Atención, directores de empresas
Desde mi experiencia, es común percibir que los miembros de los directorios de las empresas se encuentren bastante alejados de la responsabilidad penal. Y no es porque no les toque, sino porque simplemente es un asunto que no es nada agradable.
Frecuentemente se entiende que la responsabilidad penal solo compete a los delincuentes; y si bien eso es cierto, no es una regla absoluta. A veces una persona puede cometer un delito sin intención o incluso por simplemente no hacer nada cuando debió hacerlo. Es en este último caso en el que veo reflejada la responsabilidad del Directorio.
Entiendo que el Directorio es un órgano no de ejecución, pues para eso está el gerente general. En ese contexto, la responsabilidad penal está en controlar a ese funcionario acerca de lo que hace (y de lo que no hace). Ojo, me refiero a una vigilancia razonable (documentada) y no hacer seguimiento constante porque eso es imposible.
Comprendo también que el Directorio es un órgano de políticas corporativas y grandes lineamientos en la empresa. Precisamente por eso es importante, hablando, por ejemplo, de prevención de los delitos que pudieran cometerse “abajo” –queriendo o sin querer-, que disponga a la gerencia establecer un sistema de prevención (documentada). No hacerlo involucra una responsabilidad si sucede algo.
Si bien el Directorio es un órgano colegiado, la responsabilidad penal se personifica –por ahora– en el individuo. Sirve entonces salvar el voto ante una decisión irregular y, en ese contexto, por ejemplo, investigar razonablemente qué pasó la sesión anterior (a la que falté) o sobre qué estoy votando. Debida diligencia le llaman.
En fin, son varias opciones las que pueden presentarse. Podría pasarme varias páginas más describiendo el fenómeno y presentando propuestas de solución. Lo cierto, y sin que esto sea una verdad absoluta, es que resulta necesario tomar conciencia acerca del sillón en donde nos sentamos. Hablando de verdades, bien dice la Biblia, “conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (literalmente).
Están todos los lectores cordialmente invitados a comentar este artículo en el foro. Y si desean tener una comunicación más personal y directa conmigo, pueden escribirme al correo electrónico: eherrera@escudoazul.pe