El 2013 será un año de definiciones
Las perspectivas de crecimiento de nuestra economía en el 2013 se presentan similares a las del año que termina: alrededor del 6% y también sustentando principalmente en la demanda interna, sobretodo en el consumo e inversión privadas que han mantenido y recuperado su dinamismo, respectivamente, a pesar de la debilidad que mantienen dos de nuestros principales mercados (Europa y EE.UU) y de la incertidumbre que generaron los conflictos sociales anti mineros.
El 2013 será un año de definiciones en varios frentes y de ello
dependerá el crecimiento y desarrollo de nuestro país en el mediano
plazo. En lo político, si bien se han disipado los temores de un cambio
radical del programa económico que viene aplicándose en el país desde
hace dos décadas, aún hay temas por definirse. Por ejemplo, cuál será el
futuro y el rol que tendrán empresas públicas como Petroperu,
Electroperú, Enapu. Si no se dan señales inequívocas de que se respeta
el rol subsidiario del estado contenido en la Constitución vigente se
crea desconfianza e incertidumbre. Y si hubiera argumentos convincentes
para fortalecer empresas estatales como aquellas, no está claro bajo qué
parámetros actuarán éstas. Si se va a volver al esquema en el que no
tenían independencia política ni gobierno corporativo, sino que se
vuelven brazos del poder Ejecutivo, entonces ya sabemos cuáles serán los
resultados.
También se tendrá que tomar con más decisión las reformas estructurales
pendientes. Si bien se están dando algunos pasos importantes (reforma
magisterial y reordenamiento de las Fuerzas Armadas, incluido sus
sueldos, por ejemplo) se perciben dudas al respecto. Todavía no se ve un
convicción plena de la urgencia y prioridad que tienen reformas como
las de educación (enseñanza para adaptar la oferta de técnicos y
profesionales a la demanda) y salud. Y se anuncian reformas como la del
Servicio Civil Público que se hará de manera tan gradual que nada
garantiza que tenga los resultados esperados (menos cuando se sigue
contratando a través del CAS y se está impulsando el nombramiento
automático para trabajadores de este régimen que tengan 3 y 5 años de
servicios). Es probable que las reformas estructurales pendientes
queden de lado una vez más si no se emprendan en el 2013 porque el 2014 y
2015 ya son años pre electorales (elecciones regiones y generales,
respectivamente). El tema es que sin estas reformas no se asegura la
sostenibilidad del crecimiento económico a mediano plazo ni el aumento
de nuestra competitividad.
A corto plazo, en el 2013 es probable que se acentúen algunas tendencias
sobre las que habría que poner mayor atención porque pueden empezar a
impactar con mayor fuerza a nuestra economía. Una es la apreciación del
nuevo sol que está afectando la competitividad de las exportaciones no
tradicionales. Manteniendo las reglas del mercado, habría que
contrarrestar esta tendencia, disminuyendo por ejemplo los costos
logísticos o algunos sobrecostos tributarios. Una intervención más
agresiva en el mercado cambiario (compra) también podría ayudar, así
como el pago anticipado de la deuda externa por parte del MEF, el
permitir mayores niveles de inversión de las AFP en el extranjero, entre
otras.
Sin embargo, la abundancia de dólares de debe principalmente al
sustancial crecimiento de la inversión directa extranjera -IDE. Según
la Cepal, la IDE neta ( IDE declarada en el país menos IDE de residentes
realizadas fuera del país) llegó en el Perú a US$ 17, 874 millones este
año, más del doble que en el 2011 (US$ 8, 119 millones). Y buena parte
de la IDE del Perú es reinversión de utilidades, es decir responde a
proyectos en operación ya maduros y en pleno proceso de expansión. Para
mantener la tendencia favorable de la IDE hay que asegurar el ingreso
de nuevos proyectos de inversión (y evitar que los que ya están se
vayan) y ello implica no sólo continuar mejorando el ambiente para los
negocios en el ranking internacional, sino que hay que hacerlo a una
velocidad mayor que la de los países que son nuestros competidores. No
hay que olvidar por otro lado que ese flujo de IDE (y otros capitales
del exterior) viene financiando el déficit en cuenta corriente de la
balanza de pagos que se está abriendo con el crecimiento de las
importaciones, producto del crecimiento económico.