¿El proyecto genera valor? (Parte 2)
¿Ha visto alguna vez una competencia de salto alto? Es claro que el atleta participante lo ha hecho bien si superó la vara y, por el contrario, ha fracasado si no alcanza la altura suficiente para pasarla. Pues bien, la mejor manera de comprender si un proyecto genera valor, es asemejándolo con el atleta del ejemplo.
El proyecto genera valor si logra superar la vara y, lo destruye, si no
puede superarla. La vara en este ejemplo es el WACC, en el caso se mida
la rentabilidad por el FCL; y el COK, si ésta se hace con el FCA.
¿Por qué el WACC y el COK son las varas contra las que debemos medir el
valor generado?, pues es simple de entender, pero antes, es conveniente
recordar un par de aspectos conceptuales (si quiere un mayor detalle,
lo invito a revisar nuevamente las entregas Metodologías para construir
el FCL de un proyecto y el Flujo de caja del accionista).
El FCL es lo que el proyecto entrega en efectivo, no importando quién
lo financió; por lo que, no incluye el pago de la deuda a los
acreedores. Lo que el proyecto genera en dinero a lo largo de su vida
útil, debe ser comparado con el total de la inversión que el proyecto
necesitó para implementarse. Ese monto fue financiado por acreedores
(Deuda) y accionistas (Equity), los cuales en el momento de entregar
sus fondos anunciaron, también, sus expectativas de rentabilidad. En el
caso de los bancos (asumiendo que la deuda sea íntegramente bancaria),
esa expectativa está representada por la tasa de interés que cobran por
su dinero (¡ojo! No olvidemos que para el proyecto la tasa de interés
relevante, es la tasa después de impuestos (i x (1 – Tax)); si no se
acuerda por qué? entonces revise el post ¿El proyecto genera valor?
(parte 1) En el caso de los accionistas, lo mínimo que querían obtener
es el famoso COK, o sea, la rentabilidad que están dejando de ganar en
una alternativa de similar riesgo. Ahora bien, ¿cuánto deberá el
proyecto rendir como mínimo?, fácil, deberá ganar, por lo menos, el
promedio ponderado de las rentabilidades que exigen los inversores por
colocar sus fondos o, lo que es lo mismo, desde el punto de vista del
proyecto, el costo promedio ponderado de los recursos utilizados para
ejecutarlo (el famoso WACC en inglés).
Un aparte, la tasa de interés que un banco cobra, en teoría, debería
ser menor que el COK de los accionistas. Dos razones fundamentan esta
aseveración: uno. Los accionistas son acreedores residuales. Esto es,
cobran después que los bancos (en verdad, cobran después de cualquier
acreedor); por lo que, los accionistas al percibir un mayor riesgo que
los bancos, ajustan sus expectativas de rentabilidad en consecuencia
(hacia arriba); y dos. Los bancos tienen un portafolio de inversiones
mucho más diversificado que los accionistas de un proyecto; por lo que
aceptar un proyecto más a su portafolio, le trae en promedio, menos
riesgo que la misma acción por parte del accionista.
Regresemos a nuestra explicación. En caso de evaluar el proyecto con el
FCA, hay que tener presente que este, es lo que le queda al accionista
luego de pagar a los acreedores. Ese efectivo que el proyecto le genera
al accionista, hay que compararlo contra lo que le pide. ¿Cuál es la
expectativa de ganancia del accionista por los fondos que invierte
ahí?, el COK ¿no?, por lo que es fácil entender, que si el proyecto
rinde más que el COK, entonces se ha generado valor y, si no lo hizo
entonces, lo ha destruido. ¿Y si rindió una rentabilidad igual al COK?,
pues le ha dado exactamente lo que ha pedido, pero no se ha generado
valor.
En resumen, entonces:
¿Le quedó más claro ahora?
Ya estamos listos para discutir cómo sabemos si el proyecto supero la
vara. En otras palabras, es momento de desarrollar los criterios del
Valor Presente Neto (VPN) y la Tasa Interna de Retorno (TIR) y ese es,
precisamente, el tema del siguiente post.