LAS PRÓXIMAS ELECCIONES Y LA PREVENCIÓN DE LA CORRUPCIÓN
Ya se acercan las próximas elecciones y lo que debería de ser una fiesta de manifestación de nuestro ejercicio del derecho a votar, se tiende a convertir en una carrera de obstáculos que todos los ciudadanos tenemos que -forzosamente- atravesar.
Lo que más abunda en nuestro triste panorama regional-municipal son Gobernadores y Alcaldes procesados, y algunos detenidos incluso, por casos de corrupción.
¿Creyeron que con prohibir la reelección iban a solucionar algo? Ni hablar, esperen a ver el (mal) ingenio de algunos personajes con tal de eludir la traba. Cuando una norma se hace a ciegas sin ver el objetivo final se torna, como lo digo siempre, en una norma ineficaz. Sin duda alguna todo lo concerniente a la corrupción y, claro, la prevención de la misma, promete pelear los primeros puestos en importancia respecto a los asuntos a discutir en esta elección. Ojalá sea para bien.
En ese contexto, me atrevo a proponer sugerencias en dos vías para prevenir la corrupción y todo delito relacionado (lavado, por ejemplo) en estas elecciones; la propuesta incluye las desviaciones éticas para hacer de esta, una contienda este cifrada en integridad:
- Entorno a las personas. Señor candidato, si Usted es cabeza de lista o tiene un peso dirigencial en el partido que lo propone, asegúrese que las personas que le acompañan son limpias (al menos lo más posible). No solamente impida que postulen sentenciados, póngase un estándar más alto y elimine de su equipo a aquellos con investigaciones en giro por delitos sensibles e, incluso, algunos otros con “chicharrones” de consideración.
- Entorno a los fondos. Implemente mecanismos de transparencia en el manejo de los fondos y, sobre todo, en el origen de los mismos. Con mucho pesar rechace aquellas personas (naturales o jurídicas) que le ofrezcan dinero sin constancia. Seguramente va a ser mucho más difícil el financiamiento, pero eso es solo por el momento; créame el mercado lo valorará. Además, creatividad (de la buena) nos sobra y algo saldrá.
Desde luego este es un artículo algo naif, como muchos de mis escritos. Porque no existe una obligación para implementar medidas contra la corrupción al interior de los partidos políticos.
En realidad, prácticas como estas deberían de imponerse como está sucediendo en el mundo corporativo a suerte de una exigencia de mercado; por eso el cliente electoral -en el mejor de las acepciones, por supuesto- debería de exigir esto en la oferta (en los partidos). Porque claro, mucho de lo que está ocurriendo en el descalabro de nuestras autoridades electas lo hemos ocasionado nosotros mismos.
Lima, 26 de marzo de 2018