lo que tiene. Noruega y Australia son dos países ricos en recursos naturales que tienen una alta calidad de vida. Rusia y Nigeria son ejemplos en contrario.
En cierto modo, el aumento en el tipo de cambio que estamos observando será beneficioso, pues fomentará exportaciones no tradicionales y frenará importaciones, ayudando así a la reducción del déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos. A poco más de un año de la instalación de un nuevo gobierno requerimos pensar mejor el tema; en las últimas semanas han aumentado el número de candidatos como si tuvieran una “receta mágica” para salir del entrampamiento. La receta no existe. Ahora más que nunca debemos pensar qué hacer en el corto plazo, pues a largo plazo está claro que sin reformas no vamos a ningún lado.
[1] Véase, Banco Mundial (2015), América Latina recorre un estrecho camino al crecimiento, disponible aquí.