Segundo Muelle: historia de mar, mesa limeña y vinos que saben acompañar
Hay restaurantes que no nacen de un concepto, sino de un lugar. De una memoria. De una forma específica de relacionarse con el mar.
Segundo Muelle pertenece a esa estirpe y, además, entiende algo fundamental en la gastronomía marina: el vino no compite, acompaña.
Antes de convertirse en una marca reconocida dentro y fuera del Perú, su nombre remite a un tiempo distinto. Al San Bartolo de veranos largos y pesca temprana, cuando el balneario era escuela de mar y de mesa. Allí, entre redes, ollas y pescado fresco, se fue formando una mirada que hoy se traduce en cocina y en relato.
Ese vínculo con el origen no se ha perdido. Se ha transformado.
Del balneario al circuito urbano
Con los años, Segundo Muelle dejó de ser solo un recuerdo costero para consolidarse como una propuesta gastronómica urbana, capaz de dialogar con la ciudad sin abandonar su identidad marina.
La apertura en el Balboa Strip Mall, en Miraflores, confirma ese tránsito.
Balboa es un espacio caminable, cercano al barrio y al ritmo cotidiano. En ese contexto, Segundo Muelle encaja con naturalidad. Cocina reconocible, sabores claros y una carta amplia que recorre el litoral, el wok, lo criollo y el cruce nikkei.
Confieso algo más. Grata fue mi sorpresa al escuchar rock clásico como música de fondo, incluso a una de mis bandas favoritas, Jethro Tull, sonando mientras llegaban los platos a la mesa. Un detalle que suma, porque la experiencia también se construye con atmósfera y memoria sonora.
Cuando el vino entiende al mar
Uno de los aciertos menos comentados de Segundo Muelle es su carta de vinos. No busca protagonismo ni rarezas. Busca coherencia con una cocina marcada por el limón, los ajíes, la cremosidad y la intensidad bien medida.
Hago aquí una aclaración honesta. He probado algunos de los platos de la carta, no todos, pero sí los suficientes como para entender la propuesta. Además, la mayoría de las etiquetas ya las conocía, razón por la que me animo a compartir estas recomendaciones.
Dicho esto, conviene dejarlo claro. No soy sommelier. Mis sugerencias nacen desde la curiosidad, la experiencia y el gusto por el vino bien acompañado. Son recomendaciones hechas desde la mesa. Pueden ser objetadas por el gusto particular de algún comensal o, mejor aún, por los entrenados sentidos de algún sommelier mejor preparado que yo, que solo soy una chupóloga experimentada.
Con ese espíritu, aquí va una guía simple para orientarse en la copa.
Vinos que acompañan bien la mesa de Segundo Muelle
(apuntes de una chupóloga experimentada)
Abalo Méndez Albariño. Rías Baixas, España
Funciona especialmente bien con Cebiche clásico, Cebiche Camino al Norte, Tiradito del Muelle, Conchas Parrilleras y Leche de Tigre.
Marqués de Riscal Verdejo. Rueda, España
Una etiqueta versátil para la carta. Acompaña Causa Acebichada, Tartar de Atún, Chaufita Capón, Tiradito del Muelle y makis acebichados.
Amaral Sauvignon Blanc. Valle de Leyda, Chile
Ideal para platos con mayor intensidad cítrica o ají como Tartar de Atún, Cebiche Camino al Norte, Cebiche de Pulpo y Chalaquita de Pulpo y Calamar.
Juvé and Camps Essential Púrpura Brut Reserva. Cataluña, España
Un comodín elegante para mesas compartidas. Funciona con Crocante del Mar, Pejerreyes arrebozados, Conchas a la Parmesana y Piqueo Tres Cebiches.
19 Crimes Cali Rosé. California, Estados Unidos
Un vino puente para platos intensos como Arroz con Mariscos, Tataki Nikkei, Arroz Callao con Mariscos y Chaufa Hoisin.
MontGras de Vine Pinot Noir. Aconcagua, Chile
Un tinto amable para el mar y la parrilla. Acompaña Pulpo a la Parrilla, Salmón a la Parrilla y Pescado a la Plancha.
Lujuria Chardonnay Viognier Viura. Valle de Curicó, Chile
Para platos cremosos y de fondo como Tacu Tacu de Mariscos, Pescado a lo Macho y Pappardelle Mar Adentro.
Marqués de Atrio Blend Blanco. Rioja, España
Un blanco con cuerpo que se entiende bien con Pescado a lo Macho, Corvina Abrasada y Arroz Borracho.
Tinto Negro Malbec. Luján de Cuyo, Argentina
Para quienes no renuncian al tinto. Funciona con Cebiche de Pato, Seco de Asado de Tira y Arroz con Pato.
Emilio Moro Tempranillo. Ribera del Duero, España
Cuando la mesa se vuelve más contundente. Ideal para Spaghetti a la Huancaína con Lomo y Lomo Saltado.
Segundo Muelle no busca reinventar la cocina marina peruana. Busca consistencia, memoria y una experiencia bien acompañada desde la copa, el plato y el ambiente. Desde aquel San Bartolo donde todo empezó, hasta su mesa actual en Miraflores, el mensaje es claro. El mar se disfruta mejor cuando se le entiende, cuando el vino acompaña y cuando una buena canción ayuda a quedarse un rato más.

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