¿Dejar subir o no el tipo de cambio?
En el Perú el tipo de cambio nominal (número de soles por dólar) es determinado por el mercado con intervención del Banco Central (en adelante, BCR) para evitar fluctuaciones bruscas. Si revisamos lo ocurrido desde 2000, podemos observar dos tendencias generales: entre 2002 y 2012 la tendencia fue a la caída (apreciación del sol); cuando el BCR consideraba que la reducción era brusca, compraba dólares que se acumularon en reservas; a pesar de ello, el tipo de cambio disminuía y muchos tomaron préstamos en dólares aunque obtenían sus ingresos en soles. El “negocio” funcionaba mientras se observase una disminución del tipo de cambio. A mediados de 2004 los exportadores recibían alrededor de 3.50 soles por dólar y en su momento más bajo, llegaron a recibir 2.60 soles por dólar (mayo 2013). Los ganadores, en general, fueron dos grupos: en primer lugar, los importadores, pues cada vez era más barato comprar dólares; en segundo lugar, los deudores bancarios, pues necesitaban menos soles para comprar un dólar y así cumplir con su pago de deuda bancaria mensual.
Dos razones determinaron la reducción del tipo de cambio: por un lado, la abundancia de dólares determinada por el aumento en exportaciones, en especial de metales, y por otro, un fuerte ingreso de capitales. Ambos hechos inundaron la economía de dólares y ello generó la disminución en su precio.
Sin embargo, desde 2013, el panorama externo cambió, destacando dos hechos: por un lado, la desaceleración de China que redujo nuestras exportaciones y por otro el “tapering”, que consiste en la reducción del ritmo al cual inyecta dólares la Reserva federal (FED) de los Estados Unidos. Ante ello, la tendencia natural debió ser hacia el aumento en el tipo de cambio; sin embargo ello no ha ocurrido, porque el BCR vendió dólares (y sigue haciéndolo) para evitar el aumento. Note el lector que no evitó que subiera de manera brusca, sino que evitó que subiera. Lo “tapó” en un tipo de cambio de aproximadamente 2.80 soles por dólar. El costo fue la pérdida de reservas y la menor competitividad de los exportadores no tradicionales.
Hace unas semanas hubo un debate a través de la prensa entre el MEF y el BCR. Mientras que el MEF señaló que debería dejarse subir el tipo de cambio, el BCR indicó que no, pues se encontraba en su nivel adecuado. ¿Quién tiene la razón y en qué basan sus argumentos?
Comencemos por la postura del MEF que señala que debería subir el tipo de cambio. Pienso que la postura está basada en el hecho que en 2013 y lo que va de 2014, Perú tiene una balanza comercial negativa, esto es, importa más que lo que exporta. Si bien es cierto que la mayoría de las exportaciones responden a los precios mundiales de los metales y otras materias primas, un aumento en el tipo de cambio puede bajar las importaciones, incentivar las no tradicionales y así reequilibrar la situación externa.
Por su parte, sospecho que el BCR señala que está en su nivel correcto (o lo que es lo mismo, no debe subir) no necesariamente porque sea así, sino porque de hacerlo, alentaría la dolarización. La gente compraría dólares si observa que comienza a subir. Otra razón es que existe una parte importante de los préstamos de los bancos en dólares a personas que obtienen sus ingresos en soles, por lo que un aumento en el tipo de cambio los pondría en problemas y de ser en gran escala, traería dificultades con el sistema financiero.
Entonces, ambos tienen razón. Lo que está detrás del problema es la dolarización de la economía; a pesar que la inflación está bajo control desde hace bastantes años e inclusive el tipo de cambio bajó entre 2002 y 2012, el coeficiente de dolarización (porcentaje de los créditos en dólares) es un elevado 40%. Y digo elevado, porque a pesar de los factores descritos, las personas prefieren tener dólares. ¿Por qué ocurre eso? La tenencia de una moneda es un asunto de confianza; es probable que la incertidumbre política e institucional lleve a que mucha gente ahorre en dólares y se pregunte cosas como la siguiente: ¿Y si en 2016 gana las elecciones alguien que tenga un programa diferente del actual? ¿Y si deja el BCR de ser independiente o se vuelve irresponsable? El temor, justificado por la historia de la década de los ochenta, está detrás del problema. Desde mi punto de vista, tanto BCR como MEF saben que debe subir el tipo de cambio; el problema es cómo y a qué ritmo.