Regulación Inteligente para la Innovación
La semana pasada tuve la suerte de participar en el “Digital Day” del Grupo de Trabajo en MYPES de APEC para hablar sobre la propuesta regulatoria denominada “Permitionless Innovation” que en resumen propugna que las nuevas tecnologías o nuevos modelos de negocio que surgen en la actualidad no sean regulados o lo sean mínimamente hasta que la realidad pruebe que es necesario regularlos. En el presente artículo compartiré con ustedes alguna de las ideas que propuse en dicho evento.
H.P. Lovecraft, conocido autor de novelas de terror, decía que “la emoción mas antigua y mas intensa del ser humano es el miedo; y el miedo mas antiguo y mas intenso es el miedo a lo desconocido”. Este miedo a lo desconocido podría explicarnos porque, aún en la actualidad ,podemos ver la resistencia de los seres humanos a los desarrollos tecnológicos o a los nuevos modelos de negocio que vienen surgiendo gracias a los avances de la ciencia, los primeros, o gracias a una nueva visión del mundo y las relaciones humanas, los segundos.
Esta resistencia nos ha acompañado desde tiempos inmemoriales en donde los cambios tecnológicos se producían muy esporádicamente y afectando la forma de vida de las personas de una manera casi mágica; por lo que el miedo pudiera ser entendible. Lo que no es entendible es como el ser humano actual –que vive dentro de una vorágine de cambios tecnológicos y una evolución social casi permanente—pudiera vivir con miedo a ellos.
En el siglo XIX, la aparición del vehículo a motor causó temor entre los ciudadanos, pero también entre los empresarios dedicados a los negocios que serían afectados por su aparición. El 7 de enero de 1896, el diario York Herald escribía: “El movimiento a favor de los carruajes sin caballo no será aprobado porque un conocido fabricante de carros de bomberos no cree que el ‘autocarro’ tenga futuro. El señor Merryweather ha desechado la materia calmadamente señalando que aún cuando la ley de las ‘4 millas por hora y la bandera roja’ sea aprobada no hay esperanza para los carruajes sin cabalo”
Como podemos ver, las innovaciones generan resistencia no solo entre los ciudadanos sino también entre los empresarios afectados por ellas.
Respecto a los ciudadanos, Calestous Juma en su libro “La Innovación y sus enemigos” señala que “la resistencia a las nuevas tecnologías se incrementa cuando el publico percibe que los beneficios de dicha tecnología solo beneficiarán a una pequeña porción de la sociedad mientras sus riesgos afectarán a todos… Del mismo modo, las nuevas tecnologías enfrentan una gran oposición cuando el publico percibe que los riesgos serán sufridos en el corto plazo mientras que los beneficios solo se verán en el largo plazo.”
Respecto a los empresarios, Daren Acemoglu en su libro “¿Por qué fracasan las naciones?” nos señala que “… los grupos de poder normalmente se oponen al progreso económico y los motores de la prosperidad. El crecimiento económico no es solo un proceso de mas y mejores máquinas o de mas y mejor educados ciudadanos sino que conlleva a un proceso transformativo y desestabilizante asociado con una ‘creación destructiva’ generalizada. De este modo, el crecimiento solo puede avanzar si no es bloqueado por los ‘perdedores económicos’ que prevén la pérdida de sus privilegios económicos o por los ‘perdedores políticos’ que temen la erosión de su poder político”.
Frente a esto, la respuesta del derecho muchas veces surge alineada con algunos de estos temores como podemos ver en los siguientes casos:
- Regulación Anecdótica: cuando se regula sin tener en cuenta evidencias objetivas y solo se toma en cuenta las supersticiones, creencias o fundamentos pseudocientíficos.
- Regulación Precautoria: cuando se prohíbe o limita alguna innovación porque “no se sabe que daño podría causar”.
- Regulación “por si acaso”: Cuando se prohíbe o limita alguna innovación mientras se trata de entender como funciona.
- Regulación “de paralisis”: Cuando se prohíbe alguna innovación pero no se deja abierta la puerta a alguna solución legal que brinde solución a alguna necesidad de negocio.
- Regulación “no se que hacer”: Cuando se prohíbe alguna innovación sin ningún análisis previo.
- Regulación “por comparación errónea”: Cuando se aplica erróneamente alguna norma o principio a un supuesto inaplicable.
Debemos resaltar que en todos estos casos el “regulador” no ha tomado para nada en cuenta el impacto que su decisión podría tener en el futuro al frenar o dificultar el avance de una nueva tecnología o modelo de negocio.
Como se podrán imaginar, desde nuestro punto de vista, nos encontramos en contra de frenar la innovación y, peor aun, de cualquier intento de bloquear alguna tecnología o modelo de negocio utilizando las leyes para ello. Para nosotros, la regulación deben propender al desarrollo y eso implica tener un nuevo enfoque respecto de la innovación. Debemos dejar el miedo a un lado.
Por ello nos permitimos sugerir algunos criterios que nos permitan tener una “Regulación Inteligente” que favorezca el desarrollo y la aplicación de nuevas tecnologías o el crecimiento de nuevos modelos de negocio. Estas sugerencias las hemos tomado de la página web permitionlessinnovation.org, de las propuestas para el desarrollo de la Asociación de Emprendedores del Perú y de las recomendaciones de la OECD en su último análisis de la política regulatoria peruana. A saber:
- Regular solo cuando conozcamos claramente el funcionamiento y los impactos de la nueva tecnología o nuevo modelo de negocio.
- Eliminar barreras de entrada a la innovación y dar mayor poder a la Comisión de Barreras Burocráticas.
- Eliminar la responsabilidad de los intermediarios asociada con el uso de terceros.
- Apoyarse en soluciones legales existentes para resolver los problemas actuales.
- Promover la autoregulación y las buenas prácticas.
- Regular, de manera limitada, solo cuando enfrentemos problemas reales y difíciles.
- Asegurarnos que cada norma pase por un análisis estricto de su costo-beneficio para la sociedad.
- Medir el impacto de los trámites y obligaciones de información.
- Asegurarnos que estas propuestas también sean aplicadas a nivel regional y local.
Consideramos que si aplicamos estas propuestas lograremos que el Peru salga del último lugar en innovación que ocupa entre las economías de la Alianza del Pacífico y permitiremos que los beneficios de las nuevas tecnologías y los nuevos modelos de negocio lleguen a mayor cantidad de compatriotas.