Empezando el año con el pie derecho
Empezamos un nuevo año y es el momento preciso para las reuniones de planificación. Pero más allá de los objetivos empresariales que se canalizan a través de los objetivos que como equipo debemos lograr, es una oportunidad para conectar con nuestro equipo, para buscar oportunidades a través del liderazgo inclusivo.
¿Cuántos de nuestros objetivos están trazados desde una mirada inclusiva?
Empecemos por nuestros equipos. ¿Estamos abiertos a tener equipos diversos? E incluso teniéndolos, ¿valoramos de la misma manera las opiniones, intervenciones e ideas de todos? Muchas veces no gestionamos nuestros sesgos y de manera inconsciente valoramos de manera diferentes las opiniones de las personas más afines a nosotros, con quienes conectamos más, ya sea por nuestro pensamiento o por nuestras características personales.
Gestionar nuestros sesgos es sin duda uno nuestros retos para este 2024. ¿Cómo? El primer paso es identificándolos. Probemos retándonos a nosotros mismos. Entremos a una reunión, y seamos espectadores, analicemos como reaccionamos a los comentarios de cada uno de los miembros de nuestro equipo. Pidamos opiniones, practiquemos la escucha activa, tomemos nota y analicemos. Veamos si podemos identificar algún sesgo al momento de inclinarnos por alguna idea en particular o por alguna persona en especial. Si logramos identificarlo, no nos sintamos mal, todo lo contrario, lo hemos identificado y con ello podremos gestionarlo.
Pero ¿Qué significa gestionarlo? Significa ser conscientes que actuamos de una manera determinada, para justamente evitar seguir repitiendo el mismo patrón. En el caso concreto, significa poder valorar las opiniones de todos con la misma objetividad, con la misma apertura, entusiasmo y amabilidad. Recordemos que la comunicación no es solo verbal, sino también no verbal. Aunque pensemos que los sesgos son imperceptibles, déjenme decirles que el equipo lo siente, lo ve. Muchas veces sin darnos cuenta estamos afectando a alguna persona del equipo, afectando su autoestima, haciéndolos dudar de ellos mismos y ellos sin duda afecta su confianza y por ende su productividad.
Pero podemos ir un paso más allá que identificar nuestros sesgos, podemos empoderar a nuestros equipos, sacando lo mejor de ellos. Y partimos por reconocer que cada uno, desde su identidad aporta algo único. Justamente el hecho de ser diferentes nos da un poder que no tienen los demás, nos permite tener una mirada distinta, un pensamiento propio, una idea innovadora, basada en nuestra experiencia, en nuestro yo. Cuando podamos ver que nuestras diferencias nos identifican de forma positiva, cuando podamos empoderar y valorar nuestras diferencias, veremos que el impacto de nuestros equipos será exponencial. ¿Saben por qué? Porque se sentirán valorados y sentirán que pueden mostrarse como son. Y aunque no lo crean, eso, en una sociedad como la nuestra, es todo un lujo.
Empecemos el año con el pie derecho, con el pie de la #inclusión, caminando hacia una sociedad donde todos nos sintamos valorados.
¡Bienvenido 2024!