Espumosos para brindar y para contar historias
A veces hay quienes disfrutan lo que comen y beben cuando hay una historia de por medio. No para aparentar ni para dar una clase, sino porque entender un poco más lo que tenemos en la copa hace que el momento se disfrute mejor.
Llegas a la casa de alguien, este alguien abre un espumoso y dices:
“¿Sabías que este…?”
Y así empieza la conversación.
Por eso estos tres espumosos están aquí. No solo porque se beben bien, sino porque detrás de cada uno hay una historia que vale la pena contar, en un brindis cualquiera, en cualquier momento del año.
Alma Negra Brut Nature Rosé
Cuando alguien decide no explicarlo todo
Ernesto Catena podría haber hecho un espumoso fácil de entender. Viene de una familia clave en la historia del vino argentino y conoce bien las reglas. Con Alma Negra eligió otra cosa.
Una etiqueta negra, casi sin información.
Pocas pistas.
Nada de explicarlo todo antes de probarlo.
Este Brut Nature Rosé es seco, directo y muy gastronómico. La ausencia de azúcar no es solo un dato técnico, es una postura. No busca agradar a todos, sino decir algo propio.
Es el tipo de espumoso que alguien sirve y comenta:
“Este va mejor con comida”.
Y tiene razón.
Raventós i Blanc
Salirse de la denominación para quedarse en el lugar
La familia Raventós ha sido parte de la historia del cava desde dentro. Y aun así, hubo un momento en el que tomó una decisión valiente: salir de la Denominación de Origen Cava.
No fue un gesto impulsivo ni una estrategia de marketing. Fue una manera de defender algo muy concreto, un territorio. La Conca del Riu Anoia. Un paisaje, un suelo y una forma de entender el espumoso como vino antes que como etiqueta.
Sus espumosos son precisos, frescos y pensados para la mesa. No buscan protagonismo, acompañan. Funcionan en almuerzos largos, en comidas sencillas bien hechas.
Es de esos vinos que alguien abre y dice:
“Este tiene una historia interesante”.
Y la conversación fluye.
Vilarnau Brut Reserva
Cuando la historia está en hacerlo bien siempre
No todas las historias de vino hablan de romper reglas. Algunas tienen que ver con hacer bien las cosas de manera constante.
Vilarnau es un buen ejemplo. Un proyecto que trabaja el método tradicional con cuidado, donde el tiempo de crianza importa y se nota. Su Brut Reserva es equilibrado, confiable y fácil de llevar a la mesa en distintas ocasiones.
Es el espumoso que se enfría con anticipación, que se abre sin mayor ceremonia y que funciona. Con comida, sin comida, en una reunión o en una cena más tranquila.
A veces alguien pregunta cuál es, otras veces no. Pero la botella siempre se termina.
Un brindis que se puede repetir
Estos tres espumosos no están aquí solo por sus burbujas. Están porque detrás hay personas que tomaron decisiones, algunas más visibles, otras más silenciosas, pero todas coherentes.
El espumoso es para brindar, sí.
Pero también es para conversar, para compartir una mesa y para contar una buena historia entre copa y copa.
Y eso, al final, es lo que más nos gusta: vinos que se disfrutan y que dan pie a decir
“¿sabías que…?”.
Para tenerlo a mano
Alma Negra Brut Nature Rosé
Funciona muy bien con ceviches de pesca del día, tiraditos, causas, tartares de pescado o entradas frescas. La acidez y el perfil seco acompañan muy bien la cocina nikkei y platos donde el cítrico y el frescor mandan.
Importa en Perú: Romovi
Raventós i Blanc
Acompaña muy bien arroz con mariscos, sudado de pescado, pescados al horno, verduras a la plancha y quesos frescos. Es un espumoso que se luce en la mesa y sigue bien el ritmo de la comida.
Importa en Perú: Panuts
Vilarnau Brut Reserva
Va perfecto como aperitivo, con conchitas a la parmesana, pesca frita, salpicón de mariscos, pollos al horno o quesos semicurados. Un espumoso fácil de llevar y muy versátil.
Importa en Perú: Yichang
Seguiremos hablando de espumosos. Porque tienen mucho más lugar en la mesa de lo que solemos darles. Salud!

:quality(75)/blogs.gestion.pe/dona-cata/wp-content/uploads/sites/218/2023/10/Rosa-Bonilla.jpg)


