¿Se pueden encender los motores de la economía?
La semana pasada me referí a 2014 como “el año en que los motores se apagaron”. La pregunta es obvia: ¿Cómo encenderlos? Trataré de aportar algunas reflexiones al respecto.
En primer lugar, no existe una receta. Si la hubiera, la pregunta sería, por qué no se aplica. En economía no existen las recetas, sí las ideas; sin embargo, debemos ver no sólo qué hacer, sino cómo hacerlo. Muchas veces sabemos lo primero, pero no lo segundo.
En segundo lugar, me refiero al corto plazo. Ya sabemos que a largo plazo se requiere mejorar el marco institucional, invertir más y mejor en educación, salud e infraestructura rural, eliminar la corrupción, el exceso de burocracia, etc. Solo haciendo esas reformas podemos “encenderlos de manera sostenible”.
En tercer lugar, los “motores” que se detuvieron fueron la inversión privada, las exportaciones y la inversión pública. Dada nuestra realidad, ¿cómo encenderlos, al menos en el corto plazo? Algunos dirán, pero si “encenderlos” en el corto plazo no es sostenible, entonces, ¿por qué hacerlo? Pues porque se necesita mejorar expectativas, “estabilizar” al paciente para luego, a partir de 2016 comenzar con las reformas que le otorguen sostenibilidad.
En cuarto lugar, en los últimos tres años han disminuido los precios de nuestros principales metales de exportación. Es difícil que podamos hacer algo frente a ello, pues sus precios se determinan en los mercados mundiales y la menor demanda de China está condicionando la tendencia. Esto nos lleva al entorno externo. ¿Cómo viene 2015? Pues aunque nadie lo sabe, pueden observarse algunos hechos: China, de acuerdo con ellos mismos, crecerá algo menos de 7%, cifra menor en 25% a la registrada hace cuatro años. Perú vende metales a China. Por lo tanto, por ahí no es mucho lo que podemos esperar. Estados Unidos muestra mejores perspectivas. ¿Qué le vendemos? Productos no tradicionales, como joyería, agroindustria, etc. Asumamos que aumentan, ¿es suficiente para mejorar las cifras en el Perú? Pues pienso que muy poco, dado que del total exportado, solo el 20% corresponde a exportaciones no tradicionales; algo similar ocurre con la eurozona. Aquí hay que esperar el desenlace definitivo de Grecia y el programa de inyección de liquidez del Banco Central Europeo. En síntesis, el entorno externo no viene bien este año.
En quinto lugar, la inversión privada necesita de un mejor contexto. Existe mucha incertidumbre y esto sí está en manos del actual gobierno. No esperemos grandes inversiones mineras, pero sí es posible alguna recuperación. “Encender” el motor comienza por cambiar expectativas. ¿Lo podrá hacer este gobierno? ¿Qué tiene que hacer para lograrlo? La respuesta está fuera de la economía, aunque pienso que reducir la confrontación y enfrentar las dificultades políticas encabezan la agenda. La lista es larga. ¿Lo podrá hacer? La verdad, estimado lector, es que no soy optimista al respecto.
En sexto lugar, la inversión pública. Luego de su mal desempeño de 2014, ¿cómo “encender” el motor? Gran parte de la inversión pública se hace en las regiones. El mismo gobierno tiene que ayudarse. Me parece que el problema central es el temor a ser tildado de corrupto en caso de tomar una decisión. La corrupción debemos eliminarla y eso es tarea de todos, pero de ahí a no hacer nada por temor a ser juzgado más adelante, hay una diferencia. La inacción no puede paralizar al país.
Por último, no podemos olvidar que el crecimiento experimentado entre 2002 y 2012 se debió, en gran parte, a la excepcional coyuntura externa, manifestada en altos precios de los metales y fuerte crecimiento económico mundial; ese fenómeno ya terminó y ahora y por varios años más, los vientos externos no serán favorables. Eso deben tenerlo muy claro la enorme lista de candidatos que habrá a la presidencia del Perú para el período 2016-2021. Aunque la pregunta suene ociosa, ante ese panorama, ¿por qué existen tantos candidatos a la presidencia? ¿Todos creen tener la receta? ¿O hay algo más?